Conferencia

Carlos Navarro: "El arreglo de la Semana Santa de Sevilla no puede pasar por reducir los cuerpos de nazarenos"

Monseñor Asenjo, Antonio Muñoz, Manuel Seda, Carlos Navarro Antolín y Jorge Paradela en la conferencia celebrada en el Colegio Notarial de Andalucía.

Monseñor Asenjo, Antonio Muñoz, Manuel Seda, Carlos Navarro Antolín y Jorge Paradela en la conferencia celebrada en el Colegio Notarial de Andalucía. / José Ángel Garcia

Una Semana Santa menos espontánea, más "intervenida" por motivos seguridad, que peca en demasiadas ocasiones de "excesos" y en la que ya se plantea hasta establecer numerus clausus en los cortejos penitenciales. La evolución de la principal fiesta religiosa de Sevilla desde los incidentes ocurridos en la Madrugada de 2000 ha centrado la conferencia impartida este lunes por Carlos Navarro Antolín, subdirector de Diario de Sevilla, en el Aula de Cultura del Colegio Notarial de Andalucía y en la que el periodista, especializado desde sus inicios en información cofradiera, ha lanzado un rotundo mensaje: "Ninguna fórmula de arreglo, salvación o mejora de la Semana Santa puede pasar por la reducción de los cuerpos de nazarenos". 

Monseñor Asenjo, Francisco Vélez, Manuel Seda, Amalia Cardenete, teniente general Melero y Carlos Navarro Antolín. Monseñor Asenjo, Francisco Vélez, Manuel Seda, Amalia Cardenete, teniente general Melero y Carlos Navarro Antolín.

Monseñor Asenjo, Francisco Vélez, Manuel Seda, Amalia Cardenete, teniente general Melero y Carlos Navarro Antolín. / José Angel García (Sevilla)

Con el título de La evolución de la Semana Santa de Sevilla desde 2000, Navarro Antolín ha esbozado los distintos cambios que ha experimentado la celebración en estos 23 años. Su intervención ha venido precedida de una presentación a cargo del alcalde de la ciudad, Antonio Muñoz, que definió al disertador como "el Balenciaga del periodismo", en alusión a la sección La Sastrería que firma en este periodico.

"La fiesta más hermosa, la que mejor representa a la ciudad, está amenazada desde el año 2000". Con esta frase ha iniciado el subdirector de Diario de Sevilla su intervención en el Colegio Notarial de Andalucía. Aquellos incidentes que marcaron la primera Madrugada del siglo XXI han provocado que la celebración se encuentre desde entonces "vigilada, monitorizada y, digámoslo así, intervenida". Situación, hasta cierto punto, lógica si se tiene en cuenta que la Semana Santa, como fiesta viva y que ha perdurado hasta nuestros días, "es hija de su tiempo" y, por tanto, "fiel espejo" de la sociedad de cada momento, de sus virtudes y defectos. 

Los precedentes

Carlos Navarro Antolín en un momento de su disertación. Carlos Navarro Antolín en un momento de su disertación.

Carlos Navarro Antolín en un momento de su disertación. / José Ángel García

La Semana Santa que llega al año 2000 está marcada -como recuerda Navarro Antolín- por el canon estético de regionalismo (al que tanto contribuyó Rodríguez Ojeda), por el aperturismo del Concilio Vaticano II y por la masificación que se inicia en los 80 y crea un verdadero boom en los 90. Hasta entonces, bastaba con el Plan Trabajadera para garantizar la seguridad. "La Semana Santa salía sola y siempre bien por esa sabiduría popular", ha referido el conferenciante. 

El Lunes Santo de 1999 se produjo un primer aviso. Una protesta de los abonados de la Campana por la estrechez de los asientos y pasillos; la muerte del costalero Juan Carlos Montes cuando el paso del Cristo de las Aguas cruzaba el Arco del Postigo; y un escape de gas en la calle Sierpes mientras discurría las Penas de San Vicente. Los tres incidentes recogidos en una portada de Diario de Sevilla que ya adelantaba un cambio de ciclo.

Charo Padilla, monseñor Juan José Asenjo, Antonio Muñoz, Carlos Navarro Antolín, Manuel Seda y Jorge Paradela. Charo Padilla, monseñor Juan José Asenjo, Antonio Muñoz, Carlos Navarro Antolín, Manuel Seda y Jorge Paradela.

Charo Padilla, monseñor Juan José Asenjo, Antonio Muñoz, Carlos Navarro Antolín, Manuel Seda y Jorge Paradela. / José Ángel García

Un año después llegó la confirmación de que "un tiempo se había acabado" y que se tenía que afrontar una nueva Semana Santa. La primera Madrugada con carreras y avalanchas, "de cuyo origen jamás se ha dado explicación oficial". "Aquella noche nos quedamos desnudos [...], se nos abrió una herida que todavía estamos pendientes de cicatrizar". "Sólo 'Diario de Sevilla' poseía un amplio número de fotografías de la Madrugada de 2000, realizadas por María Dolores Flores Esquivias, a quienes otros medios quisieron comprar sus imágenes el mismo Viernes Santo y a la que siempre agradecermos que fuera leal al periódico", ha subrayado el conferenciante.

Este periódico investigó con profundidad aquellos hechos trascendentales para la fiesta. Se tuvo acceso a la documentación facilitada por Francisco de Asís Molina, el magistrado que instruyó las diligencias previas de aquellos sucesos. "No había nada relevante para dar con los responsables de provocar el mayor daño a la Semana Santa en la edad contemporánea", recuerda Navarro Antolín. 

