William Carvalho ha asegurado a la magistrada del Juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla que efectivamente tuvo relaciones sexuales con la mujer que lo ha denunciado por una supuesta violación pero ha asegurado que fueron consentidas. El futbolista del Betis ha sido prolijo en su comparecencia judicial y ha revelado que tuvo sexo con la joven dos veces, primero en Ibiza y después en Sevilla, pero que después ya no quiso volver a verla. La denuncia, de hecho, fue presentada una semana después del último encuentro entre ambos.

Tras esta comparecencia, la titular del órgano judicial ha acordado su libertad y no le ha impuesto ninguna medida cautelar, ni orden de alejamiento ni retirada del pasaporte. Aun así, el jugador mantiene la condición de investigado a la espera de que se sigan practicando diligencias.

La denunciante es una joven de Salamanca, de 30 años en el momento de los hechos, que trabaja como enfermera en Ibiza. Allí los presentó una amiga en común en julio de 2023 y allí mantuvieron ya la primera relación sexual, según el futbolista portugués. La segunda fue en Sevilla el 9 de agosto. Habían quedado previamente, según la versión del jugador.

Ella llegó a la ciudad y el jugador la llevó al hotel Eurostars, en la Torre Sevilla. Él mismo le había hecho y pagado todas las gestiones: los vuelos, el alojamiento (con servicio de habitación incluido...). Después comieron en un conocido restaurante y fueron a una discoteca en el Muelle de Nueva York, donde ella sufrió una indisposición e incluso se cayó y sufrió un esguince de tobillo. En todo momento estuvieron acompañados por un amigo del centrocampista internacional por Portugal, siempre según su versión ante la magistrada.

Horas después de su último encuentro, ella le pidió que le retrasara el vuelo de vuelta a Ibiza pero no aludió a ninguna violación

Como la lesión no era especialmente grave, regresaron entonces al hotel, subieron a la habitación y mantuvieron la segunda relación sexual, consentida según el futbolista. Él se marchó sobre las 7.40 de la mañana, ya que debía entrenarse, y ya no volvió a verse con la denunciante, a pesar de que esta le insistió varias veces en ello durante ese fin de semana. El último día, como dato significativo para la defensa de William Carvalho porque fue horas después de la supuesta violación, ella le mandó un mensaje en el que le pedía ¡que le retrasara el vuelo de vuelta a Ibiza porque consideraba que salía demasiado temprano. No dejó constancia de ningún episodio parecido a una agresión sexual.

Durante la siguiente semana, la joven siguió mandando mensajes al futbolista en los que criticaba su comportamiento y que no quisiera saber nada más de ella, pero sin aludir al supuesto atentado contra su indemnidad sexual. Es más, ha sido la presunta víctima la que ha aportado todos los audios y mensajes de Whatsapp que le envió durante esos días, que él borró para que no los viese su pareja (actualmente están separados). Después se enteró de que había en marcha una investigación policial y que la denuncia había sido presentada en Ibiza el 16 de agosto. Es decir, siete días después del último encuentro.

En el trámite judicial, que ha durado algo menos de media hora, William Carvalho ha respondido a las preguntas de la magistrada y de su propio abogado. No ha contestado en cambio al representante legal de la denunciante, que ha comparecido por videoconferencia desde Madrid.