Estos son algunos de los tumores más frecuentes: claves para un buen diagnóstico y tratamiento
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Cáncer colorrectal, próstata, linfomas o páncreas
Este viernes se celebra el Día Mundial del Cáncer, una enfermedad que sigue siendo una de las principales causas de morbi-mortalidad en España, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), con más de 275.000 nuevos casos este último año y más de 113.000 muertes anuales. Además, el último informe de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) sitúa a Andalucía como la comunidad con la mortalidad más alta de España en el último año, con más de 18.000 fallecidos. Para tratar de revertir esta situación, los especialistas tienen clara la necesidad de apostar por la prevención, poniendo el foco en la importancia de mantener hábitos de vida saludables, y en la incorporación de las mejores innovaciones terapéuticas que hacen posible que la curva de fallecidos cada vez vaya siendo menor. Pero, sobre todo, en la detección precoz, dado que en la mayoría de tumores es determinante a la hora de conseguir un mejor pronóstico de la enfermedad.
Sin duda, la pandemia ha impactado de forma directa en el diagnóstico de muchos tumores. Por eso, hay que poner el foco en las revisiones periódicas a partir de una determinada edad, en los programas de cribado y en aquellos síntomas que pueden hacernos sospechar de que algo no va bien y que es preciso consultar con un especialista.
De la mano de diferentes especialistas de Quirónsalud, nos adentramos en los tumores más prevalentes en España para saber un poco más sobre sus síntomas y cómo pueden detectarse a tiempo para tratarlos con éxito. En este primer reportaje hablamos del cáncer colorrectal, tumor con más casos en España; del de próstata, el que más afecta a los hombres; del de páncreas, uno de los que tiene peor pronóstico; y de los linfomas, los tumores hematológicos más frecuentes.
Cáncer colorrectal
El cáncer colorrectal es el cáncer más frecuente en España, con más de 43.000 nuevos casos en el 2021. Los programas de cribado están bien establecidos a partir de los 50 años a través de pruebas de detección de sangre en heces, dado que muchos de sus síntomas como las molestias abdominales como calambres o gases, la debilidad o cansancio y la pérdida de peso sin causa aparente, no siempre aparecen o pueden confundirse con otras patologías menos graves.
En cuanto a su tratamiento, desde el punto de vista quirúrgico el doctor Salvador Morales Conde, jefe de Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, explica que el tratamiento está bastante estandarizado respecto al abordaje, ya que la cirugía laparoscópica se ha consolidado como la opción más adecuada. “Permite obtener los mismos resultados que el abordaje abierto, pero con una recuperación más rápida, menor estancia hospitalaria, menor dolor y una menor tasa de problemas en la herida quirúrgica, tales como hernias o infecciones de la herida.
Uno de los aspectos más relevantes actualmente de la cirugía del colon es la determinación de la extensión de la extirpación del tramo correspondiente del mismo y de sus ganglios linfáticos. “Estas decisiones se deben basar en el tipo de paciente y en las características del tumor, su estadiaje y su localización, buscando una aproximación individualizada más eficiente”, explica el Dr. Morales.
Por otro lado, el especialista de Quirónsalud aclara que un aspecto muy importante en la actualidad, en relación a la innovación desde el punto de vista quirúrgico en la cirugía de colon, va asociada al concepto de cirugía guiada por la imagen. “La innovación en este campo nos permite, por un lado, realizar reconstrucciones tridimensionales preoperatorias de la lesión tumoral en cada paciente -- que nos ayudará a guiarnos durante la cirugía identificando intraoperatoriamente las variantes anatómicas en cada caso-- y, por otro, al uso de trazadores que nos permitan realizar una cirugía más efectiva, eficiente y dirigida para cada paciente”.
En cuanto al punto de vista de la oncología médica, el doctor Juan Carlos Quero, miembro del equipo de Oncología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, explica que en un cáncer de recto localmente avanzado (tumor grande y/o ganglios afectados), se suele dar antes de la cirugía un tratamiento combinando la quimioterapia y la radioterapia. Este procedimiento se denomina “quimioradioterapia neoadyuvante” y tiene como objetivos reducir la posibilidad de que recaiga la enfermedad, y facilitar la cirugía disminuyendo el tamaño del tumor.