La creación del Cecop

Francisco Vélez, Javier Arenas, Francisco Trujillo y Carlos Navarro Antolín. Francisco Vélez, Javier Arenas, Francisco Trujillo y Carlos Navarro Antolín.

Francisco Vélez, Javier Arenas, Francisco Trujillo y Carlos Navarro Antolín. / José Ángel García

A raíz de estos incidentes se crea el Cecop, que "se puede calificar de gran acierto" y que hoy día forma parte de "una suerte de 'troika'", compuesta por este centro de coordinación y las Policías Nacional y Local. Su papel en la organización de la Semana Santa resulta cada vez más decisivo. De manera que desde 2000 esta celebración se encuentra "progresiva y necesariamente más intervenida". 

Una Semana Santa menos espontánea, en la que las cofradías tienen menos poder de decisión y todo ello en aras de una mayor seguridad, en tanto que la Sevilla actual no es la de hace décadas. Y ahí Navarro Antolín detalla algunos de los factores que la condicionan: "La falta de valores, la mala educación, los excesos de la noche... Muchos salen como si fuera una Nochevieja con pasos". Sin olvidar otro de los "males" que soporta la celebración los últimos años: la silla plegable. "Ese público sedente que tiene el efecto de colesterol en las calles", resultado de "la escasa formación a la hora de ver una cofradía". 

José María Elvira Pandelet, Ana Luisa Cabezas Sánchez y Amalia Cardenete. José María Elvira Pandelet, Ana Luisa Cabezas Sánchez y Amalia Cardenete.

José María Elvira Pandelet, Ana Luisa Cabezas Sánchez y Amalia Cardenete. / José Ángel García (Sevilla)

Condicionantes que llevan al Cecop a aforar calles. La primera vez que se tomó esta medida fue en 2004, al paso de la Amargura por la calle Santa Ángela de la Cruz. Desde entonces, la última palabra sobre los horarios e itinerarios nos son decididos ya sin la aprobación de la autoridad municipal, previo estudio de riesgos. Ejemplos de este condicionamiento son los polémicos regresos de la Hiniesta y el Gran Poder para este año, que han acaparado varios titulares de prensa. En este principio de seguridad máxima se basa la reordenación de la Semana Santa que ha afrontado el Consejo. 

Otros cambios

Alfredo Sánchez Monteseirín y José Castro. Alfredo Sánchez Monteseirín y José Castro.

Alfredo Sánchez Monteseirín y José Castro. / José Ángel García

Más cambios en estos 23 años. Las normas diocesanas de 1998, que definieron a las hermandades como asociaciones públicas de la Iglesia, lo que, a la postre, suponía otra intervención, en este caso por la autoridad eclesiástica. "No sólo era la instauración de la igualdad, el debate de las nazarenas, sino una normativa que interesaba a la economía y a los bienes, a la autonomía al fin de las hermandades", ha incidido el conferenciante. 

También ha citado el cambio de gestión de la carrera oficial (con su mercado negro en internet), las obras sociales, el protagonismo mediático de las cofradías (con una prensa que "huele a tinta y no a incienso"), la creación del urbanismo morado en tiempos del alcalde Monteseirín, la "obsesión" por la protección de datos, la "fiebre" por la seguridad de las sagradas imágenes con camarines blindados y telones cortafuegos, la fuerte apuesta  por las obras sociales (como quedó demostrado durante la pandemia), "el seguidismo absoluto" de los porcentajes de riesgo de lluvia y la irrupción de las redes sociales, "que en demasiadas ocasiones son puertas traseras de estercolero". 

"No es un espectáculo"

En primera fila, José Luis Cabello, Ignacio Soro y Luis Fernando Rodríguez Carrillo, hermanos mayores de Pasión, Gran Poder y Baratillo. En primera fila, José Luis Cabello, Ignacio Soro y Luis Fernando Rodríguez Carrillo,  hermanos mayores de Pasión, Gran Poder y Baratillo.

En primera fila, José Luis Cabello, Ignacio Soro y Luis Fernando Rodríguez Carrillo, hermanos mayores de Pasión, Gran Poder y Baratillo. / José Ángel García

Un contexto que -en palabras de Navarro Antolín- hay quienes han aprovechado para apuntar que una Semana Santa con menos nazarenos sería más... controlable". "Estas teorías favorables al 'numerus clausus' forman parte del nuevo modelo de celebración que hoy analizamos", ha señalado el subdirector de Diario de Sevilla, quien ha defendido que "jamás debemos caer en la trampa de reducir el número de nazarenos". En este punto, el periodista deja claro un principio: "La Semana Santa no es un espectáculo, no es una puesta en escena. Es una manifestación religiosa"

Una celebración que exige "la máxima tensión a las autoridades". "Casos lamentables de bajadas de guardia hemos sufrido que no se deben volver a repetir", ha recordado. Una fiesta en la que ninguna medida puede contemplar la reducción de los cortejos penitenciales. "El antifaz hace al nazareno, como el nazareno hace la Semana Santa. El hermano que participa en la estación de penitencia es el pilar de ella", ha aseverado Carlos Navarro, que ha insistido en que "sin nazarenos no hay Semana Santa". Una manifestación religiosa que sobrevive a "tantas amenazas" por su "autenticidad", por "el tremendo poder de las imágenes, depositarias de las oraciones de quienes ya no están entre nosotros". Una verdad que trasciende a cualquier coyuntura temporal y de espacio. "La Semana Santa es la historia de nuestras vidas. Nuestras vidas se cuentan por Semanas Santas".