Cultos

El traslado de Jesús de las Penas marca el inicio de una nueva espera

  • El acto ha contado con la asistencia de un gran número de fieles, que han llenado la parroquia de San Vicente

Un sacerdote inciensa la imagen de Jesús de las Penas.

Un sacerdote inciensa la imagen de Jesús de las Penas. / Juan Carlos Muñoz

Noche de invierno. Las luces de Navidad ya se han apagado, pero las calles siguen repletas de personas que salen de las tiendas en el primer día de rebajas. También es primer viernes del año. Y en San Vicente todo está preparado para el quinario a Jesús de las Penas, que comenzará el próximo martes.

Como acto previo, esta noche, a las 21:00, ha tenido lugar el traslado del Nazareno desde su capilla al altar mayor de la parroquia. Un culto que ha contado un gran número de fieles, que no han querido perderse este traslado que simboliza, de algún modo, el inicio de una nueva espera hacia la Semana Santa. 

Sobre un monte de claveles rojos e iluminado con los hachones de cera morada (el templo permanecía a oscuras), la imagen del Señor ha sido portada por hermanos de la cofradía en un acto sencillo, breve (ha durado poco más de 20 minutos) y cargado de solemnidad, aspecto al que ha contribuido el acompañamiento musical desde lo alto del coro de la parroquia, que, entre otras piezas, ha interpretado la marcha que Antonio Pantión dedicara al titular de la corporación del Lunes Santo. 

Jesús de las Penas delante de su altar de quinario. Jesús de las Penas delante de su altar de quinario.

Jesús de las Penas delante de su altar de quinario. / Juan Carlos Muñoz

Precedían las andas un cortejo de hermanos con cirios morados, miembros de la junta de gobierno con varas y el cuerpo de acólitos. Al llegar al altar mayor se ha rezado un padrenuestro y un avemaría, oraciones en las que se ha tenido muy presente a los enfermos. En el altar efímero montado para el quinario ya se encontraban entronizadas la imágenes de la Virgen de los Dolores y San Juan Evangelista

El traslado de Jesús de las Penas concita cada año a mayor público, atraído por la solemnidad con la que se desarrolla y por la carga simbólica que atesora, ya que tras la Navidad supone el arranque de unas largas vísperas que desembocarán en la Semana Santa de 2022, las más esperada de los últimos tiempos.