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Así es el espectacular y original repique de campanas en Utrera

Campanario de Santiago

La reciente adhesión del toque manual de campanas en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco ha llenado de gozo a los campaneros que ejercen esta profesión en la localidad sevillana de Utrera. Este deporte de riesgo se mantiene vivo gracias a un grupo de jóvenes que en la década de los 70 decidió subirse al campanario y volver a darle vida a este elemento. 

El toque de campana se había automatizado con las liturgias y las maderas de los campanarios crujían por fala de mantenimiento, pero cuando este grupo de jóvenes de Utrera comenzaron a tocar manualmente las campanas, volvieron a cobrar vida y llegar a su máximo esplendor.

Son tres generaciones de campaneros los que en la actualidad dan vuelo a las campanas en Utrera y para poder tener una cuerda en la mano los más veteranos exigen que los recién llegados lleven dos años viendo cómo es el proceso. De esta manera se procura que no haya ningún percance por culpa de la inexperiencias o los nervios, los novatos van aprendiendo a tocar las campanas que son más pequeñas y conforme van progresando y adquiriendo práctica podrán ir subiendo en el escalafón. 

Existe una jerga propia dentro de los campaneros que indica cual será su movimiento. Cuando dicen "echar una cuerda" se refieren a la acción del voltear una campana y cuando hablan de "saltarla" indican que el campanero va a dejarse arrastrar por el peso de la campana para ascender hasta la misma de un salto acrobático. 

En esta parte del proceso es cuando empieza lo más peligroso y es cuando los campaneros aprovechan la velocidad, cada vez mayor, y el movimiento de la campana para dejarse llevar y dar un salto de mayor o menor altura. Hay varios tipos de saltos: la saltó hasta el poyete, la saltó hasta el palo, a saltó hasta el metal, la saltó hasta los brazos, la saltó hasta la cabeza. El más difícil y peligroso de estos saltos es que el que deja la campana en balanza. Esto supone un dominio extraordinario de una campana que puede llegar a pesar 1.300 kilos. 

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