Desde mi córner
  • Cada partido en que participa Vinícius deja una resaca tan agria como desmesurada

Vinícius, excepcional jugador y gran histrión

DISTANCIA sideral y nervios desatados es algo que suele ser moneda de uso común. Lo lejos que el Real Madrid ve al Barça ha hecho que entre en convulsión el aparato hagiográfico del Real y aparezcan situaciones rayanas en el paroxismo. Y como muestra más ridícula de cuanto se está produciendo llega la airada protesta contra el estamento arbitral, algo que causa estupefacción en el pueblo llano y particularmente en iniciados.

Haber desperdiciado el tropiezo del Barça en Almería con dos empates considerados como claramente insuficientes ha provocado un tsunami anímico en un madridismo que ve cómo su propia hagiografía alimenta ese enfado. Y como suele ser habitual se sitúa a Vinícius en el centro de un debate ciertamente desmesurado. El brasileño, como futbolista excepcional que es, siempre se encuentra con una serie de obstáculos que rara vez surten efecto, pero a veces no los supera.

Y he ahí que cuando las cosas no salen como él y el madridismo desean, pues todo se dispara y el muchacho se emplea como un chico mal criado que sabe que cuenta con la bula arbitral. ¿O no es propio de bula que se desgañite protestando y acabe todos los partidos en el campo? Por una mínima parte de lo que el brasileño le protestó a Soto Grado, William Carvalho no puede jugar el importantísimo partido del domingo en Villarreal, pero eso no calma los ladridos hagiográficos.

De siempre, obstaculizar el camino de los dos grandes suele acarrear resacas desagradables. Y pasa que el altavoz con que cuentan ambos llega a tantos rincones que no sabe uno si no sería más rentable dejar de colocar picas a sortear en el camino de ambos. Excepcional futbolista debe comprender que los rivales no están por la labor de facilitarle las cosas y bien hará aparcando sus extravagantes dotes histriónicas. Con lo bien que juega y qué tipo más insufrible.

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