Un nuevo concepto, apunta este especialista, es el tratamiento neoadyuvante total, que significa añadir unos 3 meses de quimioterapia al tratamiento de quimioradioterapia. Con esta táctica se consigue que ya no se detecte el tumor en un 28% de los casos, frente a un 14% en los pacientes que solo reciben quimioradioterapia. En estos pacientes en los que ya no se observa el tumor, se puede valorar omitir la cirugía, evitando así una colostomía o “bolsa” definitiva. Eso sí, es necesario un seguimiento intenso mediante colonoscopias y resonancias frecuentes en los primeros años.
Al contrario que en el cáncer de recto, en el cáncer de colon localmente avanzado no se suele dar la quimioterapia antes de la cirugía sino después. Esta quimioterapia “adyuvante” dura 6 meses y tiene como objetivos reducir la posibilidad de recaída de la enfermedad y el aumento de la supervivencia. Sin embargo, explica el doctor, un efecto adverso de este tratamiento es la neurotoxicidad. El oncólogo indica que recientes estudios han demostrado que en un subgrupo de pacientes se puede acortar la duración de la quimioterapia adyuvante de 6 a 3 meses, disminuyendo así la neurotoxicidad y el coste del tratamiento.
Cáncer de próstata
El cáncer de próstata es el tumor más común entre los varones a nivel mundial pero, a pesar de su alta incidencia --en España se diagnostican más de 33.000 casos al año--, “la tasa de supervivencia de los pacientes es bastante alta con un tratamiento adecuado”, subraya el doctor Francisco Javier Giráldez, urólogo del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla. Para ello, es fundamental conseguir una detección precoz a través de revisiones anuales con el especialista en todos los varones a partir de los 50 años, salvo en caso de tener antecedentes directos, que se recomienda a partir de los 45 años.
Si bien, incide en que “aproximadamente un 40% de los pacientes tratados con intención curativa (cirugía o radioterapia) por cáncer de próstata en estadío localizado presentarán recurrencia o recaída de la enfermedad”, para lo que tenemos armas terapéuticas que habitualmente pueden controlar con garantías la enfermedad. Cuando existe esta recaída se suele detectar por una elevación llamativa y persistente del marcador tumoral PSA en sangre, que, en su caso, da lugar a otras pruebas diagnósticas cada vez más específicas para determinar dónde está el foco de la persistencia de la enfermedad y así elegir el mejor camino a seguir.
“Para tratar con efectividad las recidivas también es importante poder hacer una detección lo más precoz posible”, subraya el especialista, que añade que en aproximadamente la mitad de los pacientes reaparece en el lecho prostático, es decir, localmente, pero en el resto ocurren a distancia –metástasis- siendo la localización más frecuente de estas metástasis en ganglios linfáticos y óseas.
En este sentido, el Servicio de Medicina Nuclear y PET-TC del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla dispone de un nuevo radiofármaco pionero en la sanidad privada en España, que permite una detección precoz del cáncer de próstata recurrente. Se trata del --18F-PSMA--. “Esta mejora en el rendimiento diagnóstico influye sustancialmente en las decisiones de tratamiento, especialmente en radioterapia, encontrando pacientes potencialmente curables en estadíos más tempranos”, explica la responsable del Servicio de Medicina Nuclear y PET-TC del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Blanca González-Gaggero.
Y es que, como apunta la responsable del Servicio de Radioterapia del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, María Isabel Ramos Durán, la radioterapia se emplea como tratamiento curativo en cáncer de próstata localizado, como tratamiento de rescate en los casos de recurrencia local y empleando técnicas de alta precisión como la radioterapia estereotáctica corporal (SBRT) como tratamiento de un número limitado de metástasis en pacientes con diseminación de la enfermedad a distancia --Cáncer de próstata oligometastásico--. “Encontramos pacientes potencialmente curables a los que sólo se les hubiese podido ofrecer tratamiento paliativo sin la detección temprana de la enfermedad”, insiste la radioncóloga.
