Ciencia y Salud

Emilio Gómez: Un hombre de luz

Emilio Gómez, en primer lugar por la derecha, durante la primera cirugía fetal intraútero realizada en Andalucía. En segundo lugar por la izquierda se sitúa el neurocirujano Javier Márquez, en imagen captada en 2007 en quirófano del Hospital Virgen del Rocío.

Emilio Gómez, en primer lugar por la derecha, durante la primera cirugía fetal intraútero realizada en Andalucía. En segundo lugar por la izquierda se sitúa el neurocirujano Javier Márquez, en imagen captada en 2007 en quirófano del Hospital Virgen del Rocío. / D. S.

Los trabajos que Emilio Gómez dejó abiertos brillan por la calidad humana y el talento científico. El catedrático de Física Aplicada por la Universidad de Sevilla impulsó destacados avances médicos.

Su trabajo es clave en hitos que atesora la sanidad pública andaluza, entre los que destaca la primera intervención quirúrgica fetal intraútero a un bebé con espina bífida; y los proyectos Fusclean y Demili, aún abiertos, entre otros muchos. Su trabajo se centraba en el análisis óptico aplicado a la salud.

Entre sus colaboradores, dos doctores de reconocido prestigio Javier Márquez, neurocirujano, y Manuel Romero, hepatólogo, destacan el legado del célebre catedrático sevillano y su implicación en los últimos avances médicos:

"Emilio aportaba soluciones brillantes en una servilleta"

El neurocirujano Javier Márquez y el catedrático Emilio Gómez, por arriba, junto al equipo de ingenieros en la Universidad de Sevilla (2019) El neurocirujano Javier Márquez y el catedrático Emilio Gómez, por arriba, junto al equipo de ingenieros en la Universidad de Sevilla (2019)

El neurocirujano Javier Márquez y el catedrático Emilio Gómez, por arriba, junto al equipo de ingenieros en la Universidad de Sevilla (2019) / Juan Carlos Vázquez

-Doctor Javier Márquez, neurocirujano de reconocido prestigio, trabajó con Emilio Gómez durante dos décadas. ¿De qué se sentían orgullosos?

–De nuestra colaboración, casi simbiosis. Han sido muchos años de interminables charlas. A veces, muchas, yo hablaba de problemas, de niños con patologías complejas que no podía explicarme o de adultos con sorprendentes evoluciones que eran difíciles de entender. Él solía escribir en una servilleta… Semanas después, Emilio aparecía con servilletas llenas de ecuaciones y una propuesta… En un mundo de egos hiperdesarrollados, Emilio aportaba soluciones brillantes de forma extremadamente humilde y jamás aceptaba el protagonismo que sin duda tenía.

–¿Hitos?

–Muchos. El legado del profesor seguro que va a seguir. Gracias a los desarrollos que nos aportó fuimos capaces de asumir procedimientos quirúrgicos que parecían reservados a centros americanos o europeos. Recuerdo nuestra primera cirugía fetal en Europa, con un casco óptico especialmente diseñado, con más esparadrapo para sostenerlo del que nos gustaría pero que funcionaba perfectamente. O la primera neurocirugía en parada cardiorrespiratoria, la primera en España, que realizamos a 40 grados en el quirófano, cuando nos hacían falta 16. Emilio diseñó en tiempo récord un sistema de extracción de calor y pudimos continuar.

–Física y Neurocirugía. ¿Cómplices?

–Aportamos nuevas formas de entender la dinámica de los fluidos que pasan a través de una válvula, un dispositivo fundamental para muchas personas. En pacientes con diagnóstico de demencia, llegamos a comprobar que lo que realmente tienen son problemas de la circulación del líquido cefaloraquideo, que incluso podríamos curar. El diagnóstico a través de estudios ambulatorios abre un hálito de esperanza para pacientes que hasta hace poco que no tenían ninguna opción.

–Emilio buscaba respuestas en la luz. ¿Cómo avanzaba?

–Hemos avanzado en el estudio óptico de patologías como los tumores cerebrales o la epilepsia, sobre todo en imagen hiperespectral. Hay ya estudios preliminares que nos permiten identificar focos epilépticos activos en el quirófano para intentar curar a los pacientes reduciendo secuelas.

