El Palquillo

El Corpus Christi regresó también a los barrios de Sevilla

El Corpus Christi regresó también a los barrios de Sevilla / PABLO LASTRUCCI

Jornada de elecciones andaluzas y de procesiones eucarísticas. Hermandades, parroquias y conventos celebraron este domingo la solemnidad del Corpus Christi. Las altas temperaturas de la semana pasada dieron una tregua, permitiendo disfrutar del esplendor de estos cultos tan arraigados a barrios como el de Triana.

En este viejo arrabal se celebra la procesión del popularmente conocido como Corpus Chico, posiblemente desde 1506, organizado cada año por la Hermandad Sacramental de la Esperanza de Triana. A las nueve de la mañana daba comienzo la función principal en honor al Santísimo Sacramento, en la Real Parroquia de Santa Ana, catedral de los trianeros, presidida por el párroco y director espiritual de la cofradía de la calle Pureza, Manuel de Azcárate Cruzado.

El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes

El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes / PABLO LASTRUCCI

Junto con la novena y la festividad de Santa Ana, en el mes de julio, la procesión del Corpus Christi es una de las fiestas más destacadas del barrio y del calendario de su parroquia más antigua. Su recorrido es siempre el mismo: Pelay y Correa, Rodrigo de Triana, San Jacinto, Altozano, y Pureza; tampoco cambia su paisaje de casas bajas, balcones con macetas y patios verdecidos. Sí se echó en falta el romero esparcido por las calles y la falta de más altares.

La procesión se iniciaba poco antes de las diez, con los sones de las cornetas y tambores de la banda juvenil de la Esperanza de Triana. Tras la cruz parroquial desfilaban una decena de niños y niñas vestidos de primera comunión. Unos jóvenes costaleros, de unos doce o trece años, portaban el pequeño paso del Niño Jesús, una preciosa talla atribuida a Juan Martínez Montañés. Poco después salía el paso de las Santas Justa y Rufina.

Llegaba el turno para los tres titulares de la Esperanza de Triana que procesionan en el Corpus Chico: San Juan Evangelista, la Pura y Limpia Concepción y el Santísimo Sacramento. Juan Manuel López y Francisco Ceballos son los capataces para estos pasos. Los estandartes de los grupos jóvenes de las hermandades trianeras precedían a la imagen de San Juan, obra de Luis Álvarez Duarte en 1967, recientemente restaurado por Isabel Rabadán del Saz y Juan Alberto Filter Peinado. La Inmaculada es una joya joya del barroco atribuida a Duque Cornejo, aunque no se descarta que pidiera ser del notable maestro, escultor y arquitecto de retablos, Miguel Franco.

El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes

El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes / PABLO LASTRUCCI

Tras este paso llegaban los inconfundibles sones de la banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana, con el director y compositor Julio Vera en primera fila. Estos músicos siempre rodeados de amantes de la música procesional, como fieles y devotos también. Uniforme de verano con camisas blancas y hombreras bordadas, aunque el calor este año fuese más llevadero y el cielo presentase algunos nubarrones que daban sombra.

Sonaban las campanas de la torre de Santa Ana y la banda de música de María Santísima de la Victoria interpretaba la 'Marcha Real' cuando Jesús Sacramentado volvía a recorrer las calles del viejo arrabal, después de dos años sin procesión a causa de la pandemia. Deslumbrante custodia de plata encargada al platero Andrés Osorio en 1712, quien tardase casi 14 años en realizarla con ayuda de su hijo Antonio, costando 15.000 reales de la época. Una lluvia de pétalos salpicaba de rojo la plata de este paso, exornado con espigas, racimos de uva y flores blancas.

El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes

El 'Corpus Chico' de Triana en imágenes / PABLO LASTRUCCI

La calle Rodrigo de Triana mantuvo el sabor de antaño, con algunos balcones y pequeños altares en los zaguanes, con buen gusto. En cambio la calle San Jacinto estaba llena de sombrillas y veladores, ofreciendo una estampa poco decorosa para una procesión sacramental de la magnitud del Corpus Christi de Triana. Tan sólo un altar en este tramo, el de la Estrella gloriosa, que obtuvo el primer premio en el concurso de altares convocado por el Distrito de Triana.

Hubo poco público durante todo el recorrido. Dos estampas de la calle Pureza: el balcón del 'Mora' de Triana, engalanado como cada vez que el barrio está de fiesta, y la ausencia en la Capilla de los Marineros de la Virgen de la Esperanza, que está reservada en las dependencias de la hermandad para ser sometida a labores conservativas.

La custodia de la Sacramental de la Magdalena La custodia de la Sacramental de la Magdalena

La custodia de la Sacramental de la Magdalena / D. S.

El Corpus de la Magdalena

Otros barrios como Nervión, Pino Montano, Padre Pío, Alcosa, Heliópolis, el Tiro de Línea o San José Obrero, entre otros, tuvieron sus procesiones sacramentales. Este año se había adelantado una semana Corpus de San Isidoro, otro de los ineludibles por su belleza patrimonial, o el del Cerro del Águila.

Pocos metros separaban este domingo al Corpus Chico del que organiza la Sacramental la Magdalena, en el antiguo convento de San Pablo. Como coincidían en hora eran muchos los sevillanos que cruzaban el Puente de Triana, en una y otra dirección, para ver ambos cortejos en sus respectivas feligresías.

Desde la Real Parroquia de la Magdalena, tras la misa solemne de las ocho y media, daba comienzo la procesión con los pasos del Dulce Nombre de Jesús, que es titular de la Hermandad de la Quinta Angustia, la Inmaculada Concepción y la custodia con su Divina Majestad. El Niño Jesús iba acompañado por los sones de la banda de música del Maestro Tejera.

Destacar la majestuosidad de los altares erigidos por las priostías de Montserrat y el Museo a las puertas de sus templos. La procesión daba por concluida con la bendición y reserva de Su Divina Majestad bajo una lluvia de pétalos caída desde la cúpula del altar mayor.

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