Linfomas
El linfoma es un cáncer o enfermedad tumoral de una parte del sistema inmunitario llamado sistema linfático. Afecta a los linfocitos, células de la sangre que ayudan a luchar contra las infecciones. Este tipo de cáncer cuenta con unas altas tasas de curación con los esquemas de tratamiento quimioterápico estándar en primera línea, con un 90% en pacientes curados en estadios precoces y un 70% en avanzados; sin embargo, “hay que tener muy en cuenta que aproximadamente un 30% de pacientes, sobre todo en estadios avanzados, recaen en el primer año; es decir, reaparece el linfoma; y un 5 ó 10% es primariamente refractario, es decir, la quimioterapia inicial no llega a conseguir una curación en ellos”, ha declarado el doctor Agustín Hernández, jefe del servicio de Hematología del Hospital Quirónsalud Málaga.
Dada la situación, se hace imprescindible el estudio y debate de las últimas técnicas y tratamientos en pacientes con linfoma e investigar la forma de evitar su reaparición. El principal avance de los últimos años en el tratamiento del linfoma de Hodgkin se basa en la combinación del tratamiento quimioterápico estándar al cual se le añade inmunoterapia personalizada contra las características del linfoma que padece el paciente. Asimismo, los desafíos que surgen son la introducción de nuevos fármacos tales, como brentuximab vedotina, y los inhibidores de check point, que comienzan a posicionarse en la primera línea de tratamiento de este linfoma y en los tratamientos de rescate.
Entre las mejores estrategias para los pacientes con linfoma de Hodgkin que presenten factores pronósticos de alto riesgo destaca el Brentuximab (anticuerpo antiCD30); “un fármaco que ya ha comenzado a mejorar los resultados del tratamiento convencional, tanto en algunos pacientes que lo reciben en primera línea como, sobre todo, en pacientes que recaen o son refractarios”, ha alentado. Otros fármacos que han permitido mejorar el rescate de estos pacientes son los inhibidores de inmunocheckpoint y la terapia CAR-T, que se espera que salga próximamente, “tratando los linfocitos del propio paciente modificados genéticamente para combatir a la enfermedad, que está dando esperanzadores resultados en ensayos clínicos y que ya está disponible para otros tipos de linfomas”.
En cuanto a otro subgrupo de linfomas, los No Hodgkinianos CD30 positivos, “se recurre al tratamiento convencional de quimioterapia de primera línea basado en esquemas clásicos de quimioterapia en los subtipos linfoma B y T puede conseguir altos porcentajes de remisión completa, pero persistiendo una elevada tasa de recidiva tumoral”. En este sentido, ha afirmado que “afortunadamente, los esquemas de rescate de segunda línea incorporando anticuerpo anti-CD30 conjugado con toxina son altamente eficaces consiguiendo segundas remisiones completas”. Así, la línea de investigación clínica actual incluye numerosos ensayos clínicos que incorporan el uso de anti-CD30 en la primera línea de tratamiento, con el fin de evitar la aparición de recaídas.
Cáncer de páncreas
El cáncer de páncreas suele diagnosticarse en fases avanzadas de la enfermedad, lo que dificulta un tratamiento satisfactorio de la misma y hace que sea uno de los tumores con peor pronóstico. Según el doctor Juan Bayo, oncólogo del Hospital Quirónsalud Huelva, “el cáncer de páncreas no suele presentar síntomas detectables en las etapas iniciales de la enfermedad, ya que estos son insidiosos y poco específicos”. Sin embargo, indica el especialista que existen signos de alarma característicos de esta patología que deben ser consultados, especialmente si se manifiestan de manera intensa y progresiva:
- Pérdida intensa de peso y apetito
- Sensación de saciedad temprana y progresiva
- Vómitos y náuseas persistentes
- Dolor abdominal y/o dorsolumbar
- Elevación de la glucemia o de las transaminasas
- Ictericia
- Cuadro depresivo
- Mal estado general
Actualmente, la confirmación del diagnóstico se da tras la realización de varias pruebas. En primer lugar, un análisis sanguíneo y un TAC abdominal. Posteriormente se realiza una biopsia endoscópica, percutánea o quirúrgica y en determinadas ocasiones, el equipo médico decide completar el estudio diagnóstico con una resonancia o PET.
“Ante el cáncer de páncreas el tratamiento más efectivo es la combinación de cirugía radical, que extirpa el tumor completamente, y quimioterapia preventiva”. Si el tratamiento quirúrgico no está indicado se opta por la quimioterapia paliativa acompañada en algunos casos de radioterapia. Esta patología, recuerda el especialista, “no presenta posibilidades de diagnóstico precoz y tiene un pronóstico muy complicado por lo que es muy importante la prevención”.
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