Más de 80 municipios tienen riesgo de daños por nitratos en sus cauces

Un estudio aboga por fomentar la agricultura ecológica o integrada como alternativa

Trinidad Perdiguero

Medio ambiente, 17 de junio 2009 - 05:01

Hasta 83 municipios, de los 105 que componen la provincia, están ubicados en "zonas vulnerables" desde el punto de vista de la contaminación de sus aguas con nitratos procedentes de la agricultura, es decir, hay riesgo de que la escorrentía o filtración de agua pueda dañar a sus acuíferos o cauces. Así se recoge en la última actualización, del año 2008, del decreto de la Junta que fija tanto el mapa de riesgos como las medidas para evitar estos episodios, que afectan a todo el valle del Guadalquivir y que ha sido uno de los ejes de un estudio sobre el uso del agua en la agricultura en Sevilla elaborado por la Asociación para el Desarrollo Rural de Andalucía (ARA), con el apoyo financiero de la Diputación provincial.

Entre otras cuestiones, en todas esas zonas, en las que se incluyen además los municipios de mayor población de la provincia, como Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Utrera, Écija o Mairena del Aljarafe, los agricultores deben cumplimentar y conservar las hojas de fertilización nitrogenada, facturas y albaranes durante al menos cuatro años y además está prohibido la aplicación de fertilizantes en determinados periodos, como de lluvia, con el suelo helado, con nieve o saturados de agua (salvo en arrozales) o con una pendiente superior al 10% en cultivos herbáceos y del 15% en leñosos, salvo aquellos que atiendan específicamente a la lucha contra la erosión.

Con estos datos sobre la mesa y del hecho de que Sevilla concentre más del 27% de las hectáreas de riego en Andalucía, el responsable del trabajo, Manuel Castañón, defendió que se pueden dar más pasos para evitar que la agricultura acabe empeorando el agua o causando cambios en el medio ambiente y abogó por impulsar la agricultura ecológica, una cuestión que centra hasta 700 consultas al año de los profesionales del sector a organizaciones como COAG, pero que no siempre avanza al ritmo deseado por la estricta legislación y reglamentos a los que deben ceñirse los agricultores para obtener esa calificación, dijo. También destacó que en esa normativa, el consumo racional del agua ocupa un lugar secundario, y que hay un paso intermedio entre la agricultora ecológica y la tradicional: la integrada.

Castañón -que estuvo acompañado por el presidente de ARA, el también alcalde de Loja, Miguel Castellano, y el de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos- destacó por otro lado que ya hay experiencias con sistemas que pueden reducir un 30% el consumo de agua en el regadío y que las carencias o los déficits en este sentido en la provincia de Sevilla no están tanto en que las instalaciones sean muy antiguas o no se haya invertido suficientemente en ellas, como en un "mal diseño de las instalaciones, un manejo inadecuado o la mala calidad de los materiales" empleados .

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