Investigación y Tecnología

El cigarrillo electrónico, además de aumentar la depresión en adolescentes, tiene estos efectos para la salud mental

Mujer fumando cigarrillo electrónico en un espacio público.

Mujer fumando cigarrillo electrónico en un espacio público.

Cada año mueren en España unas 60.000 personas de forma integral a causa del tabaco. Como remedio al tabaquismo, muchas personas optan por la alternativa del cigarrillo electrónico, pero este método no es válido para dejar de fumar. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): "La publicidad de los cigarrillos electrónicos juega a transmitir la idea de que son útiles para dejar de fumar, a pesar de no haber suficientes estudios científicos que avalen dichas afirmaciones".

Uno de cada siete adolescentes vapean con el cigarrillo electrónico, pero "vapear" no es seguro, ya que no solo es la antesala al consumo de tabaco, sino que un vapeador contiene metales pesados como el plomo, compuestos orgánicos volátiles y agente carcinógenos que pueden dañar directamente el desarrollo del cerebro de un adolescente, especialmente las partes que controlan el aprendizaje, el estado de ánimo y los impulsos.

Lo que pasa es que el aerosol para vapear es menos tóxico que los cigarrillos. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que "No se puede cuantificar cuánto más seguros son los cigarrillos electrónicos y recuerda la necesidad de realizar ensayos clínicos y toxicológicos para determinar con mayor precisión cuál es el grado de seguridad y eficacia de estos productos".

Por qué vapean los adolescentes

Vapear contiene una serie de riesgos para la salud. Los adolescentes encuentran en el hábito del "vapeo" una vía de escape para el estrés y la ansiedad, pero no hace más que crear una dependencia a la nicotina y la adicción a la nicotina en sí misma puede ser una fuente importante de estrés. 

El vapor está asociado a la confusión de pensamiento, pero esto le pasa tanto a adultos como a los menores que practican el "vaping" ya que se ha demostrado que estos tenían más posibilidades de tener dificultades para concentrarse, para dormir, recordar o tomar decisiones, que sus compañeros que no fuman nada. 

La adolescencia es un periodo crítico para el desarrollo del cerebro. Los preadolescentes y adolescentes pueden ser más susceptibles a los cambios cerebrales producidos por la nicotina, la cual crea adicción ya que el cigarrillo electrónico contiene nicotina que es una droga que es muy adictiva. 

Los jóvenes que vapean tienen más posibilidades de comenzar a fumar tabaco y es más probable que desarrollen otras adicciones en el futuro. Además de crear daños en los pulmones y otras afecciones como la bronquitis crónica debido a la exposición a sustancias químicas cancerígenas.

Espacios sin humo

La Sociedad Española de Epidemiología destaca "La importancia de prohibir fumar en espacios en los que puede haber población especialmente vulnerable". El Plan Integral de Control del Tabaquismo contempla que se amplíen los espacios sin humo a las terrazas de bares y restaurantes para "desnormalizar el tabaco y reducir su consumo". Asimismo solicita también su prohibición en lugares como:

  • Entradas de los centros educativos
  • Campus universitarios
  • Espectáculos al aire libre
  • Instalaciones deportivas
  • Vehículos privados

Desde la sociedad científica recuerdan que "La prohibición no solo protege a las personas que acuden como clientes, sino también a las personas trabajadoras del sector de la hostelería, que están expuestas durante muchas horas en su jornada laboral".

Una de las primeras medidas adoptadas por el Gobierno ha sido la que se ha aprobado recientemente en el BOE con respecto a la prohibición de ventas de los aromas característicos o que contengan aromatizantes en sus componentes para el tabaco calentado.

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