Bayer Leverkusen - Betis | La previa

Un pequeño tesoro aguarda para el Betis en Leverkusen

  • Los verdiblancos buscan una victoria en Renania que los deje a tiro el objetivo de saltarse el cruce de dieciseisavos ante un rebotado de Champions

  • Guido y Fekir, piezas angulares, deben volver ante un rival muy duro, aun mermado

La plantilla del Betis se entrena en el Bay Arena de Leverkusen.

La plantilla del Betis se entrena en el Bay Arena de Leverkusen. / Sascha Steinbach (Efe)

Partido-bisagra el que aguarda al Betis esta noche en la ciudad alemana de Leverkusen, estado de Renania del Norte-Westfalia. Ganarlo le abrirá la puerta a un escenario nuevo y deseado: muy probablemente, acabaría primero de su grupo de la Europa League y se saltaría con ello una casilla, como si del juego de la oca se tratara. Porque el que se lleve esta liguilla inicial disfruta de un novedoso regalo de la UEFA: librarse de ese exigente cruce de dieciseisavos de final ante un rebotado de Champions y entrar directamente en el bombo del sorteo de octavos. A sólo tres cruces de jugar la primera final continental de su historia se situarían los heliopolitanos.

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Una final, la de mayo de 2022, que contiene para el Betis, además, el mayúsculo plus emocional de librarse en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. A cualquier sevillano, o no sevillano, que piense en verde y blanco, parafraseando el conocido eslogan cervecero, se le acelera el pulso de sólo pensarlo.

Ganar hoy supondrá alimentar tamaño sueño. Porque parece claro que el Bayer Leverkusen y el Betis, ambos con 7 puntos, se van a repartir los dos primeros puestos del grupo visto el nivel del Celtic y el Ferencvaros, dos equipos con mucha más historia que potencial hoy y que difícilmente van a acercarse a españoles y germanos.

Vencer casi equivaldría para el Betis a quitarse dos molestos partidos del calendario en febrero y eso, indirectamente, también repercutiría para bien en la Liga.

Manuel Pellegrini, siempre sereno, con ese tono flemático y seguro que le confiere su personalidad y su experiencia, concentra sus esfuerzos en los hechos más que en la palabrería. Traducido: en lugar de entregarse a los mensajes demagógicos y populistas, ha enchufado al mayor número de piezas posibles en el transcurso de estos dos meses y medio de temporada, incluidos a dos que el bético medio quería ver fuera de Heliópolis en verano, Juanmi y William Carvalho. Todos se han embarcado. Todos creen en su mensaje. Todos se sienten convencidos de que su plan los va a llevar al éxito colectivo, que también será el personal, cuando las calores vuelvan a apretar en primavera.

Esa capacidad para sumar adeptos ha hecho que el Betis sobrelleve las rotaciones con enorme naturalidad. Hasta ahora no han sido un mal necesario por las exigencias del calendario: han sido más bien, bajo la mano firme del chileno, el pegamento que ha dado cohesión al Betis de Pellegrini 2.0.

El hecho de que el próximo domingo asome derbi en el Benito Villamarín pudo influir en que Fekir, apercibido de sanción por ciclo de cinco amarillas, se resguardara de la copiosa lluvia en el banquillo del Wanda. Pero el jugador franquicia de este Betis va a volver hoy a escena, como siempre hasta el viaje a la casa del campeón de Liga.

También debe retornar otra de las piezas angulares en el mecano bético, Guido Rodríguez. Sin él el pasado domingo, afloraron demasiadas costuras en la zona ancha verdiblanca tan pronto el Atlético embragó y metió marchas más largas. Y hoy, aunque este Bayer Leverkusen enlace cinco partidos sin ganar y le falten cuatro o cinco titularísimos, las exigencias tampoco van a ser menudas para los béticos.

Atendiendo a la alineación en el Metropolitano y la inminencia del derbi, a apenas 72 horas, entra dentro de la lógica que hoy prosigan e incluso se acentúen los relevos en la retaguardia, esa línea que tanto quebradero de cabeza da a Pellegrini y a todo bético: Bellerín, Bartra, Víctor Ruiz y Miranda pueden entrar por Montoya, Pezzella, Édgar y Álex Moreno –estos dos últimos, para que descansen–.

Por delante, junto a Guido, estarán William Carvalho o Guardado. Y otra seria duda estriba en el tercer mediapunta que acompañe a Canales y Fekir: el estajanovista Aitor Ruibal o el estilista Rodri tienen más papeletas en espera de que Lainez vaya cogiendo fondo físico. Los Juanmi o Tello pueden volver a recitar su papel de revulsivos, que tan bien suelen hacer. Y arriba, parece más noche para Borja Iglesias pensando en que Willian José reaparezca en casa ante el Sevilla.

Con relación al partido del pasado 21 de octubre en el Villamarín, que tan buen fútbol destiló por parte y parte, el Leverkusen llega con la baja de su gran goleador, el delantero checo Patrick Schick –por rotura de ligamentos en el tobillo– y la duda de su sustituto natural, el argentino Lucas Alario, que faltó al último entrenamiento por problemas musculares.

La baja de Alario obligaría al entrenador Gerardo Seoane a improvisar con un falso nueve que podría ser Paulinho o Amini Adli.

Además, el campeón de aquella Copa de la UEFA del 88 ante el Espanyol tiene otras bajas de peso, la más importante la del medio chileno Charles Aranguiz, que ya faltó en el partido de ida.

También faltan por lesión el extremo Karem Bellarabi, destacado en Sevilla, y el centrocampista Julian Baumgartlinger, además del lateral Bakker, internacional por los Países Bajos.

La ocasión no es mala para que el Betis vuelva a salir a rienda suelta, con ese fútbol que suena a rock and roll: el empate puede llevar la resolución del liderato final al average general y ahí los alemanes están en +5 y el Betis en +3. Mejor salir a ganar. Como siempre.

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