Betis Baloncesto

Tizona, un test para un Betis Baloncesto que se lo cree

  • El conjunto sevillano empieza la defensa del noveno puesto, plaza de play off, ante la revelación de la temporada

  • El ex bético Pacheco estará enfrente en un conjunto que cuenta con 16 triunfos, seis más que los verdiblancos

De Bisschop, Wembi y Doménech, sentados en el banquillo de San Pablo durante un entrenamiento del Betis Baloncesto.

De Bisschop, Wembi y Doménech, sentados en el banquillo de San Pablo durante un entrenamiento del Betis Baloncesto. / Betis Baloncesto

Seis triunfos en los últimos ocho encuentros y alcanzar el noveno puesto, último que da acceso a los play off, ha disparado la ilusión en un Betis Baloncesto que ya ha olvidado las penurias de esta temporada y las derrotas en Cáceres, en la prórroga con Oviedo o ante el Clavijo que ahora serían oro puro. Ha pasado tanto desde octubre que la novena plaza se vende como un éxito para un recién descendido, pero todavía queda mucho que luchar para amarrar ese ambicioso reto.

Incluso ahora uno se puede acordar del tropiezo de la primera vuelta contra el Tizona Burgos, rival esta noche (20:30), cuando perdió por 84-85 cuando vencía por 83-78 a falta de 1.30 minutos. Se gestionó mal el final del encuentro, como el día contra el Oviedo en el que se cayó en una prórroga a la que no se debió llegar, o como ante el Fuenlabrada, con el que se acabó sufriendo más de lo debido por las malas decisiones en los momentos claves del final. Es uno de los debes de Bruno Savignani y su equipo y ante un rival como el conjunto del ex cajista Diego Ocampo, revelación de la temporada confirmada ya desde hace tiempo y que es cuarto con 16 victorias (seis más que los heliopolitanos), hay que minimizar los errores para tener opciones hasta el final. Y es que sólo dos rivales han ganado en su pista al cuadro burgalés, el Lleida y el líder Leyma Coruña. Los otros nueve encuentros en casa los solventó con victoria el segundo mejor ataque de la liga con 88,2 puntos de promedio (como local ha pasado en cuatro ocasiones de los 100 puntos) y uno de las escuadras que mejor va al rebote ofensivo, otro debe de este Betis a mejorar.

Sin embargo, es innegable que la versión del cuadro verdiblanco ha mejorado. No sólo por lo que reflejan los resultados, sino también por las sensaciones sobre la pista de un conjunto capaz de elevar su intensidad en defensa cuando es necesario y con los roles muy bien definidos. Los pívots no intentan hacer cosas raras que no saben, cada jugador conoce sus limitaciones y explota sus puntos fuertes y el estilo de juego está definido por fin. El triple sigue siendo el arma principal, pero ya no se vive o se muere desde más allá de la línea de los 6,75 metros, sino que hay alternativas con las penetraciones a canasta de Joaquín Rodríguez o Polanco y la aparición de Faggiano como anotador.

El Tizona sólo perdió dos de los 11 partidos jugados en casa, contra el líder Leyma Coruña y el Lleida

Al son de estos tres juega el Betis Baloncesto, pudiéndose sumar Kuksiks si está acertado en el tiro exterior o los interiores si el balón les llega en buenas condiciones cerca del aro. El quinteto titular hace daño, pero a la hora de rotar el equipo acusa la falta de puntos en los momentos en los que el trío anteriormente citado toma aire en el banquillo. Aguantar esos momentos sin encajar grandes parciales es clave.

Con esas bazas tratará de plantar cara el plantel hispalense a la escuadra de Diego Ocampo, que juega un baloncesto rápido, con ataques dinámicos en los que se mueve el balón con sentido buscando siempre una ventaja, no pasar por pasar. Reparte mucho los minutos el técnico gallego para que sus jugadores se expriman sobre el parqué.

Destaca como máximo anotador Joe Cremo, escolta estadounidense que ya estuvo la pasada campaña en LEB Plata con el Tizona, que perdió la dirección de Dídac Cuevas fichado por Zaragoza. Su salida propició la llegada del ex bético Caio Pacheco, apoyado en la promesa malagueña Saint-Supery. Además de otros jugadores importantes como el ex ACB Jacobo Díaz, Ramón Vila, Arnau Parrado o el músculo que ponen en la pintura Kieli y Thiam. Una plantilla larga y comprometida con un proyecto que ha renacido de la mano de Diego Ocampo. Puede que un espejo en el que mirarse en el futuro.

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