El acusado del crimen de la 'botellona' culpa a un joven "de camiseta rosa"

Un hombre que se enfrenta a veinte años de cárcel por matar a un joven durante una botellona en el Charco de la Pava de Sevilla ha negado ser el autor de la puñalada mortal, que atribuye a un desconocido vestido de camiseta rosa que previamente pinchó la rueda de un coche. En su escrito de defensa, el abogado de Óscar R.R., de 34 años, sostiene que sólo intentaba mediar en la discusión que mantenía el menor E.L.G. y el desconocido con otro grupo de jóvenes procedentes de La Puebla de Cazalla (Sevilla).

Según la defensa de Óscar, la discusión se produjo hacia las 21:15 horas del 25 de marzo de 2011 durante la llamada Fiesta de la Primavera en el Charco de la Pava y fue iniciada por los jóvenes de La Puebla de Cazalla al arrebatar una gorra al menor de edad y golpearle. El desconocido vestido con la camiseta rosa rajó entonces la rueda trasera de uno de los coches de ese grupo, momento en el que Óscar medió en la discusión, se ofreció a buscar una rueda de repuesto y "requirió reiteradamente" al joven que esgrimía la navaja para que se la entregase "a fin de que la discusión no fuese a más". Este se negó, rodeó el vehículo seguido de Óscar y asestó una puñalada a Francisco José Guerrero Vargas, de 23 años, que le alcanzó al corazón y le provocó una parada cardiorespirtoria por la que falleció sobre las 22:36 horas, según el abogado defensor, Alvaro Pimentel.

El juicio por estos hechos se celebrará en los próximos meses ante un jurado popular, mientras que el juez de Menores 3 de Sevilla archivó la semana pasada la causa abierta contra E.L.G., de 17 años, ya que "no se ha podido determinar su participación" en el homicidio. Este joven pasó un mes internado en un centro de menores hasta que el juez decretó su libertad porque ninguno de los testigos lo identificó como participante en el homicidio.

El presunto autor de la puñalada sigue en prisión incondicional desde su detención el 8 de abril de 2011 pese a que desde el comienzo declaró que no participó en la agresión y que cuando se dio cuenta de que el agredido estaba caído en el suelo, ayudó a introducirlo en un coche en el que fue evacuado. Pese a ello, la Fiscalía ha pedido para él trece años de cárcel y el pago de una indemnización de 150.000 euros, pena que la acusación particular que ejercen los padres del fallecido elevan a veinte años.