Los tres policías nacionales sobre los que el Tribunal Supremo ha ratificado las condenas de entre tres y nueve años de inhabilitación especial están ya jubilados. Desde que empezó el proceso judicial por el que fueron condenados, los agentes han sido dados de baja del cuerpo, por lo que la inhabilitación no les afecta ya. Sin embargo, fuentes próximas a estos tres funcionarios consideran que tanto la sentencia del Supremo como la que en su día dictó la Audiencia de Sevilla es completamente injusta, por lo que anunciaron que los agentes van a presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

Las mismas fuentes explicaron ayer a este periódico que "lo único que se ha conseguido" con esta resolución judicial "es quitar de las calles a dos policías condecorados con la cruz al mérito policial con distintivo rojo". Ésta es una de las máximas distinciones del Cuerpo Nacional de Policía para sus agentes en vida, y sólo la supera la medalla de oro, que en la práctica sólo se entrega a título póstumo al policía que haya muerto en acto de servicio o en vida al que haya resultado mutilado como consecuencia de su intervención.

Además de estos dos agentes, que llegaron a iniciar una huelga de hambre en las puertas de la Jefatura Superior de Policía en protesta por su suspensión de empleo y sueldo, las fuentes lamentan que se pierda también a otros dos buenos policías. "Basándose en la palabra de unos delincuentes, la plantilla de la Policía Nacional en Sevilla ha perdido a cuatro buenos funcionarios", expusieron.

El presidente de la asociación Martínez Montañés, la zona del Polígono Sur conocida como Las Vegas, salió en defensa de estos "magníficos policías" durante el proceso judicial. Este histórico dirigente vecinal, Rafael Pertegal, lamentó que la condena a estos agentes provocó entre los delincuentes del barrio "un desorbitado regocijo".