Infancia

Conseguir aire limpio en los colegios andaluces

  • Un proyecto de Global Action Plan (GAP) y Philips Foundation proporciona apoyo gratuito a los centros para implementar un plan de acción de aire limpio

Un grupo de alumnos al inicio del curso lectivo en un centro almeriense.

Un grupo de alumnos al inicio del curso lectivo en un centro almeriense. / RAFA GONZÁLEZ

Todos sabemos que la contaminación tiene efectos negativos en la salud, pero realmente no somos conscientes de hasta qué punto. Ha sido en los últimos años cuando más investigación se ha realizado al respecto, descubriendo que la contaminación del aire influye en la enfermedad respiratoria, cardiovascular o incluso renal. Pero, sobre todo, que esta pasará factura, mañana, a los niños de hoy. Los datos indican que puede suponer alteraciones en el desarrollo de su función pulmonar, la aparición o el empeoramiento del asma o incluso la reducción de su capacidad de memoria. Proteger a los niños de la contaminación es tan importante como educar a los niños en proteger al planeta. Con este objetivo nace la iniciativa 'Aire Limpio en los Centros Escolares'.

Se trata de un proyecto de Global Action Plan (GAP) y Philips Foundation, que proporciona apoyo gratuito a los centros para implementar un plan de acción de aire limpio a medida.  Además, los centros reciben 10 purificadores de aire para mejorar el ambiente en las aulas. Por el momento, son nueve centros de Andalucía, País Vasco y Madrid los que participan en el programa piloto.

Bajar un 50% la contaminación atmosférica en los alrededores de los centros escolares puede reducir a la mitad el número de niños y niñas que tienen una capacidad pulmonar deficiente.

Es el caso del Colegio CEIP Juan Pablo I de Granada. Endina Escobar, una de las maestras, destaca lo positivo de esta experiencia. “El objetivo es que los niños sean agentes de cambio, son como un Pepito Grillo en sus casas, y así trasladan su granito de arena”. Tal y como relata la maestra, el plan de acción aporta una serie de ideas o acciones que son personalizables al contexto de cada centro y que son totalmente adaptables al currículum escolar, no como una actividad extraordinaria, sino dentro de asignaturas como Ciencias Naturales, Educación Física o Lengua. Todo ello se ha traducido en pequeños cambios. Especialmente con el objetivo de que los más pequeños sean conscientes de la realidad de su zona, sepan identificar qué causa la contaminación y qué pueden hacer por su parte para reducirla. “Se han ampliado las zonas verdes y el huerto escolar, se ha realizado cartelería sobre los elementos que contaminan y se han instalado aparca bicis para fomentar el acceso no contaminante al colegio”.

De hecho, conseguir reducir el uso del coche en la llegada al colegio, cortando el acceso a los vehículos en la entrada, evitando las esperas en ralentí, y favoreciendo vehículos alternativos como el patín o la bicicleta es uno de los puntos fuertes del proyecto. No obstante, como aportan desde GAP, llevar a los niños al colegio en coche los expone a tres veces más contaminación que si fueran caminando. 

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