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Visto y Oído

francisco / andrés / gallardo

Tragaldabas

NO estaba la voz de Mercedes Milá, ni se transfiguraba su cara, ni sus gestos acusicas, persiguiendo a sinvergüenzas y asaltando lugares en nombre de la ley y la honestidad. Mercedes, la gran hermana (de Lorenzo el guachintoniano), ya no rubrica el Diario de… de Cuatro y el programa ciertamente queda como huérfano, cojo de carisma, aunque su primera entrega este lunes sin la chica de las bragas televisadas estuvo a un buen nivel de interés y de denuncia: detrás de quienes los políticos llaman "asesores" se esconde una cohorte gruesa de enchufados y tragaldabas con poco oficio y titulación y con destino metido con calzador.

Los escuderos de los cargos políticos salen a unos 1.000 millones de euros al año, una riada de 20.000 tipos al sombrajo de los votos y los pactos cuya supervivencia se paga en recortes a costa de los trabajadores públicos como ha sucedido en el ayuntamiento de Alcorcón, uno de los retratados con policía vaquera al fondo. Habrá asesores valiosos, pero todos conocemos un buen puñado de mantas. Diario de... es un trozo de televisión para indignarse antes de meterse en la cama y después de haber visto cosas como la eliminación del chino-vasco entre los pretendientes de Corina. La televisión, de lo trivial a lo trascendental en un golpe de manivela.

Ahora se llama Diario de… a pie de calle, como si con Mercedes el programa hubiera volado por las inopias, que también. No tardarán en caer en la tentación de lo más amarillento y patibulario entre entregas que abren ojos y conciencias. Se diferencia respecto al Equipo de investigación sólo en la 'mosca' del canal. Cuatro mira de reojo a La Sexta. Ya saben cuál es el camino.

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