La Guardia Civil y la Policía Nacional tienen identificados y estaban anoche intentando localizar para su detención a los agresores que, el sábado por la tarde, hirieron de consideración a dos guardias civiles durante el ataque que un grupo de entre 30 y 40 personas realizó al cuartel ubicado en la plaza de Montelirio, junto a la barriada de Los Montencillos de Dos Hermanas, una de las zonas más conflictivas del municipio y centro neurálgico de distribución de droga.

Según informó ayer un portavoz de la Guardia Civil, las personas identificadas y que, al cierre de esta edición aún no habían sido detenidas, son adultos, delincuentes habituales conocidos y los que golpearon y causaron importantes lesiones a dos agentes, de 32 y 36 años, que siguen hospitalizados.

Uno de estos guardias civiles está en observación tras sufrir un traumatismo craneoencefálico, como consecuencia del golpe que recibió en la cabeza con un palo y que le dejó inconsciente. El otro sufre heridas en un brazo producidas por un cuchillo u objeto punzante, cuando intentó impedir que siguieran golpeando a su compañero que yacía en el suelo y sin moverse. Mañana martes será intervenido quirúrgicamente en el hospital privado de San Agustín, en Dos Hermanas, donde está ingresado.

Son las consecuencias de unos incidentes que se produjeron absolutamente por sorpresa, ya que, a diferencia de otros enfrentamientos que se han registrado entre grupos de vecinos de Los Montecillos o Cerro Blanco con los agentes, esta vez no medió detención ni operación antidroga alguna y cogió, por tanto, a los agentes completamente desprevenidos. También ha sido la agresión más grave y tumultuosa de todas.

Simplemente, sobre la ocho de la tarde y cuando en el cuartel había también familiares de los agentes que habían acudido a celebrar la festividad del Pilar, un grupo de personas, que la Guardia Civil cree que son vecinos del barrio, comenzaron a arrojar piedras sobre el edificio. Varios agentes salieron a la puerta para ver qué pasaba e intentar que las pedradas cesaran y fue entonces cuando se produjo la agresión más grave que se saldó con los dos heridos.

Según algunos testimonios, el ataque no parecía ni mucho menos una acción improvisada de alguien que pasa por allí y arroja una piedra. Los cantos llovieron incluso desde algunos pisos colindantes, algunas de las personas que se acercaron a la puerta del cuartel llevaban palos con clavos de gran tamaño en la punta y, cuando algunas patrullas de tráfico que fueron alertadas volvían al cuartel como refuerzo, se encontraron con obstáculos en el camino, incluso mujeres que en la calzada parecían intentar demorar su llegada al lugar.

Tras los altercados, durante toda la noche hubo un dispositivo especial de vigilancia en la zona, que se rebajó ayer, aunque no hubo nuevos enfrentamientos y todo estuvo en calma. El delegado de seguridad y de la Policía Local en el Ayuntamiento de Dos Hermanas, José Román, apuntó que en los próximos días miembros de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Local y otros responsables competentes en materia de seguridad mantendrán una reunión para analizar lo ocurrido.