La familia de la menor agredida se refugió ayer en la sala de espera de la UCI del Hospital Virgen del Rocío a la espera de noticias sobre el estado de la niña y para evitar la presión de los medios. La madre se mostró destrozada y en algunos momentos tuvo que ausentarse de la sala. "Los médicos sólo esperan salvarle la vida", reiteraban varias primas de la madre de la menor que transmitían el escueto parte médico dado por los especialistas del hospital: "Los golpes no han afectado a la zona intracraneal, hay alguna esperanza". Aun así, según los familiares, la menor presenta también un encharcamiento de pulmones, ha perdido mucha sangre y ha sido ya intervenida dos veces. "Tememos que la niña quede en estado vegetal", lamentaron los familiares.

La abuela de la menor también se encuentra en el mismo hospital, en planta, y todavía no conoce la gravedad del estado de su nieta. Todavía tiene que ser sometida a dos intervenciones en los brazos. La niña vive con su abuela y su madre, que es soltera.

La alcaldesa en funciones de Utrera, María Dolores Pascual, se acercó ayer al centro hospitalario para interesarse por el estado de las víctimas y mostrar su apoyo a la familia. La edil confirmó que la madre de la menor le había comunicado que hace un año presentó una denuncia contra el agresor, por acoso, después de que su hija -que entonces tenía sólo 12 años- rompiera la relación que mantenía con él. Algunos amigos aseguraron también ayer que el agresor había llegado incluso a enviar cartas a la familia y le había pedido sangre de la menor a la madre. Por ello, desde hace un tiempo, pasaba largas horas sentado frente a la vivienda de la víctima esperando una respuesta por su parte.

En el perfil de la menor en la red social a través de la que contactó con el agresor todavía podían verse ayer algunas fotos de la pareja como presentación. En el perfil del joven, que tiene 28 años, había innumerables fotografías mostrando su estética y los tatuajes satánicos que llevaba en su cuerpo.