Dieta de Vicent para quitar los nervios

"Al final de una buena comilona siempre hay alguien que lanza ritualmente este mantra: mañana sin falta me pongo a dieta". Así comenzaba uno de los textos con los que 10.000 jóvenes sevillanos se enfrentaban a las 8:30 de ayer al primer examen de Selectivad en las sedes elegidas por la Universidad de Sevilla y la Pablo de Olavide. La otra opción en el examen de Lengua y Literatura consistía en el análisis de un fragmento de la obra Luces de Bohemia, de Ramón del Valle-Inclán.

Marina Vara, Julia Satué y Julia Fernández-Ballesteros se decantaron por el texto periodístico que Manuel Vicent firmó en El País en noviembre de 2014. "Tenía mucha esperanza de que cayera un género del periodismo, pues llevaban mucho tiempo sin elegirlo para la Selectividad", explicaba Satué mientras conversaba con sus compañeras de instituto. El artículo de Vicent se titula La dieta y con él muchos jóvenes se quitaron los nervios que padecían las horas previas. Tilas, pastillas para dormir y algún café con el que espabilar la somnolencia en horas de estudio conformaban la otra dieta con la que muchos aspirantes a universitarios han intentado sobrellevar unos días no exentos de tensión.

La mayoría saben que aprobarán. Otra cuestión es sacar la nota necesaria para entrar en la carrera a la que aspiran. A varios de ellos ni siquiera les hace falta presentarse a estas pruebas para matricularse en la enseñanza superior que desean. Es el caso de Marina Vara y de Miguel Rodríguez. La primera lo hará en Arte Dramático y se presenta a la Selectividad para contar "con más opciones en un futuro". El segundo cursará un grado superior de Deportes. Ambos han estudiado las últimas semanas una media de entre seis y siete horas diarias. Ahora repasan varios apuntes de historia. Será el segundo examen del día, que concluirá con otro de lengua extranjera.

El patio de las facultades de Derecho y Ciencias del Trabajo de la Hispalense recuerda por un día el recreo de un instituto. Los estudiantes comentan lo que han escrito en el examen de Lengua, lo que han estudiado para el de Historia y hasta los planes para el próximo fin de semana, un ansiado descanso tras semanas vividas entre libros y apuntes. Aunque hay alguno que otro que se ha confiado a la suerte. Es el caso de Eloy Espejo, que sólo ha dedicado a estas pruebas una hora al día. Ha acabado Bachillerato con un 6,5 de nota y aún no sabe qué va a estudiar.

La Selectividad adquiere también el carácter que los sociólogos llaman "transversal". En ella confluyen estudiantes de todo tipo de educación: pública, concertada o privada. Algunas veces muy fáciles de identificar por su vestimenta o dicción. Otras, conducen al engaño. Varios alumnos del Colegio Tabladilla están de suerte. El fragmento de Luces de Bohemia que "ha caído" en el examen de literatura lo analizaron en clase. Por tal motivo descartaron a Vicent para quedarse con Valle-Inclán. La memoria como razón de elección entre dos textos. Uno hablaba de la dietas para limpiar los cerebros y otro del menosprecio al trabajo y la inteligencia en la España de principios del siglo XX. "Parece que la cosa ha cambiado poco", sentencia uno de los examinados.

El principio y el fin de la pasada centuria como protagonistas. En el examen de historia la Transición y los gobiernos democráticos hasta Aznar fue una de las opciones. La otra, la Guerra de la Independencia. La memoria también llevó a Javier Pineda a decantarse por el primer tema. Fue la última lección que dieron en clase. Esta etapa histórica fue la que mejor se preparó Gregorio Aranda. "El año pasado murió Suárez y abdicó el Rey. Era previsible que cayera este tema". Argumentos que triunfan en la Selectividad. La penúltima si se cumple la Lomce. La reforma que devolverá las reválidas. Aunque esta ley aún no se estudia en las aulas. Sólo se aplica.