Desde mi córner

Lo último, calentar el próximo derbi

  • Se clama por la paz, pero reconozcamos la legitimidad del Betis a defender sus derechos

Encomiable y ciertamente aconsejable la conseja de que no hay que echar gasolina cuando el próximo derbi galopa inexorablemente hacia las verdes praderas de Nervión. Eso está claro como el agua clara, ya que emponzoñar aguas siempre dispuestas a ser emponzoñadas se sabe cómo empieza, pero nunca cómo será su desenlace. Eso y que el gran culpable es el lanzador del palo de plástico son dos verdades incontestables.

Hace bien el Sevilla en mantener y sostener su postura de retirarse del partido, incluso obra consecuentemente renovando en estos momentos a Jordán, felizmente recuperado, por cierto, de su traumatismo craneoencefálico. Todo entra perfectamente en la lógica y mal haría el Sevilla si no defendiera a su gente, pero es que también tiene el Real Betis Balompié derecho a defenderse tras haber recibido una sanción más ejemplarizante, incluso vengativa, que justa.

Lo de vengativa no tiene nada que ver con el cainismo hispalense, sino en la postura que el inefable Rubiales ha adoptado respecto al sevillanísimo club de las trece barras con corona. Dicho todo esto y en la insistencia de señalar al estúpido lanzador del objeto que impactó en Jordán, también hay que poner el acento en la legítima defensa que el Betis hace de sus derechos, que han sido masacrados a pesar de haber tomado todas las precauciones recomendadas.

Está el Betis en la obligación de defender los derechos de la masa social más alta que existe de Despeñaperros abajo. Las restricciones dejaron en sólo 45.000 béticos los que pagaron su entrada y a los que les birlaron media de ella, pero es que les ha caído la propina de dos partidos en el exilio. Afortunadamente, la Cartuja sirve para algo, pero ahora que tanto se clama por no calentar el próximo derbi convengamos en que el Betis ha de defenderse como bien tenga a entender.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios