Betis: Un debate candente y frustrante
El bajón de Pellegrini va de la mano del descenso de calidad en un plantel con problemas en la portería, en los laterales, con una medular sin empaque ni creatividad y una delantera con poca pegada a la espera del Cucho

Sevilla/El Betis se está empeñando en vivir en una frustración constante y lo hace por dos motivos que van de la mano: el bajón del entrenador y el descenso de nivel de la plantilla en posiciones importantes, amén de ser un equipo con muy poco carácter –sin músculo ni jugadores con mordiente– que se viene abajo a la mínima que recibe un golpe, como se pudo ver en Balaídos.
Un equipo que no abandona la irregularidad en la Liga, en donde ha vuelto a convertirse, como antaño, en ese Betis resucitador de rivales que pasan por muy malos momentos (Valencia, Valladolid, Alavés, Celta...), vislumbrándose una mediocridad que debe invitar a una profunda reflexión en el seno de Heliópolis dentro de ese debate candente en el beticismo sobre la figura del chileno, el nivel de la plantilla (planificación) y el bajón de rendimiento del equipo bético.
PELLEGRINI
La ciclo de Manuel Pellegrini en el Betis empieza a desprender ciertos síntomas de agotamiento. Ese plus que el técnico chileno le venía dando a los verdiblancos en temporadas anteriores apenas aparece en ésta y, de momento, tampoco aporta soluciones. El bajón de juego del cuadro de La Palmera es evidente desde que ganara la Copa. La involución de su fútbol es clara y todo queda a expensas de alguna genialidad o inspiración de los hombres de más calidad (Isco casi siempre). Además, en las lecturas de partido (cambios), el santiaguino falla más que acierta y tampoco se observa cambio de planes sobre la marcha durante los encuentros si la situación lo requiere.
Todo eso repercute en un Betis que está firmando en la Liga la temporada con peor puntuación desde que el Ingeniero llegara al banquillo. De hecho, los heliopolitanos sólo han ganado 2 de los últimos 12 encuentros de Liga (1-2 al Villarreal y 0-1 al Mallorca).
Los verdiblancos tienen en estos momentos 29 puntos (11º) tras 23 jornadas. La temporada pasada, 2023-24, tenían 35 puntos (8º) con las mismas jornadas disputadas; en la 2022-23 sumaban 40 (5º), en la 2021-22 también 40 puntos (3º) y en la 2020-21, la primera de Pellegrini en Heliópolis, tenían 33 (7º). Así, la actual campaña liguera está siendo la más baja en puntuación desde que el santiaguino tomara las riendas béticas.
LA PLANIFICACIÓN
El bajonazo de Pellegrini es claro, pero va de la mano del descenso de nivel de la plantilla. Sacar pecho a la hora de usar esa frase tan usada en fútbol de "el dinero en el campo" para ensalzar la planificación actual cae por su propio peso cuando el cuadro verdiblanco tiene un problema en la portería, en los laterales, el centro del campo y la delantera (a la espera de ver qué puede ofrecer el Cucho).
Así, el Betis, sin balón, deja mucho que desear, sobre todo por una medular sin empaque alguno, sin contención y con poca capacidad para apretar al rival y recuperar la pelota, siendo muy fácil de superar para sus adversarios. De ahí la incapacidad de los verdiblancos de mantener un resultado positivo y no controlar los partidos porque su centro del campo es débil. Ni destruye ni construye, pues tampoco hay un pivote organizador para esa faceta, todo queda a expensas de alguna chispa de magia que casi siempre emana de Isco o, en Vigo, de Antony (gol).
"Estoy muy decepcionado. Seguimos regalando puntos y así conseguir los objetivos que nos proponemos es imposible. Somos un flan, nada más que pasa cualquier cosa nos ponemos a temblar. No sabemos gestionar momentos complicados dentro del partido. Otra vez revivimos al rival. Nos venimos abajo a la menor complicación. Si no mejoramos eso, la temporada se nos va a hacer muy larga", señaló con razón el costasoleño tras la derrota ante los celestes.
Una bajada de fútbol, por tanto, vinculada al descenso de las prestaciones de Pellegrini y del nivel en ciertos puestos de un equipo que en defensa ha perdido fiabilidad (13 goles encajados entre los últimos cuatro partidos de Liga y uno de Copa ante el Barça). Todo esto, metido en una coctelera, explica el porqué del bajón del Betis con respecto a campañas anteriores, aunque aún, y pese a que las sensaciones no son nada buenas, está a tiempo de reconducir su situación en la Liga (a dos puntos de la séptima plaza, que puede dar billete para Europa), a la espera de ver cómo se muestra en la Conference, la otra vía para jugar competición europea. Si no, la frustración en el bético irá creciendo y el debate está candente.
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