A partir de hoy llegar en Metro a la Universidad Pablo de Olavide y a Condequinto será igual de rápido que moverse por el resto de la línea 1. Se acaba, pues, la discriminación del servicio que ha afectado a estas dos estaciones desde que se inauguró el metropolitano y que consistía en que sólo la mitad de los trenes diarios llegaban a estos puntos extremos.

Para solucionar el problema ha bastado con incorporar un tren más en hora punta a la línea (desde hoy circularán 14 trenes en lugar de 13), según precisó ayer a la prensa la consejera de Obras Públicas y Transportes, Rosa Aguilar, quien anunció que el próximo 23 de noviembre se inaugurarán las tres últimas estaciones de Montequinto que faltaban, que para entonces se añadirán otros dos trenes más (hasta los 16 de una flota de 17) y que el servicio a estas nuevas estaciones será igual de restringido que lo ha sido a Olavide y Condequinto, al menos en una fase inicial.

Hasta ahora ir en Metro a la Olavide y a Condequinto suponía más tiempo de espera en el andén (10 minutos más de media), porque los trenes pasaban con una frecuencia de 8 a 9 minutos en hora punta y de 12 a 14 en hora valle, el doble de los 4 a 5 minutos y los 6 a 7 minutos con que lo hacían, respectivamente, en el resto de la línea. Así ha sido durante los casi ocho meses transcurridos desde que se inauguró la línea, pese a que este trato desigual generaba la mayor cantidad de quejas entre los usuarios del Metro y pese a los miles de viajeros potenciales de la citada Universidad (10.000 personas acuden a diario al recinto entre estudiantes, profesores y administrativos) y de la primera estación del barrio nazareno (más de 33.000 vecinos viven en Montequinto). Hubo momentos en los que se obligaba a los afectados a bajarse del tren en Cocheras para hacer transbordo y coger el siguiente a Condequinto. Cuando funcionaron bien los paneles informativos con el destino y los tiempos de espera, la opción era dejar pasar el tren que llegara sólo a Cocheras y tomar el siguiente.

La empresa concesionaria, con la autorización de la Administración andaluza, ha defendido este servicio desigual con el argumento de que no había suficiente demanda de viajeros en las dos estaciones, pero los vecinos respondían que esa baja demanda era consecuencia precisamente del peor servicio prestado.

Ahora, sin embargo, el salto cualitativo se da porque se asegura que se han ganado viajeros suficientes en estos puntos, sobre todo en la Universidad. Entre junio y octubre pasado, según datos de Ferrocarriles Andaluces de la Junta, la estación Pablo de Olavide ha triplicado la cifra de usuarios, que aumentó un 200%: de 700 a 2.000 viajeros. En Condequinto, el crecimiento ha sido menor, del 61% pasando de 600 a 1.400 viajeros. La Administración atribuye esta evolución a las mejoras de la línea desde su inauguración (sobre todo el reciente estreno de la estación de la Puerta de Jerez) y al lógico periodo de adaptación ciudadana.

La consejera estuvo ayer, junto al alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, en las pruebas de circulación de trenes por Montequinto, Europa y Olivar de Quintos que se desarrollan desde el 2 de octubre. Las tres estaciones se inaugurarán ocho meses después del 2 de abril (cuando abrió casi toda la línea) y permitirán recorrer el trayecto entre los extremos (de Ciudad Expo a Olivar de Quintos) en unos 38 minutos. Con su puesta en marcha, sin embargo, no se acaban los 18 kilómetros de la línea 1, ya que aún queda que Fomento y la Junta pacten la construcción de la de Guadaíra, que enlaza con el Cercanías. El 23 de noviembre, por tanto, 21 de las 22 estaciones estarán en funcionamiento con un retraso histórico de más de tres años que acumulará para entonces el Metro, que debió ponerse en marcha en junio de 2006.