Triunfo socialista y hundimiento separatista

Editorial

A pesar del contundente triunfo de Illa y del fracaso del bloque independentista, los socialistas no tienen garantizado el Gobierno y hay posibilidad de bloqueo

12 de mayo 2024 - 23:43

LAS elecciones celebradas este domingo en Cataluña dejan dos titulares de enorme importancia política. El primero es el contundente triunfo del Partido Socialista, que obtiene el mejor resultado de su historia y saca una ventaja sustancial al resto de las formaciones. El segundo es el hundimiento del independentismo, que en ninguna de las combinaciones posibles podría sumar una mayoría de gobierno. Esta doble circunstancia refleja un cambio sustancial de la sociedad catalana y supone pasar página del procés iniciado en 2017, que supuso un desgarro social y una debacle económica cuyas consecuencias todavía se sienten con intensidad. Sin embargo, el triunfo de Salvador Illa, un político que ha sabido transmitir una imagen de moderación y eficacia y que ha rentabilizado la política de gestos de Pedro Sánchez, incluida la amnistía, no le abre de forma automática las puertas de la Generalitat. La posible reconstrucción de un tripartido de izquierdas con el PSC, ERC, que sufre un serio revés, y la marca catalana de Sumar, alcanza la mayoría absoluta de 68 escaños y es la única posibilidad de conjurar el fantasma del bloqueo y de repetición de las elecciones. Pero todo queda en manos de lo que decida una Esquerra debilitada y con una fuerte división interna, que anoche parecía descartar esta opción. Junts mejora sus resultados, pero no le sirven para que el huido Carles Puigdemont sea el árbitro de la situación con lo que su proyecto puede darse por fracasado. Como se traduzca esta nueva correlación de fuerzas en las frágiles alianzas tejidas por Pedro Sánchez en el Congreso es la otra gran incógnita que se abre con estas elecciones, en las que también hay que resaltar la fuerte subida del PP, impulsada por la desaparición de Ciudadanos, que supone una validación del proyecto nacional de Alberto Núñez Feijóo. La entrada en el Parlament de Aliança Catalana, una fuerza separatista y xenófoba, introduce un factor de preocupación en línea con el que se produce en muchos países de Europa.

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