Sevilla

Pleno al lince en la Alameda

  • Ocio infantil. Teatro, música, pasacalles y pasatiempos en una jornada de promoción de la defensa de este animal que a punto estuvo de extinguirse en Andalucía hace unos años

LA Alameda de Hércules se convirtió ayer en un parque temático del lince ibérico. Una serie de actividades artísticas todas relacionadas con este felino que estuvo a punto de su desaparición y que tiene en Doñana y en Andújar, la Iliturgi romana que rotuló al equipo de fútbol de esa localidad, sus dos reservas fundamentales. El hábitat del lince, palabra que lleva entre sus cometidos el delegado de Cultura y Hábitat Urbano, que en la mañana de ayer se paseó por la Alameda en compañía de José Manuel González Gorija, viceconsejero de Medio Ambiente. Saludaron a un periodista que trabajó en el gabinete de prensa de esa consejería cuando era su titular Fuensanta Coves, la primera mujer que presidió el parlamento andaluz.

Muchas de las familias se llevaron el póster con este icono de Doñana, una fotografía acompañada de una frase: "El lince ibérico está preparado para reconquistar sus territorios". Si alguien tiene interés en conocer esa demarcación territorial, la mejor guía es una novela de José Manuel Caballero Bonald titulada Ágata ojo de gato. Debe ser uno de los pocos casos en los que la literatura ha elegido como personaje central a un lince. El autor de dicha novela viene esta semana para presentar la reedición de Sevilla en tiempos de Cervantes a dos semanas del cuarto centenario de la muerte del escritor que se supone que empezó a escribir el Quijote en la cárcel Real que estuvo situada en la calle Sierpes, como consta en el cuadro de Gonzalo Bilbao.

Los niños jugaban a una variante del juego de la oca en la que las preguntas y las pruebas tenían que ver con el lince ibérico. Un dado gigante era echado sobre el tablero con las seis opciones del parchís. La cárcel de este juego es la carretera, uno de los lugares de mayor peligrosidad para la pervivencia de la especie. De ahí que una de las campañas de esta iniciativa por parte de Life+Iberlince sea la que lleva por lema Necesitamos tu cooperación para evitar atropellos. Como una suerte de apéndice del Código de Circulación, se informa de que "el aumento de ejemplares de linces y el creciente volumen de tráfico provocan que animales y automóviles coincidan con más frecuencia", así como una serie de recomendaciones sobre cómo evitar accidentes con animales silvestres y qué hacer en caso de encontrarse un lince en la carretera.

Hubo actuaciones musicales y teatrales. Entre las primeras, Latidos de Música, con algunos integrantes de La banda de la María, invitaban a niños y padres a tocar los tambores en el grito del lince, un viaje a la supervivencia y a la onomatopeya. Tambores de huida, de reproducción, y pasacalles al que se sumaron unos cabezudos con estética de los Carnavales de Canarias. Los de Cádiz estaban más presentes en el escenario donde se escenificó la vivencia del lince. Un animal pariente de esos gatos callejeros que están en la épica fabulada y fabulista de Alberti y de Antonio Burgos y que sin embargo no figuran en ninguna campaña de apoyo institucional.

Los coches de Fórmula en Bahréin, las motos de alta cilindrada en Argentina y los cars en el circuito improvisado en la Alameda de Hércules para disfrute de los más pequeños. Otra campaña de protección a los linces (el lyns pardinus en la terminología científica) en las carreteras andaluzas. Este animal ya es tan totémico como el Hércules de la estatua y los toros turdetanos. También se desplegó una exposición de fotografías de linces solitarios, gregarios y en familia, junto a su dieta favorita: el conejo, un animal del mundo de Alicia en el País de las Maravillas que ha sido la clave para la manutención de la especie con más patronos de la fauna andaluza, bien conocida en sus orígenes por Félix Rodríguez de la Fuente y uno de sus discípulos más aventajados, Miguel Delibes Fernández de Castro, el hijo del novelista y cazador.

Hubo caretas para los niños, clases de pintura, una mascota, "el lince Manolito", que lamentaba la ausencia de una analogía balompédica como el Puma Rodríguez, el Piojo López, Burrito Ortega o el Gato de Kiev, denominación con la que se quedó el portero García Remón después de una portentosa actuación frente al equipo ucraniano. El día fue gris, pero apenas llovió. La quiniela de los ecologistas hizo pleno al lince. Un grafitero pintó un lince con mucho realismo.

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