Diez detenidos de un mismo clan familiar por trafico de drogas

Alcalá de Guadaíra

Tres domicilios gestionados por tres hermanas eran los puntos de venta de la mercancía. En la actividad, "era primordial" la labor del padre y de la madre, ya que eran los encargados de custodiar la droga del almacén y dar las "instrucciones".

EFE

Sevilla, 03 de mayo 2012 - 12:35

Diez personas de entre 18 y 52 años de un mismo clan familiar y a las que constan antecedentes por diversos motivos han sido detenidas por la Policía Nacional en Alcalá de Guadaíra acusadas de delitos contra la salud pública por venta de drogas. Tras ser puestos a disposición judicial, ocho de los diez detenidos han ingresado en prisión por decisión del juez. Según ha informado la Policía Nacional, en la operación se han efectuado tres registros domiciliarios en los que se ha intervenido heroína suficiente para preparar 4.200 dosis, 108 dosis de cocaína, 25 de heroína, 8 cajas de tranxilium, 13 gramos de hachís y material relacionado con el tráfico de drogas.

El clan familiar actuaba en la Plaza de María Zambrano de Alcalá de Guadaíra, donde disponían de tres domicilios en los que tres hermanas gestionaban sendos puntos de venta, según la investigación policial, que comenzó en noviembre pasado. El domicilio de la madre de estas tres hermanas era utilizado como almacén de la droga y como lugar de preparación de las dosis, tarea encomendada a un hermano de estas tres mujeres, quien también atendía los pedidos del denominado policialmente tele-coca, ya que le encargaban por teléfono dosis de esta sustancia.

Según la Policía, en la actividad de los detenidos "era primordial" la labor del padre y de la madre del clan, ya que esta custodiaba la droga del almacén y aquel daba "instrucciones al resto de los integrantes para el desarrollo de sus labores y, situándose en los soportales de la plaza, organizaba y dirigía a los clientes para que se dirigieran a los distintos puntos de venta". Formaban también parte del clan amigos de los hijos, acusados de custodiar la droga antes de su venta, detectar la presencia policial y dañar el alumbrado de la plaza para crear zonas de oscuridad en las que fuesen más fáciles las transacciones.

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