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Paisaje Urbano

Río Grande propone una estética de acero en la terraza junto al Guadalquivir

  • Urbanismo reitera la obligación de demoler la cubierta actual, declarada ilegal desde 2004, y estudia la solución planteada por la nueva propiedad del negocio

  • Mira en este gráfico interactivo cómo quedaría

El proyecto de reforma. El proyecto de reforma.

El proyecto de reforma. / Departamento de Infografía

Una nueva apuesta por el acero en un lugar privilegiado, de los que forma parte del catálogo de paisajes más selectos de la ciudad: el río Guadalquivir. La estética de la terraza Río Grande sufrirá importantes cambios si prospera el proyecto presentado por la empresa Faetón Capital, S. L., que adquirió este negocio el pasado noviembre. Esta reforma obedece a la necesidad de la nueva propiedad del negocio de retirar la carpa de 110 metros cuadrados construida sobre la terraza en el año 2004. Esta instalación motivó en su momento la apertura de un expediente disciplinario por haber sido levantada sin permiso. La estructura sigue hoy sin el amparo de ninguna licencia. La Gerencia de Urbanismo maneja ya un informe donde se incluye la recreación virtual desde distintas perspectivas de la modificación sustancial del paisaje de una terraza que –nunca se olvide– tiene incidencia directa en la imagen del propio río Guadalquivir por su ubicación estratégica.

El informe presentado por Faetón Capital, S.L. hace referencia, efectivamente, al expediente abierto por la Gerencia de Urbanismo en 2004, por lo que sigue vigente la orden de devolver la terraza a la “realidad física alterada” en la finca antes de esa fecha. Por este motivo, la empresa plantea directamente la demolición de la carpa a dos aguas para instalar un sistema de cubrición de toldos retráctiles, así como la sustitución general de la fachada que da acceso al público a la terraza.

La intervención que se precisa consiste, en líneas generales, en reformar el límite de la terraza con la calle Betis y en la sustitución de la cubierta retráctil y demás sistemas de cubrición por un nuevo sistema consistente en cubiertas textiles con el objetivo, según siempre el informe, de otorgar una solución unitaria a la terraza de una manera más liviana y efímera y que llegue a una altura inferior a los sistemas existentes. La intervención requiere del desmontaje de la cubierta y de los toldos existentes, por lo que se eliminará por completo la cubierta retráctil existente y la estructura que la soporta, así como las demás estructuras auxiliares de cubiertas textiles. Complementariamente se desmontarán las farolas ubicadas en la barandillas.

En segundo lugar, la reforma plantea la demolición del cerramiento con la calle Betis. Por este motivo, se eliminará por completo el cerramiento de ladrillo y las rejas de hierro existentes en el límite con dicha vía urbana, incluidas las dos puertas de entrada a la terraza y el rótulo que existe sobre una de ellas. Acto seguido, el proyecto contempla la ejecución de una nueva fachada para la terraza, que consistirá en una estructura en forma de cajón de planta trapezoidal, a modo de soportal, elaborada con una estructura de perfiles tubulares de acero forrada con paneles de acero Corten. Llevará un sistema de puertas abatibles de vidrio con carpinterías de acero completamente permeable para facilitar las vistas al río desde la vía pública. Esta estructura será exenta del edificio y no ocupará todo el frente, dejando libres en los laterales dos entradas al restaurante similares a las actuales que se cerrarán mediante vallas de acero. En la superficie que ocupa este elemento se ejecutará una solería de porcelana que imita el acero Corten.

La recreación virtual del proyecto La recreación virtual del proyecto

La recreación virtual del proyecto

Se ejecutará un nuevo sistema de cubrición para la terraza consistente en cubiertas textiles retráctiles que se apoyarán en una nueva estructura formada por cinco pórticos de chapas plegadas de acero, que soportarán un toldo opaco para proteger la terraza en función del clima. Se complementarán con un sistema de toldos verticales enrollables transparentes en dos de los lados de la terraza. El presupuesto de la reforma, sobre la que ahora se tiene que pronunciar la Gerencia de Urbanismo, es de 122.000 euros, del que las mayores partidas se destinan a la nueva estructura (16.000) y a los revestimientos (31.000).

La remodelación de la calle Betis para construir un paseo entre los puentes de San Telmo y de Triana es un objetivo fijado por anteriores corporaciones municipales. El Ayuntamiento, desde tiempos de Monteseirín como alcalde, exhibió su propósito de eliminar las construcciones que los establecimientos hosteleros fueron levantando de manera irregular en el entorno más cercano a la Plaza de Cuba y que provocaron lo que se dio en llamar una “ocupación parcheada ”del talud de la calle mediante “terrazas y edificios dedicados a la hostelería, que acaparan la zona de transición entre la calle Betis y la ribera natural del río, lo que provoca la inaccesibilidad de ésta y la acumulación de usos marginales”.

Esta limpieza de instalaciones que no tenían permisos se recogía en el proyecto de acondicionamiento de esta margen del río incluido en el convenio entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y el Ayuntamiento de Sevilla para la recuperación de diversas zonas fluviales de la ciudad. Este proyecto contemplaba una serie de intervenciones divididas en dos ámbitos de actuación de la calle: desde el puente de Triana hasta la calle Duarte y desde este mismo punto hasta el puente de San Telmo.

La Gerencia de Urbanismo exigió que estas instalaciones fueran consideradas como espacios libres “permitiéndose tan sólo la edificabilidad de las concesiones administrativas consolidadas y eliminando todo aquello que se encuentra en circunstancia de ilegalidad urbanística ”. Según esta exigencia del Ayuntamiento, la intervención sólo contemplaba como edificaciones a mantener el restaurante Río Grande ,pero se advertía de la obligación de desmontar la carpa que aún mantiene. Catorce años después de la orden de retirada, la carpa sigue instalada. Y Río Grande se vio envuelto en un pleito por su posesión después del polémico desalojo de los promotores de la terraza Puerto de Cuba, que explotaban el negocio de acuerdo con la antigua propiedad.La nueva propiedad deja claro que “el único objetivo es que se desarrolle un proyecto empresarial de referencia internacional con 75 trabajadores”.

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