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Empresas sevillanas

De Sevilla hacia el mundo, sobre todo judío

  • Fernández y Roche, fundada a finales del siglo XIX, es la empresa líder en la fabricación de sombreros para semitas ortodoxos

Vista cenital de la fábrica de sombreros de Fernández y Roche.

Vista cenital de la fábrica de sombreros de Fernández y Roche. / Juan Carlos Muñoz

Un camión sale de la fábrica Fernández y Roche, situada en el Polígono Industrial Los Llanos, en el término municipal de Salteras. En él, probablemente vayan sombreros judíos que terminarán en Nueva York o Jerusalén. El 70% aproximadamente de su facturación depende de la comunidad judía, muy presente en las capitales de Estados Unidos e Israel. Así lo explican su presidente Enrique Fernández y su director Miguel García. Ambos comandan una empresa que "llegó a tener 700 trabajadores y ahora somos 50". Un descenso producido por el desuso de estas prendas en la sociedad española. "En la primera mitad del  siglo XX se vio como un símbolo de diferenciación de clases y se fue perdiendo", explica Fernández, biznieto de José Fernández, fundador de la marca junto a Antonio Roche.

Precisamente, la pérdida del sombrero en la vida diaria fue lo que les obligó a reinventarse y a mirar en el mercado judío junto con las instituciones uniformadas como el ejército o las aerolíneas. Actualmente son la empresa líder en fabricación y distribución entre la comunidad ortodoxa, a la que surten de 50.000 unidades aproximadamente cada año. "La situación es buena y no paramos de crecer a pesar de la pandemia", cuentan poniendo como ejemplo el 19% de aumento con respecto al pasado año. Y reconocen que "el mercado judío ha compensando las pérdidas provocadas por el coronavirus en el sector de moda", en el que también participan de manera activa fabricando para firmas exclusivas o vendiéndolos directamente en su única tienda en Sevilla. Está en la calle Rosario y "supone menos de un 1% de la facturación total de la Empresa, pues la hemos abierto para que el público nos conozca", cuenta su presidente, defensor acérrimo del sombrero. Él asegura que en España muchos no se ponen sombrero "por cierta vergüenza al no estar acostumbrados a verse con ellos". Algo que está cambiando en el periodo estival: "El sombrero tipo panamá está pegando un tirón fuerte", detallan.

Enrique Fernández y Miguel García junto a un expositor de sombreros. Enrique Fernández y Miguel García junto a un expositor de sombreros.

Enrique Fernández y Miguel García junto a un expositor de sombreros. / Juan Carlos Muñoz

No obstante, sí les está afectando, como a casi todo el tejido empresarial mundial, la crisis de desabastecimiento y los problemas logísticos internacionales. "Las materias primas han subido un 15%". La principal es el pelo de conejo o de castor, en los productos más exclusivos. Un producto que les llega desde Centroeuropa derivado del sector alimentario. "No se crían conejos para matarlos y quitarles el pelo", cuenta Fernández, que es sabedor del gran consumo de la carne de estos animales en otros países. En el caso de los populares panamá, son hojas de palma procedentes de Ecuador. Por ello, sufrieron durante el inicio de la pandemia que "los precios de transporte aéreo se dispararan". Algo que les hizo centrarse en el medio marítimo.

La internacionalización que vive Fernández y Roche es su realidad actual, pero sus inicios fueron bien distintos en su fábrica de la calle Castellar. "Fueron comprando y comprando casa de alrededor hasta sumar más de 3.000 metros cuadrados", explica su presidente. También ubicaron fábrica en la calle Arroyo. De ella, convertida en viviendas, queda la fachada y varias fotos en su sede actual en el Aljarafe. A ella se mudaron hace 12 años para continuar con la expansión de la compañía, con una plantilla con mayoría de mujeres. Algunas de ellas estan en periodo de formación, pues "no existen lugares donde aprender este oficio", cuentan los gestores de la Compañia, sabedores del concentrado mercado en el que se mueven. Aún así, de sus instalaciones, autosuficientes energéticamente gracias a paneles solares, salen anualmente 65.000 sombreros y distribuyen otros tantos. Más de 100.000 unidades que les permiten más de cinco millones de facturación con los que no se conforman. "Seguimos enfocados en ampliar mercados", finalizan.

Una trabajadora de Fernández y Roche en el proceso de fabricación de un sombrero judío. Una trabajadora de Fernández y Roche en el proceso de fabricación de un sombrero judío.

Una trabajadora de Fernández y Roche en el proceso de fabricación de un sombrero judío. / Juan Carlos Muñoz

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