DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Sevilla

Una Andalucía libre, pero no independiente

  • La hija de Blas Infante acude al acto en el que se recordó que hace 36 años miles de sevillanos se manifestaron por la autonomía.

Hace 36 años brillaba el sol y el frío era similar al de ayer. Un día de guantes y bufandas grabado en la memoria de una región que recuenta los logros y fracasos cosechados durante este tiempo. El 4 de diciembre no es festivo en la comunidad donde dos millones de personas se echaron a la calle en esta misma jornada, pero de 1977, para reclamar la autonomía. En Sevilla fueron miles los que exigieron gozar de los mismos derechos que en las llamadas comunidades históricas. 

El Día de Andalucía se celebra el 28 de febrero. El 4 de diciembre, pese a la importancia que tuvo en el logro de las reivindicaciones que el propio Blas Infante defendió en la Segunda República, ha quedado de mero recuerdo colectivo sintetizado en actos como el que tuvo lugar ayer ante la puerta del Ayuntamiento hispalense. A esta cita acudió la hija del considerado como padre de la patria andaluza, María de los Ángeles Infante. A su vera, los principales rostros de la política municipal: el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido; el portavoz del PSOE, Juan Espadas; su homólogo en IU, Antonio Rodrigo Torrijos, y varios concejales del gobierno y la oposición. No faltaron tampoco los rectores de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano, y el de la Universidad Pablo de Olavide, Vicente Guzmán. Entre el público asistente, por cierto, se encontraba un nutrido grupo de la Asociación de Amigos de la Capa Española y varios alumnos de cuarto y sexto de Primaria del colegio Las Esclavas. 

De apertura, un pasodoble interpretado por la banda municipal. A los pocos minutos, el alcalde y la hija de Blas Infante izaban la bandera andaluza mientras los asistentes entonaban -más mal que bien- el himno autonómico, que, pese a la versión mejorada, no acaba de conseguir que melodía y canción se den la mano. 

"Los colores blanco y verde de la bandera significan la paz y esperanza de esta tierra", manifestaba María de los Ángeles Infante al comienzo de un discurso que se escuchó con bastante dificultad por los problemas de sonido. Hubo que acercarse mucho para oír lo que decía y no perder puntada. La hija de Blas Infante no se anduvo con rodeos. Fue directamente al grano. En una época en la que tanto se habla de separatismo en tierras catalanas no obvió esta cuesión y dejó claro que la "Andalucía libre" a la que se refería su padre nada tenía que ver con el independentismo. "Cuando hablaba de libertad se refería a los derechos que se les ha de otorgar a todos los andaluces para que tengan cultura, educación y un trabajo con el que dar de comer a sus hijos y sacar a sus familias adelante", expresaba la presidenta de la Fundación Blas Infante, quien apostillaba que "ser libre significa poder disfrutar de un futuro, nada de separatismos". Infante fue más allá y aseveró que su padre "nunca concibió una Andalucía independiente, puesto que para él esta tierra era la esencia de España". 

La hija del padre de la patria andaluza puso el dedo en la llaga, delante incluso del exiguo grupo de andalucistas que se habían concentrado ante el Ayuntamiento con banderas autonómicas y repartiendo claveles blancos con lazos verdes para que no caiga en el olvido esta fecha. El secretario provincial del PA, Manuel Visgleiro, interrumpió el discurso del alcalde, al que pidió explicaciones por la ausencia en la mañana de ayer de la bandera blanca y verde en la Avenida de Andalucía y en la de Blas Infante. "Como alcalde debe velar por que siempre luzcan los símbolos autonómicos en Sevilla, que es la capital de Andalucía", reclamó Visgleiro, que se olvidó, por cierto, de que la ciudad hispalense aún no disfruta de la ley de capitalidad. 

Las banderas sí ondearon en ambas vías, al menos, una parte del día. En la avenida Blas Infante fue colocada en la glorieta de Carlos Cano, mientras en la de Andalucía se izó frente al centro comercial Los Arcos (hubo que quitarla al rasgarse). En la del Alamillo no se ha colocado al estar la de España por la celebración del Día de la Constitución. Y es que, 36 años después, las banderas siguen dando que hablar un 4 de diciembre.

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