El Ayuntamiento retira las últimas vallas de San Jacinto tras más de un año de obras
Tras un año en obras la calle se ha abierto al público · Vecinos piden más y mejor transporte público en el barrio, ya que están "completamente incomunicados"
Tras un año en obras, la calle San Jacinto fue ayer abierta al público. Con una excepción: está completamente cerrada al tráfico. Es decir, ya es peatonal. Algo que ha levantado las quejas de algunos comerciantes y vecinos. Unos están encantados con el cambio. Otros creen que afectará a los comercios de manera negativa y que ahora irá menos gente al barrio de Triana. Sin embargo, algunos son más cautos y prefieren esperar. "El tiempo dirá. Ahora vamos a ver qué ocurre, a ver si remontamos las ventas después de llevar más de un año con la calle en obras", decía Miguel Siempra, dueño de un estanco.
Los operarios retiraron sobre las diez de la mañana de ayer las vallas de la calle. Eran muchos los vecinos curiosos que a esa hora se preparaban para pasear por la estrenada vía, y aprovechar para hacer las compras con tranquilidad. "Esto es una maravilla, me ha encantado el cambio. Ahora podemos pasear con calma, comprar sin problema alguno, ya que antes no podíamos ni andar por la acera y no se podía ni cruzar, ya que había muchos coches en doble fila", contaba Antonia Mora, mientras comentaba con otras dos vecinas lo bien que ha quedado la calle. "Estamos muy contentas. Mira la gran cantidad de gente que hay ahora paseando por aquí. La calle vuelve a tener alegría, no como antes", narraba Dolores.
No todos comparten esta opinión. "A mí me gustaba mucho más como antes. No digo que no haya quedado la calle bonita pero antes tenía mucha más vida y alegría, algo que el alcalde ha estropeado", denunció María. "Esto es una guarrería, que se entere el alcalde", decía un vecino, que no quiso decir su nombre, mientras paseaba algo enojado por la vía con un amigo. Ambos cuestionaban la remodelada calle.
Había quien se pensaba que si ayer abrieron la vía era porque estaba todo terminado y no era así. A lo largo de la mañana los operarios remataban algunos detalles, como colocar las señales de tráfico o las macetas. Los bancos para sentarse no están terminados. "No deberían haber abierto la calle hasta que no esté todo terminado. Los bancos para sentarse los han dejado en bruto, aún no han colocado las maderas. Y las farolas que han puesto no pegan en esta calle del casco histórico, parece que estamos en un paseo marítimo", criticaba Consuelo desde su farmacia.
"Esperemos que la calle sea un éxito y los comerciantes logremos recuperarnos. Que la gente no venga sólo a pasear sino que también venga a comprar como antes", decía Siempra. Esta misma opinión la compartía su compañera de calle Noelia López, dueña de la pastelería Filella.
Durante la mañana de ayer eran muchos los curiosos, vecinos y turistas que paseaban por la reestrenada calle. Unos estaban de acuerdo con el cambio. Otros no. Lo que sí criticaban todos es el gasto que el Ayuntamiento ha hecho en algo que no era necesario. "Esto ha costado mucho dinero. Un dinero que se podría haber invertido en algo más necesario y más en los tiempos que corren", declaraba Jeromi Valla, que al igual que otros vecinos se quejaba de la falta de aparcamientos y de transporte público en Triana. "Estamos completamente incomunicados. No hay autobuses y deberían ponerlos", concluyó Valla.
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