Ola de calor

Las muertes en Andalucía por la ola de calor se concentran en más del 60% en Sevilla

Ola de calor en Sevilla

Ola de calor en Sevilla / D. S.

Las extremas temperaturas de la ola de calor se han hecho notar en nuestro país, con una especial incidencia en comunidades autónomas como Andalucía o Extremadura. En Sevilla, por ejemplo, El Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, ha cifrado en 46 muertes las producidas a causa de la ola de calor. Esto se traduce en un 60% el índice de las muertes en Andalucía acontecidas a esta causa tan solo en esta provincia. 

Esta última semana pasará a la historia como una de las más calurosas que se recuerdan. La temperatura más alta apuntada por la Aemet en el aeropuerto fueron los 44,8 grados del miércoles 13 a las 15:50, según indica este mismo diario.  Asimismo, este mes también cuenta con 'la medalla' de registrar hasta la fecha en Sevilla la temperatura más alta desde que hay registros. Fue el 23 de julio de 1995. En la estación del aeropuerto se marcaron 46,6 grados.

Por ahora, durante este año, la localidad onubense de Almonte ha sido la que ha soportado el mercurio más alto. Allí se marcó la temperatura máxima de la comunidad con 45,7 grados el pasado miércoles 13 de julio.

Además, el satélite Copernicus Sentinel 3 ha registrado hasta 60 grados de temperatura en algunas superficies en tierras andaluzas. En Sevilla, Córdoba y Badajoz, la temperatura ambiente ha superado los 45 grados. Y es que al no haber muchas nubes ni vegetación, el sol calienta muchísimo la superficie, que es la que transmite el calor al aire. 

NUEVAS MEDIDAS

Desde el proyecto proMeteo Sevilla se ha pedido que se extremen las precauciones y cuide a las personas más vulnerables, ya que la actual ola de calor tiene riesgos elevados para la salud. Este mismo proyecto ha propuesto iniciar medidas para implantar el los próximos años y evitar muertes relacionadas con las altas temperaturas.

Según indican en su página web, ''Sevilla es la primera ciudad del mundo en probar un sistema piloto que clasifica y nombra las olas de calor según su impacto en la salud para minimizar el impacto de este fenómeno meteorológico en la vida de la población.''

Con esta medidas pretenden que ''Sevilla quiere abordar de una forma proactiva y con medidas reales este reto, uno de los más importantes a los que se enfrenta la humanidad en la actualidad.'' Se trata de un compromiso para proteger a la ciudadanía y a los sectores económicos clave del municipio del calor extremo

Para aplicar estas medidas, los responsables del proyecto pretenden ''desarrollar herramientas que sirvan para coordinar a todas las administraciones y servicios públicos frente a una alerta de este tipo y proponer cambios tanto en las infraestructuras como en los hábitos de vida y trabajo durante los meses de más calor.'', explican.

El Proyecto proMETEO Sevilla está probando un método que ya se ja implantado en otras ciudades europeas  para clasificar las olas de calor en función de su impacto en la salud de las personas. ''Esto permitirá que las administraciones públicas puedan comunicar mejor el riesgo de calor existente en una fecha concreta y tomar las medidas que consideren necesarias para mejorar la respuesta ante esta situación'', añaden.

Según exponen, se trata de sistema piloto de alertas de olas de calor como parte del análisis de las condiciones climáticas específicas de Sevilla a lo largo de su historia así como de los datos diarios de salud y mortalidad. Un equipo de expertos en el que participan técnicos de todos los socios del proyecto ha desarrollado un algoritmo capaz de pronosticar las olas de calor y estimar sus efectos en la salud humana. Todo esto conseguirá proteger a las personas más vulnerables. 

Entre los efectos de una ola de calor incide en nuestra salud y también en nuestra agudeza mental, reduce la seguridad y la productividad de los trabajadores, disminuye la capacidad de aprendizaje de los niños en los colegios, afecta a las infraestructuras y transportes, reduce los rendimientos agrícolas y pone en riesgo la seguridad alimentaria entre otros muchos factores.

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