Atardecer en el Anfiteatro
Homenaje. En la Casa de la Provincia se rinde tributo a Francisco Vélez Nieto (1935-2023), loreño que emigró a Alemania, poeta que trabajó de recepcionista de hotel y guarda de Itálica
Su vida fue su obra y viceversa. En la Biblioteca de Escritores Andaluces se lee sobre Francisco Vélez Nieto (Lora del Río, 1935) lo siguiente: “Formación académica: Autodidacta”. Loreño de cuna como Rogelio Reyes y Gracia Montes, la Asociación Colegial de Escritores (sección autónoma de Andalucía), de la que fue su presidente de honor, rinde hoy merecido homenaje a Francisco Vélez Nieto (1935-2023) en un acto que tendrá lugar en la Casa de la Provincia (19:00).
Fue uno de los socios fundadores de la cooperativa cultural Edisur que publicó el libro Hacia una Andalucía Libre (1980). El año del referéndum del 28 de febrero. Con prólogo de Plácido Fernández Viagas y epílogo de Rafael Escuredo, los dos primeros presidentes de la Junta de Andalucía, Paco Vélez Nieto cierra por orden alfabético la nómina de colaboradores de la que tuve el privilegio de formar parte (me dio la oportunidad otro de los socios de Edisur, el genial dibujante y humorista Emilio Rioja). Una de las firmas de este libro tan luminoso que nos han abandonado hace muy pocas fechas es la de Antonio Gala, cuyo texto se titulaba Troylo, perro andaluz.
Pocos autores se han prodigado tanto en obra propia y en antologías como este autodidacta cuya vida es el paradigma de la de tantos andaluces que tuvieron que hacerse a sí mismos. Vélez Nieto empezó a trabajar con diez años como obrero manual. La vida fue su colegio y su Universidad. Igual que Antonio Gala decía que los andaluces que por entonces emigraban a Cataluña no se iban a aprender idiomas, cuando Paco Vélez Nieto decide emigrar a Alemania no lo hace con intención de aprender el idioma de Goethe y Günter Grass, pero a fe que lo aprendió. Durante ocho años trabajó en ese país, donde además desarrolló “una intensa labor política y literaria”, como se dice en la reseña biográfica del citado libro. Allí conocerá al amor de su vida (como le ocurrió a Manuel Olivencia o a Antonio Cascales, su corazón lo conquistó una centroeuropea reconquistada después en Andalucía por su don Pelayo particular) y juntos crearán la revista Éxodo, primera publicación poética de la emigración de posguerra para emigrantes.
“De visita a España en el 68, es retenido por el Estado Policial, ante la imposibilidad de retornar a los países democráticos, decide quedarse en Sevilla, donde inicia, junto con otros compañeros, la fundación de los grupos andalucistas, que más tarde se convertirían en el llamado PSA, y que abandonó antes de su confirmación”, se lee en su biografía. Curiosamente, la lista de firmas de Hacia una Andalucía Libre la abre por caprichos de la ortografía Juan Carlos Aguilar, abogado, cinéfilo, uno de los cinco diputados que consiguió el PSA en las elecciones de 1979 y que vivió en el hemiciclo del Congreso el intento golpista de Tejero. También estaba allí y aparece entre los firmantes del libro Alejandro Rojas-Marcos, justo detrás de José Rodríguez de la Borbolla.
Ese proyecto político fue uno de los muchos trenes de los que se bajó en marcha, siempre en marcha, Paco Vélez Nieto, porque en política también era autodidacta. “Actualmente”, decía de sí mismo en 1980, “es miembro pasivo y anticonsenso de la cosa por voluntad propia de la vida y el amor, para evitar el bostezo nacional, que como contubernio amenaza a España…”.
Ese contubernio, el del bostezo, sigue inasequible al desaliento por usar una retórica de tiempos pretéritos. Vélez Nieto vive desde Alemania la construcción del muro de Berlín (1961), el mismo año que la riada del Tamarguillo, y el conturbernio de Múnich (1962). El año del mayo francés cambia el mayo alemán por el regreso a Sevilla en el tardofranquismo. Han pasado cuarenta y cinco años desde aquel libro, pero las palabras de su colaboración (titulada Cultura y medios de información) no han perdido un gramo de vigencia. “Para muchos andaluces que no queremos, dicho sea con el respeto que merece, ser políticos profesionales, la cultura, como medio para la liberación de un pueblo -y lo digo sin ánimo de molestar- no puede ser un espectador pasivo que observa el tú a tú entre Madrid-Barcelona, más aquellos intereses que giran alrededor del pastel”.
Vélez Nieto fue premio Mecenas de la Literatura Andaluza Manuel Altolaguirre y presidió la Asociación Feria del Libro de Sevilla. El 28-F del 80 y el AVE Sevilla-Madrid del 92 contribuyeron a descentralizar, a romper ese binomio Madrid-Barcelona. Y en el sector del libro la situación dejó de ser tan dependiente (casi mendicante) como decía en su texto del libro: “En el mundo editorial tenemos que en el pasado 1979, mientras en Barcelona se han editado 10.454 títulos y en Madrid 9.329, en toda Andalucía no hemos pasado de los 469”. Y eso que los dos últimos premios Nobel de Literatura habían sido para dos poetas andaluces: Juan Ramón Jiménez (1956) y Vicente Aleixandre (1977).
El poeta, ensayista y articulista Paco Vélez Nieto tuvo muchos oficios. Fue uno de los fundadores del Sindicato Andaluz de Hostelería de la UGT. Trabajó en la recepción del hotel Nuevo Lar (sigue siendo hotel en la plaza Carmen Enríquez, junto a la iglesia de san Roque), lo que confirma la verdad de esa frase de Paul Auster: “Un hotel es la promesa de un mundo mejor”.
Uno de sus destinos más queridos y reconocidos fue el de guarda del conjunto arqueológico de Itálica. Fue mucho más que un trámite laboral o un destino ocupacional que se dice ahora. Publicó Itálica y el Monasterio de san Isidoro del Campo (Guía para el paseante), igual que tiene otra Guía oculta del Parque de María Luisa (paseo secreto entre glorietas y poetas), era vicepresidente de la Fundación Itálica de Estudios Clásicos y aparece en el libro Itálica Famosa (1995, edición a cargo de Jacobo Cortines). Incluye su poema Atardecer en el anfiteatro, dedicado a José Manuel Rodríguez Hidalgo, arqueólogo que fue conservador de Itálica, poema incluido en su libro Memoria ante el espejo.
Activista cultural, usó su poesía para causas como la defensa del patrimonio, el carril-bici (prologó y editó la antología Poetas en bicicleta) o el uso racional del agua. En el homenaje de esta tarde intervendrán Manuel Gahete, presidente de la Asociación Colegial de Escritores de Andalucía, Manuel Ángel Vázquez Medel y Pedro Luis Ibáñez Lérida. Habrá lectura de poemas de Vélez Nieto a cargo de Juan Clemente, Rosa Díaz, Almudena Tarancón, Ramón Medina, Ricardo Reina, Antonio Rivero Taravillo, Ana Recio Mir y Juan Andivia.
En los tiempos de Hacia una Andalucía Libre nos turnábamos en las páginas del vespertino Nueva Andalucía, que dirigía Javier Smith, Paco Gallardo, José Manuel García, quien firma esta crónica y Paco Vélez Nieto, que cambió el Nuevo Lar próximo a los Negritos por la patria de Trajano y Adriano. De Lora a Santiponce, hoy será recordado en La Casa de la Provincia.
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