Olympiacos 0-0 Betis | Europa League

Sin pólvora en Europa

  • El Betis se marcha de Atenas con la agridulce sensación de sumar un punto que debieron ser tres ante un rival que se quedó con diez

  • Joel Robles fue un muro para Olympiacos

Los jugadores agradecen el apoyo a los aficionados béticos desplazados hasta Grecia.

Los jugadores agradecen el apoyo a los aficionados béticos desplazados hasta Grecia. / Darko Fabiani

Con un sabor agridulce. Así se marchó el Betis de su regreso a Europa en un escenario de primer nivel como este Georgios Karaiskakis. Desaprovecharon los verdiblancos la ocasión de dar un golpe en la mesa, sobre todo en la media hora final en la que impuso su dominio, incluso ya masivo tras la justa expulsión de Tsimikas. Ha comenzado la temporada el Betis con sus delanteros sin ver puerta y de nuevo esa falta de eficacia impidió que los de Setién se marchasen con todo el botín de regreso a Sevilla. También Joel Robles salvó tres claras ocasiones de los rivales, pero para eso estará el portero dirá Setién, al que le salió bien esa amplia rotación que realizó en el once comenzando en la portería.

Fue un Betis que exhibió personalidad, pese a que su rival no se arrugó jamás, y al que quizá le faltó claridad en esos más de 20 minutos finales en los que jugó en superioridad. Ni Canales ni Sanabria, que habían entrado de refresco, pudieron enganchar ese gol que le hubiera dado una recompensa de oro al regreso europeo de los verdiblancos.

El duelo presentó a dos equipos que mostraron sus armas, con sus limitaciones, pero siempre buscando la victoria. Que Olympiacos haya dominado hegemónicamente en las dos últimas décadas la Superliga no es casualidad. El cuadro griego compite de verdad, sobre todo al calor de su animoso público. Y pese a que el Betis quiso exhibir su estilo de juego, con el fútbol de posesión por bandera, Olympiacos salió respondón, con el deseo también de mandar en el juego y quizá con un punto más de verticalidad en sus acciones. También con menos calidad en su delantero, un Ahmed Hassan que tenía por misión incomodar a los zagueros béticos.

En ese duelo de alternativas,de intensidad y pierna dura cuando la situación lo requería, la primera gran ocasión fue verdiblanca. Javi García, desde su posición de central, conectó un pase por dentro que encontró el primer toque de Joaquín para dejar a Loren ante Giannotis. La duda del marbellí fue aprovechada por el veloz Tsimikas para desbaratar la jugada con la puntera, aunque el Betis ya lanzaba su primer aviso.

Y es que con Joaquín por delante del doble pivote formado por Lo Celso y Guardado, dos zurdos de calidad infinita, los de verde hallaron un punto débil del cuadro griego. De esa zona partieron las mejores jugadas verdiblancas, ya fuera por la visión de juego del portuense o por las rupturas del argentino, que cumplió a la perfección.

Incluso Lo Celso probó fortuna desde la frontal tras una excelente jugada en la que Mandi se incorporó casi como un extremo más para dejarle la pelota al argentino, cuyo disparo se marchó junto al poste derecho de Giannotis. Ahí se acabaron los mejores minutos del Betis en el primer tiempo, aunque también tendría alguna oportunidad más, sobre todo en acciones de Barragán por la derecha y de Sergio León.

Pero también Olympiacos rozó el gol. Con el rugido que no cesaba desde el fondo norte donde su ubican sus hinchas más radicales, avisó el cuadro griego primero con disparos lejanos, luego con ciertas dudas de Joel Robles y Javi García, para acabar con la ocasión más clara en las botas de Podence. Fortounis le robó la cartera a Mandi para enfilar el área verdiblanca y su cesión al menudo atacante portugués acabó en un disparo con la zurda de éste al que respondió Joel Robles con una gran parada.

No bajó la intensidad del partido, nadie daba una pelota por perdida, ninguno quería retroceder un metro. A una ocasión de Fetfatzidis, ante la que se agrandó de nuevo Joel, le siguió otra de Loren, que peinó de manera insuficiente un pase de Joaquín. Ya se había metido el duelo en el segundo tiempo y con el paso de los minutos el Betis acrecentó su dominio.

Se jugaba casi siempre en campo rival, con un Olympiacos que replegó líneas a la espera de cazar un contragolpe que le permitiera desequilibrar el partido. Tello, al que Tsimikas le sacó la pelota cuando se quedaba ante Giannotis, o Sergio León, que disparó de forma inocente cuando se encontraba solo ante el meta, desaprovecharon las mejores oportunidades béticas.

Pese a ese dominio incensante de los de Setién, de nuevo Joel se erigió en salvador, esta vez ante un tremendo disparo de Camara, que el meta despejó a saque de esquina. En ese toma y daca, la siguiente acción correspondió de nuevo al Betis, que se quedó en superioridad numérica después de que Tsimikas derribase a Loren.

Ahí pareció que se le abriría el camino al conjunto verdiblanco, que con Canales recién salido al campo, quemó las naves con las entradas de Inui y Sanabria. Pero cuando todo parecía más encaminado para encontrar ese gol que tanto se resiste, el Betis se bloqueó. Ni el centrocampista cántabro ni Barragán, ya casi un extremo diestro, encontraban el pasillo necesario. Olympiacos, arropado aún más si cabe por su público, ya se juntó casi en la frontal de su área para que pasaran los minutos.

Un centro de Tello que cruzó el área local de un lado a otro sin encontrar rematador; dos disparos de un desacertado Canales... Ahí se acabó esa pólvora mojada de este Betis, que regresó a Europa enseñando su libro de estilo, pero que volverá a Sevilla con esa sensación de que se había podido llevar los tres puntos.

Seguramente con el paso de los días se valorará más el empate logrado en Atenas, esa cuna de la civilización occidental que fue el lugar en el que este Betis que quiere consolidarse en la élite regresó a las competiciones europeas. Pero en esta ocasión, como ya pasara ante Alavés o Valencia, el Betis dejó escapar una victoria merecida por esa falta de acierto en los metros finales.

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