Breve historia de Fernando García de Cortázar

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Homenaje. El padre del historiador nació en Valparaíso (Chile), pero estudió en Sevilla y le puso a su hijo el nombre del patrón de la ciudad. Combatió durante años el terrorismo etarra

Fernando García de Cortázar, en una entrevista concedida hace 12 años.
Fernando García de Cortázar, en una entrevista concedida hace 12 años. / Francisco J. De Las Heras / Efe

Fernando García de Cortázar y José Manuel González Vesga vendieron más de un millón de ejemplares del libro Breve Historia de España (Alianza Editorial). El topónimo Sevilla tiene 85 entradas en esta obra apasionante. Fernando García de Cortázar (Bilbao, 1942-Madrid, 2022) estaba muy vinculado por afectos a la ciudad de Sevilla.

Su abuelo paterno emigró a Chile; su padre nació en la ciudad chilena de Valparaíso y con 14 años llegó a Sevilla, donde vivió la Exposición Iberoamericana de 1929 y estudió la carrera de Ciencias Químicas. Fernando es el tercero de los 12 hijos de este químico que fue casi centenario. Salvo Pilar, una niña que murió con dos años, todos desarrollaron diferentes disciplinas por media España. La trayectoria profesional de los García de Cortázar es otra breve historia de España.

José Ángel, el primogénito, fue un medievalista especializado en el siglo XI y fue catedrático en Santander. Juan Carlos trabajó de ingeniero industrial en Zaragoza. Fernando es el tercero de los varones. Mariví era profesora de Matemáticas en Santander. Ahí llega una doble presencia andaluza: Mari Carmen ejerció de profesora de Inglés en Huelva; Ignacio, paso del ecuador de esta familia, llegó a Sevilla en 1987, se casó con Pina López-Gay, musa de la Sevilla antifranquista, y fue presidente de Sodian (Sociedad de Desarrollo Industrial). Begoña era asistente social para Instituciones Penitenciarias en Gerona. Isabel, catedrática de Lengua en Sestao; Mercedes, profesora en Pamplona; Santiago daba clases de euskera para Formación Profesional en Bilbao; y Alfonso, el benjamín, trabajó de geólogo, experto en captación de aguas.

Los datos de la familia García de Cortázar me los detalló Ignacio, el sevillano consorte, cuando hace dos décadas, en compañía de su hija Mar, los senté a los dos en el banco de Vizcaya de la Plaza de España. Fernando, el historiador, nació en Bilbao, pero le pusieron ese nombre por el patrón de Sevilla. Una familia muy vinculada con la Semana Santa sevillana. Fernando era muy amigo de Javier Azkargorta y cuando éste entrenó al Sevilla vieron procesiones en un balcón de la Plaza del Duque. Santiago, el profesor de euskera, viajó a lo largo de tres décadas para ver salir cada Miércoles Santo al Baratillo.

"Yo no canto la historia que bosteza en los libros, ni la gloria que arrastran las sombras de la muerte. ¡España está en nosotros…!". La Breve Historia de España se abre con estos versos de Eugenio de Nora. Viendo las ikurriñas al paso de la serpiente multicolor del Tour de Francia por los Pirineos, mucho más numerosas que las banderas de España (llevamos cuatro años sin ganar una etapa), recuerdo lo que el historiador me dijo en una entrevista: "Ahí deberíamos aprender de los nacionalistas, pensamos que la nación está hecha y no es así, necesita un plebiscito diario".

Enamorado de su tierra, la que tuvo que abandonar su abuelo cuando emigró, combatió con todas sus fuerzas el sinsentido del terrorismo etarra. A raíz del asesinato de su amigo José Luis López de la Calle, estuvo 12 años saliendo a la calle y viajando por España con escolta. Su Breve Historia de España se completa con una serie de mapas, fechas históricas y todos los reyes y jefes de Estado. Desde la lista de los Reyes Godos. Desde Ataúlfo, el cuñado de Alarico, hasta Felipe González, sevillano del mismo año 1942 en el que vino al mundo Fernando García de Cortázar.

En el quinto centenario de la muerte de Elio Antonio de Nebrija, cuya Gramática fue uno de los acontecimientos de 1492, el historiador mantenía que la rendición de Granada fue más importante que el Descubrimiento de América. La conmemoración del quinto centenario de este último cierra prácticamente su repaso a la historia de nuestro país. "El vaticinio nacional acertó al predecir el estallido de la crisis y datarlo en la resaca del 92, cuando desvanecido el espejismo de la Exposición Universal de Sevilla y la Olimpiada barcelonesa, el país hizo las cuentas".

No será la primera vez que Sevilla y Barcelona vayan de la mano en una historia común. Al concluir el siglo XIII, en el que se certifican las conquistas de Sevilla por Fernando III y de Valencia por Jaime I de Aragón, hay unas líneas maestras en los reinos hispanos que esbozan "los cuatro grandes ejes que sustentarán la economía peninsular del tiempo venidero: el viejo Camino de Santiago, cuya importancia mercantil decae, pese a su superioridad cultural, las ciudades de Barcelona y Sevilla y la ruta que enlaza Burgos con los puertos del Cantábrico".

Una historia nacional y universal en la que brillan con luz propia personajes como Al-Mutamid, Magallanes u Olavide, de tiras y aflojas, guerras y treguas, vikingos y almohades, omeyas y normandos. Y el papel casi literario de los colaboracionistas, dignos de una novela de John le Carré: don Opas en Sevilla, Teodomiro en Murcia o Ardabastro, el hijo de Witiza. Hace una década García de Cortázar publicó su primera novela. Es autor del ensayo De Atapuerca al euro. La invasión de Ucrania por Putin le ha dado la vuelta al título. El euro viaja hasta Atapuerca.

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