Un curso para profesionalizar cofrades

La Fundación San Pablo Andalucía CEU ha convertido exitosamente en virtual su formación de Gestión, Marco Jurídico y Redes Sociales en Hermandades y Cofradías

Felipe García de Pesquera en el coro de la capilla de San Onofre.
Felipe García de Pesquera en el coro de la capilla de San Onofre. / José Ángel García
Álvaro Ochoa

08 de marzo 2021 - 06:00

"Las hermandades tienen una doble naturaleza jurídica: por un lado, son asociaciones religiosas pertenecientes a la Iglesia Católica; y, por el otro lado, son asociaciones sin ánimo de lucro sujetas a la normativa civil". Con esta premisa se presenta en su página web el curso de Gestión, Marco Jurídico y Redes Sociales en Hermandades y Cofradías de la Fundación San Pablo Andalucía CEU. Un proyecto impulsado por Felipe García de Pesquera, doctor en Derecho y cofrade con estrecha vinculación con hermandades como la Quinta Angustia o San Onofre.

"Veía que gestionar una hermandad cada vez es más complicado", explica García de Pesquera para justificar la creación del curso, que suma su segunda edición online tras haber desarrollado varias presenciales. Esa complicación a la alude está directamente relacionada con la evolución que han tenido las hermandades. "Cuando mi padre era mayordomo hacían las cuentas en la servilleta de un bar", ejemplifica. Ahora, la transparencia está cada vez más exigida a las juntas de gobierno y "las administraciones se fijan en nosotros".

Centro de estudios profesionales del CEU San Pablo.
Centro de estudios profesionales del CEU San Pablo. / D. S.

Esta mercantilización de las hermandades ha requerido una profesionalización de sus dirigentes, lo cual ha derivado en formaciones de este tipo, que están teniendo éxito entre los ávidos cofrades que entran en ellas. No obstante, su director avisa que la formación es "técnica". Es decir, no tratan "temas litúrgicos o pastorales". La primera edición fue exclusivamente de derecho, pero las peticiones de los alumnos han hecho que actualmente tenga módulos de gestión económica, conservación del patrimonio, marketing, redes sociales o historia, entre otros asuntos.

Los docentes que imparten el curso tienen en común dos características, según cuenta García de Pesquera: "Son buenos en lo suyo y cofrades". Esto hace que la practicidad de lo enseñado se pueda aplicar en el día a día de una corporación. "Damos criterios para decidir correctamente", explica el jurista, que encuentra en hacer "un servicio a la Iglesia" la principal motivación para llevar el proyecto adelante. La prueba es que religiosos han formado parte del curso como profesores y alumnos, así como actuales hermanos mayores o mayordomos. A los cofrades que gobiernan las hermandades está, principalmente, dirigida esta formación. Aunque a ella se apuntan personas de toda índole interesadas en el mundo cofradiero.

La participación en este curso permite, además, el intercambio de información entre miembros de distintas hermandades. Algo que ha sido beneficioso a la hora de compartir herramientas para luchas contra los ataques que algunas sufrido. García de Pesquera pone como ejemplo de ello la importancia de "registrar como marca los titulares" de las corporaciones. Un mecanismo de defensa contra posibles ofensas que luego se amparan en la libertad de expresión.

Profesores y alumnos de otras partes de España

"Me llegaban por correo cofrades de fuera de Sevilla y ahí surgió la idea de hacerlo online". Así se percató Felipe García de Pesquera, director del curso, de la necesidad que tenían personas de toda España de una formación de este tipo. No se equivocó. La mitad de los inscritos no vive en la provincia de Sevilla y un 15% lo hacen fuera de Andalucía. "Hay alumnos de Toledo, Murcia o Madrid", detalla orgulloso. Además, García de Pesquera ha querido sumar puntos de vista diferentes a los de la Semana Santa de Sevilla y está incorporando progresivamente profesores de otras provincias. Para él, saber que sus módulos llegan hasta cofrades de otras diócesis es motivo de orgullo, pero también de responsabilidad. "Tener alumnos de fuera nos convierte en referencia y nos hace exigirnos más", explica. Y también permite que el contenido de la formación se enriquezca con problemáticas existentes en otras ciudades que en Sevilla se han superado o no existen por la idiosincrasia de cada ciudad.

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