La Policía Nacional ya ha puesto en marcha los controles selectivos a los usuarios de los taxis. Se trata de la primera medida prometida por el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Faustino Valdés, a las asociaciones mayoritarias para reforzar la seguridad en el sector después de los atracos sufridos este verano.

Desde ayer por la tarde, la Policía detiene a los taxis e identifica a los pasajeros. Si éstos resultan sospechosos o cuentan con antecedentes, los agentes incluso acompañarán a los conductores en sus trayectos. Los controles comenzaron ayer en la avenida de la Paz, identificando a los usuarios de los taxis que circulaban por las inmediaciones de una de las zonas más conflictivas de la ciudad, las Tres Mil Viviendas.

Los controles son de carácter selectivo. No existe ningún punto de control habilitado como tal, sino que un patrullero de la Policía que circula por la ciudad y se encuentra con un taxi procede a identificar tanto al conductor como a los clientes. Una medida como ésta ya se puso en marcha hace cinco años tras el asesinato del taxista Amador Guerrero en la barriada del Gordillo el 15 de agosto de 2004. En aquella ocasión sirvió para reducir los robos y atracos y para detener a varias personas que habían cometido atracos a taxistas.

La reactivación de este tipo de controles tiene, sin embargo, un inconveniente para los usuarios. Los primeros clientes que han sido identificados expresaron sus quejas porque el taxímetro no se detiene durante el tiempo que dura el control, por lo que son los viajeros quienes tienen que asumir el coste y pagar unos euros de más por la carrera.

Este tipo de controles se mantendrán durante las próximas semanas. Hoy se reúne por primera vez la Mesa de Seguridad del Taxi, un órgano que ya se creó en 2004 y que ahora vuelve a convocarse para intercambiar información entre taxistas y policías. En los próximos días también está previsto que los conductores reciban cursos de formación para saber mantener la calma en caso de que sufran algún atraco y también que se elabore un protocolo para que se agilicen los trámites de las denuncias.