El Valme reduce las camas un 12% en seis años, pese a que los ingresos crecen

El Hospital de Valme ha reducido un 12% el número de camas en un periodo de seis años -desde 2001 a 2008-, lo que se traduce en 76 puestos de hospitalización menos. Pese a esta disminución de camas disponibles, el número de pacientes que entran por Urgencias y que necesitan ingresar en planta ha crecido un 5%.

Los datos de la memoria del SAS desvelan además que las hospitalizaciones totales (pacientes que entran por Urgencias y por la puerta principal del Valme para intervenciones programadas) también han aumentado (un 4,5% más) en el mismo periodo de tiempo. Estas cifras inciden en que las camas disminuyen mientras que el número de ingresos crecen en el Valme, si bien los pacientes tienden a permanecer menos días en el hospital. Las estancias medias en planta pasaron de 8,16 días en 2001 a 6,9 en 2008.

La reducción de camas durante los últimos años es la principal causa de las situaciones de hacinamiento y colapso en el área de Urgencias del hospital, según han denunciado los propios trabajadores del SAS.

"Los problemas de saturación en las Urgencias se han enquistado, son habituales, y se acentúan desde que se inició el cierre las camas en las plantas de hospitalización", esgrime un enfermero que trabaja en este punto asistencial. Esta situación obliga a los profesionales de Urgencias a mantener en esta área del hospital a pacientes que deben ser atendidos por especialistas en planta, tras el diagnóstico pertinente.

A esta situación, además, se suma el crecimiento registrado en la población de referencia del Valme desde 2001, que pasó de las 346.952 personas a 483.324, lo que se traduce en un crecimiento del 39% en seis años. Ante estos desajustes, el sindicato CCOO y los propios trabajadores del SAS lanzaron críticas a la Administración sanitaria, a finales de abril, por el elevado volumen de pacientes que tienen que aguardar en las salas de espera de Urgencias para entrar en una habitación del hospital. Una situación que ya ha sido denunciada en reiteradas ocasiones por empleados ante la dirección del centro, la Consejería de Salud y los distintos grupos parlamentarios, sin una respuesta satisfactoria, de momento.

Los trabajadores y CCOO reclaman que el hospital aumente el número de camas para impedir que los pacientes tengan que esperar hasta seis días, en la denominada sala pin (área para pacientes pendientes de ingreso) de Urgencias. Una vez que un enfermo ha entrado por esta puerta del hospital de Urgencias y el médico ha decidido su ingreso, tras las pruebas de diagnóstico, la estancia no debería superar en torno a las 24 horas en este servicio.

La sala de Observación B o sala pin está diseñada como una zona de transición donde se asisten a los pacientes que tienen que permanecer en el hospital para recibir la atención especializada que requieren sus dolencias. En esta sala, donde hombres y mujeres enfermos esperan una cama en planta, hay 35 puestos: 20 camas y 15 sillones. Según fuentes del centro, dos de las camas están situadas en el pasillo de la sala, dificultando así la movilidad del personal sanitario. Cuando aumenta la demanda asistencial y no hay camas suficientes para trasladar a los pacientes a planta, se suelen colocar camillas (hasta seis) que se suman a los 35 puestos asistenciales. "Se dan días en que entre enfermo y enfermo ni siquiera hay medio metro de distancia", denuncian. Esta falta de espacio limita de manera considerable la intimidad de los enfermos. El pasado jueves 13 de mayo, en esta sala se encontraban 39 pacientes, cuatro más de los estimados, en principio, para la sala pin.

Según las recomendaciones de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), el área de observación de camas debe contar con espacio mínimo por cama de 10 metros cuadrados y el 20% debería estar preparados para pacientes graves con monitorización.

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