Una póliza para las 'criaturas'

LA Universidad Rinconete y Cortadillo, en el aula magna del Patio de Monipodio, investirá la próxima semana como doctor honoris causa a Francisco Javier Guerrero, por su excepcional contribución, como director general de Empleo, a salvaguardar el derecho de los afines a cobrar una paga sea como sea. Gran capacidad la del otrora alcalde de El Pedroso para dar trabajo desde Empleo. Lleva un mes haciendo trabajar de lo lindo a los jueces, a los funcionarios, a los periodistas, a su partido y a la oposición.

Para tan solemne acto, falta por confirmar si los discursos laudatorios serán pronunciados por Guillermo Gutiérrez, el consejero que lo nombró director general; por José Antonio Viera y por Antonio Fernández, los consejeros que le mantuvieron como alto cargo de la Junta por ser un muchacho excelente y que, según ha dicho Guerrero, como está mandado eran quienes indicaban y aprobaban lo que debía hacer con los dineros que no controlaban los interventores, esos aguafiestas que entorpecen el reparto de bienestar a discreción diseñado con el asesoramiento de los bufetes más famosos y liberales.

El Consejo Económico y Social de Picarescalandia ha encargado a eximios latinistas que traduzcan y acuñen la definición de Guerrero para justificar a los intrusos en los ERE: Criaturas Necesitadas de Ayuda Sociolaboral. Del senatus (SPQR) al criaturus (CNAS), dos mil años nos contemplan.

Pronto se lanzarán patricios y plebeyos a la calle exigiendo el mismo trato dado a los criaturus. El socialismo de las pólizas. Con pancartas como El pueblo unido con pólizas jamás será vencido en las urnas. Les han pillado traficando con la pobreza, y quién es el guapo que sale ahora al balcón para explicarles el retrato robot que ha de tener la criatura. Tranquilos, Guerrero lo enunciará en su investidura, sentando cátedra con la biografía de su suegra, intrusa en SOS Cuétara.

Este hombre está haciendo historia. Ha acelerado las condiciones necesarias y suficientes para el hundimiento de un partido que ha profanado sus valores sagrados: la honradez y la justa redistribución de la riqueza.