LA labor de torpedeo del diario El País contra TVE continúa. Casi como un gota a gota diario, a la manera de las estalactitas. Julio comenzó con un doblete de titulares que se podían leer como una parodia de lo que contamos pero que, por desgracia, algunos se tomarían muy al pie de la letra. Les cuento. Primero, "TVE enlaza ETA al 11-M". Segundo, "La pública pierde la barrera del 10%". Sólo faltaba que en la columna de salida David Trueba lanzase un brindis para celebrarlo. ¿A qué vienen esas ganas de demoler la televisión pública, o de alegrarse públicamente de su demolición, o de saberse orgullosos de haber contribuido a la misma?

Digo que la cosa no tendría tanta importancia si a los lectores del citado diario toda esa batería de titulares con sesgo negativo tuviesen tan claro que aniquilar la televisión y la radio públicas es tan grave e irresponsable como hacer lo propio con la sanidad o la educación. En 'El País' meten en el mismo saco Telemadrid y TVE. Llevan aludiendo a ambas con la misma saña. Y no se dan cuenta de que una televisión y una radio públicas fuertes y de prestigio no sólo no dañan sino que apuntalan la salud de los medios de comunicación de un país. Lo compartiré este lunes con Julio Somoano, que visita los cursos de El Escorial.Prefiero seguir siendo un ingenuo y continuar creyendo así. Ver a TVE como una competencia que hay que aniquilar, y cuya aniquilación hay que celebrar, es de una miopía galopante. Porque a lo mejor mañana ya no están ellos. Pasó con CNN+, pasará con tantos otros. Por eso es tan importante tener claro que el colchón de la pública siempre va a estar ahí. Ya le quitaron el pastel publicitario. Que la dejen en paz.

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