Isabel España, psiquiatra, sobre el consumo de ansiolíticos: “Vivimos en una sociedad muy estresada que demanda soluciones rápidas para mantener el ritmo”
Es importante abordar el problema de una manera integral, con acompañamiento psicológico y psicosocial, en lugar de depender únicamente de los psicofármacos
España es el país del mundo donde se consumen más tranquilizantes

Vivir con estrés es una constante en la sociedad actual. Son muchas las personas que lo padecen y, en ocasiones, se interioriza de tal manera que pasa completamente desapercibido en la vida diaria. Según los últimos datos del Estudio Internacional sobre Salud Mental, elaborado por el Grupo AXA, un 63% de la población española asegura que no es capaz de relajarse.
En concreto, el informe pone de manifiesto que el 59% sufre estrés, el 48% depresión y un 23% ansiedad. Estos resultados cobran vida en las consultas médicas, donde numerosos pacientes buscan una forma de paliar los síntomas. “Vivimos en una sociedad muy estresada que demanda soluciones rápidas que nos permitan mantener el ritmo”, afirma Isabel España, especialista en psiquiatría de la infancia, adolescencia y psiquiatría del adulto en el Hospital San Juan de Dios de Sevilla.
Además, “hay pocos momentos para la reflexión y mucha soledad”, prosigue. “Todo esto nos lleva a que cuando un problema nos impacta, tengamos menos recursos para gestionarlo”. Por ese motivo, el consumo de ansiolíticos y otros psicofármacos es cada vez más acuciante. “El 22% de los españoles, de entre 18 y 70 años, toma pastillas para dormir o para mantener a raya la ansiedad, y casi la mitad de ese porcentaje lo hace a diario”, informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Los psicofármacos más recetados: antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos
En este sentido, las benzodiacepinas (a las que pertenece el Alprazolam) están entre los psicofármacos más recetados. “Se suelen utilizar para el tratamiento de la ansiedad durante períodos reducidos de tiempo”, explica Isabel España. “Son fármacos que, si se mantienen de forma prolongada, pueden producir fenómenos de tolerancia, es decir, que es necesario aumentar la dosis para conseguir el mismo efecto; y de dependencia física y psicológica, ya que su efecto es rápido”. En cualquier caso, subraya, “si no tratamos la causa que motivó su consumo facilitamos el abuso y la dependencia”.
“Ningún psicofármaco es malo o bueno, depende de cómo se utilice. Siempre debe estar en el contexto de un tratamiento integral donde se aborden los aspectos psicoterapéuticos, psicosociales o de salud que motivaron los síntomas”, indica la especialista. Sin embargo, uno de los principales problemas estriba en la falta de profesionales de la salud mental en Atención Primaria y Especializada. Asimismo, el déficit es aún mayor en Andalucía. “Seguimos estando muy por debajo del número de psicólogos y psiquiatras recomendados en comparación con otras comunidades”.
Aumenta el consumo de ansiolíticos en la adolescencia
“Intentar resolver los síntomas con este tipo de tratamiento farmacológico sin abordar el motivo que lo causó” es uno de los malos hábitos más comunes. “De esta forma, se mantienen de forma prolongada provocando otros problemas como la dependencia o el abuso. Es como si tenemos fiebre alta y solo tomamos anti-térmicos sin tratar el agente infeccioso que la causó”. Ahora bien, en el caso de que haya problemas complejos que requieran de tratamientos ansiolíticos prolongados, deben utilizarse “otros fármacos que no ocasionen estos problemas, como los antidepresivos Inhibidores de la Recaptación de Serotonina”.
Finalmente, uno de los aspectos más preocupantes es el aumento del consumo entre los menores de edad. “Sobre todo, en la adolescencia”, puntualiza Isabel España. Algo que, en palabras de la especialista, se debe a factores como “la baja tolerancia a la frustración, la inmediatez en la solución de los problemas que forman parte de esta etapa y la angustia de padres y profesiones, que contienen menos estas situaciones”. Además, “las redes sociales aconsejan mal a través de respuestas rápidas que, en muchas ocasiones, ponen a los jóvenes en riesgo para resolver la ansiedad”.
Por ese motivo, es importante analizar la situación de una manera amplia, entendiendo los psicofármacos como un tratamiento que debe acompañar el abordaje psicológico del problema, siempre con prescripción médica y respetando las indicaciones pautadas en cada caso. Encontrar formas de gestionar las emociones y las situaciones de vida que, a veces, nos sobrepasan es fundamental para aliviar los momentos de estrés y ansiedad en una sociedad marcada por su ritmo acelerado.
Referencias bibliográficas
- Estudio Internacional sobre Salud Mental, Grupo Axa, marzo de 2025: https://www.axa.es/documents/d/axa/axa_presentacionsaludmental25
- Excesivo consumo de tranquilizantes, Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), noviembre de 2024: https://www.ocu.org/salud/medicamentos/noticias/encuesta-consumo-tranquilizantes
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