TOREABA Morante en Zafra y el mismo día, el pasado viernes, tres autocares de Los Amarillos salían de la Puerta del Príncipe de la Maestranza para acompañar en su viaje iniciático a un torero del pincel. Juan Valdés (Badajoz, 1942) volvía a su ciudad natal a inaugurar una exposición en el Parlamento de Extremadura.

Juan Valdés es hasta finales de octubre el diputado número 66 de la asamblea de sus paisanos de cuna. Fue recibido con todos los honores por Fernando José Manzano, 43 años, presidente de este hemiciclo de 65 escaños. Como el Parlamento de Andalucía, el extremeño también se ubica en un antiguo hospital.

El pintor se fue de Badajoz "con una mano delante y otra mano detrás". Sus paisanos saben que sus dos amores son una ciudad, Sevilla, y una mujer, Chari, sevillana de la calle Feria, la madre de María y Sonia, la abuela de Jorge.

Acudieron muchos amigos del pintor. Ilustres retratados, como Hugo Galera Davidson, ex presidente del Betis y cabeza visible de la Academia sevillana de Medicina, o José Rodríguez de la Borbolla, que conoció a Valdés en su época de presidente de la Junta. "Cuando Pepe dejó el cargo, hay dos amigos que lo siguen siendo", dice Gracia Fernández Caballos, esposa de Borbolla, "Juan Valdés y Rocío Jurado".

Una Venecia sevillana en esta Mérida romana, colores de un mágico carnaval imaginado por Juan Valdés, que llevó las góndolas al río Guadiana que le da una majestad geográfica a la patria de Gladiator. La idea, no obstante, surgió en la desembocadura del Guadalquivir. "Estábamos comiendo en un restaurante de Sanlúcar y oí una voz que me resultaba familiar", recuerda Valdés. Ese fortuito comensal, Enrique Angulo, extremeño de Zafra, médico de profesión, pintor de vocación, fue el que empezó a mover los hilos para esta antológica. De llevarla a cabo se encargó Consuelo Rodríguez Píriz, vicepresidenta del legislativo extremeño.

La bailaora Cristina Hoyos, que acudió a la cita, se asombra por oficio del movimiento que tienen los cuadros de Juan Valdés. Y mucho baile: el de Pepa Montes en la exposición; el de Matilde Coral y Milagros Menjíbar, en el catálogo.

Su amigo de la infancia Alberto González Rodríguez, cronista oficial de Badajoz, glosó los primeros escarceos artísticos en la academia Alejandro Coversí. Allí están sus raíces, "mis difuntos enterrados", y "mis recuerdos primarios". Alfa y omega de la vida de un sevillano adoptivo al que la cineasta Josefina Molina caracterizó como Blas Infante en la película La Lola se va a los puertos, con Rocío Jurado y Paco Rabal en el reparto.

Blas Infante firmó catálogos en la Sala de la Autonomía, antigua capilla del hospital de San Juan de Dios. La Torre del Oro en el retrato de la reina Sofía. Retratos reales para la Expo 92 y de los que habló en una ciudad que prepara el quinto centenario de Vasco Núñez de Balboa, descubridor del canal de Panamá.

La muestra ocupa dos plantas del Parlamento de Extremadura. Hay dos cuadros cedidos por Mercedes Zulategui, viuda de Rafael Álvarez-Colunga. María Teresa Alvarado y Teresa Garrido, viudas respectivas de Manuel Otero Luna y Nicolás Valero, vieron los retratos de sus maridos en el catálogo.

Mérida celebra cien años de excavaciones arqueológicas y rinde homenaje a quienes las dirigieron. Entre ellos, Antonio Blanco Freijeiro, arqueólogo gallego que fue catedrático en Sevilla. En el hemiciclo, recuerdo a los once diputados extremeños que formaron parte de las Cortes de Cádiz, incluido Muñoz Torrero, pacense que, como Godoy, murió en el destierro.

Valdés inauguró en Sevilla el mismo día que la duquesa de Alba mostraba en el Museo de Bellas Artes su legado artístico. Tres años después, Cayetana no pudo ir a Mérida -está en el catálogo- porque estaba de aniversario de boda. El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, crianza en Fregenal de la Sierra, faltó por una ineludible cita política.