Exposición de Emilio Gómez sobre la luz en el patio del Hospital General Virgen del Rocío. Exposición de Emilio Gómez sobre la luz en el patio del Hospital General Virgen del Rocío.

Exposición de Emilio Gómez sobre la luz en el patio del Hospital General Virgen del Rocío. / M. R.

–¿Proyectos pendientes?

–Estamos determinando por qué en los bebés se puede alterar la forma del cráneo, el papel de la Física y las ventajas de intervenciones precoces. Los estudios de Emilio eliminan incertidumbre.

–¿Qué motivaba a Emilio Gómez?

–Ayudar al prójimo.

El doctor y catedrático Manuel Romero junto a Emilio Gómez (Hospital Virgen del Rocío, (2017). El doctor y catedrático Manuel Romero junto a Emilio Gómez (Hospital Virgen del Rocío, (2017).

El doctor y catedrático Manuel Romero junto a Emilio Gómez (Hospital Virgen del Rocío, (2017). / José Ángel García

"Su objetivo: aplicar la Física para reducir el sufrimiento"

Doctor Manuel Romero, especialista en Aparato Digestivo con prestigio internacional, comenzó a trabajar en equipo con el catedrático por la US, Emilio Gómez, en los años 80. ¿Cómo comenzó su colaboración?

–Nos presentó el jefe de Radiología del Hospital de Valme y comenzamos a trabajar juntos. En aquellos años ya hablábamos del efecto 2000. Empezamos a trabajar en un proyecto, FibroTAC. Nuestro objetivo era cuantificar las áreas blanquecinas de la enfermedad cirrótica a través de las imágenes TAC. Tuvo poco recorrido porque el blanco está más relacionado con la hipertensión que con la encefalopatía.

Sesión de Innovación del Hospital Virgen del Rocío en Junio de 2018 . Javier Castell, Javier Ampuero, Inmaculada Domínguez, Manuel Romero, Emilio Gómez, Pablo Hervás y Samuel Borreguero. Sesión de Innovación del Hospital Virgen del Rocío en Junio de 2018 . Javier Castell, Javier Ampuero, Inmaculada Domínguez, Manuel Romero, Emilio Gómez, Pablo Hervás y Samuel Borreguero.

Sesión de Innovación del Hospital Virgen del Rocío en Junio de 2018 . Javier Castell, Javier Ampuero, Inmaculada Domínguez, Manuel Romero, Emilio Gómez, Pablo Hervás y Samuel Borreguero. / M. R.

–Durante una entrevista Emilio Gómez expresó que la enfermedad siempre deja señales aunque el ojo no sea capaz de verlas. ¿Cómo describe su proceder?

–Emilio buscaba en las imágenes, a través del software y algoritmos, lo que el ojo no es capaz de ver. Por ejemplo, estudió algoritmos en cáncer de mama para detectar zonas afectadas que pasan desapercibidas. Su objetivo era ir más allá de lo que alcanza el ojo humano mediante el análisis óptico: descomponer la luz en parámetros (brillo, contraste, formas etcétera) con cálculos matemáticos.

–¿Cómo?

–Analizando hepatocarcinomas para detectar lesiones que no se ven en el TAC a través de algoritmos.

–¿Qué es Demili?

–Con el proyecto Demili formamos parte de un proyecto europeo (Litmus, Innovative Medicines Initiative IMI-2) financiado con 40 millones de euros. Todos los hospitales europeos que participan han incorporado DEmili como herramienta de diagnóstico a sus carteras de servicios. Ha sido publicado en Journal of Hepatogoly de la Sociedad Europea de Hepatología.

–¿Qué aporta?

–Es especialmente útil para el diagnóstico del hígado graso (25% población), al evitar biopsias. DEmili está basado en biomarcadores de la imagen. El SAS firmó la venta de la patente a una empresa de California, una spin off en el campo de la salud que surgió del entorno Google. El siguiente paso en el que nos hallábamos estaba centrado en mezclar DEmili con Elastografía.Demili diagnostica la inflamación y la Elastografía, la fibrosis.

–¿Qué definía al catedrático?

–Era fantástico ver cómo Emilio Gómez interconectaba la Medicina, la Física y la Ingeniería. Su vocación era ayudar. Su objetivo era aplicar la Física y la Ingeniería en herramientas que permitan mejorar la calidad de vida y reducir el sufrimiento a los enfermos.

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