Una alfombra roja en el mejor cahíz de la tierra

Metrópolis | Avenida de la Constitución

Fortaleza. Los poderes simbólicos de la ciudad están en esta arteria, testigo de vaivenes históricos y políticos que se ven en los cambios de su nomenclátor. La 33 edición de los Goya la ha elegido como la otra alfombra roja, su carrera oficial

El Metrocentro, en la parada del Archivo de Indias, con la Catedral al fondo.
El Metrocentro, en la parada del Archivo de Indias, con la Catedral al fondo. / Belén Vargas

SE abre el telón y se ve el Banco de España. Este edificio, con impronta de foro romano, obra juvenil de Antonio Illanes, es el arranque de la Avenida de la Constitución. La Avenida a secas, por excelencia, por antonomasia. Paseo de ida y de venida que comprende lo que Domínguez Ortiz llamó el mejor cahíz de la tierra, es decir, el Alcázar, el Archivo de Indias y la Catedral. Y donde también uno puede sufrir el síndrome de Sthendal, pero no por la belleza como en Florencia, sino atropellado en el carril-bici mientras contempla algunas de las casas de Aníbal González en el primer tramo de la calle.

Ese primer tramo se llamaba en el siglo XIII Génova. En 1895, tras el asesinato de Cánovas del Castillo, llevó el nombre del político malagueño. Un tramo que comprende hasta la esquina con Alemanes, donde estuvo la Punta del Diamante, el café más antiguo de Sevilla, que aparece en las Cartas de España de Blanco White. Cruzando la Avenida, la calle García de Vinuesa, la vía con nombre de alcalde de Sevilla más cercana al Ayuntamiento.

Aquí estalla la fiesta del cine español. Desde Antonio Banderas y Pedro Almodóvar, dos números uno junto al número 2 de la Avenida, hasta José Sacristán, actor catedralicio que rodeado de una nube de turistas japonesas parece el reclamo de una película de Kurosawa. La zona elegida para las fotos coincide con cuatro edificios de Aníbal González en los actuales números 6, 14, 16 y 18, “ejemplo de su copiosa arquitectura regionalista”, dice Víctor Pérez Escolano en su biografía del arquitecto sevillano, que proyectó esas casas entre 1912 y 1917.

En 1913 hace reformas en el Archivo de Indias y actuó en uno de los hitos más misteriosos de la Avenida, la torre de Abd-el-Aziz, que con las torres del Oro y de la Plata canalizaba el traslado del oro que traían los barcos hasta la Casa de la Moneda. Está junto a la calle Santo Tomás, donde un prócer del Opus, Florentino Pérez-Embid, le encomendó a un joven arquitecto comunista, Pérez Escolano, la puesta en marcha del Museo de Arte Contemporáneo. Un ejemplo de consenso y ecumenismo intelectual.

Las imágenes se integran en el paisaje. Pedro Almodóvar parece buscar los aromas manchegos de las bodegas Morales (de Valdepeñas) y Salazar (de Almagro) en García de Vinuesa. Javier Gutiérrez y Javier Cámara comparten panel, como si fueran Los Javieres del Martes Santo, que como el resto de cofradías procesionan por esta calle en la carrera oficial, para entrar por la Puerta de San Miguel. El glamour de Penélope Cruz es para quitarse el sombrero junto a la sombrerería Padilla Crespo. Donde estuvo La Rosa de Oro y después el Horno San Buenaventura está La Canasta, cafetería malagueña como los actores Banderas, de la Torre y Dani Rovira. Precursores del malagueño Juanma Moreno que ha llegado a San Telmo. Suena música de Pablo Alborán dentro y fuera el Quinteto Giralda Brass toca música de cine. Pasa Beltrán Pérez, candidato a alcalde, y suenan acordes de Juego de Tronos.

La calle más importante y cinematográfica de Sevilla, por la que pasearon reyes y divas, pontífices y buscones, conoció un vaivén de cambios en su nomenclator. La zona que rodea la Catedral se llamó Gradas. En este callejero tuvieron acogida primero Miguel Primo de Rivera, en 1927, y en 1936 su hijo José Antonio después de que en 1931 se unificara con el nombre de calle Libertad. Con el Alzamiento del 18 de julio, desde Alemanes en adelante era Queipo de Llano. En 1980, el año del 28-F, se adoptó la actual denominación. ¿Una película? Los Siete Magníficos, tantos como los ponentes que redactaron la Constitución. Su obra recibió el Goya de la Pluralidad con el premio que la Fundación Jiménez-Becerril entregó a Ana Pastor, presidenta del Congreso.

La Carta Magna tiene 169 artículos y la Avenida de la Constitucion muchos menos edificios. Los pares acaban en el 40, en la tienda del Sevilla F.C. La última casa numerada en los impares es el 27, junto a un Burger King. La Capilla de Santa María de Jesús, del siglo XVI, no está numerada, junto al Palacio de Yanduri donde nació el poeta Vicente Aleixandre, Nobel de Literatura en 1977, y se alojó Franco en agosto del 36 para no ver a Queipo.

En la Avenida de la Constitución hay 57 letrados repartidos en los diferentes bufetes. Gallardo Abogados está en la Avenida esquina con Almirantazgo. Lo comparten José Joaquín Gallardo, decano saliente del Colegio de Abogados, y su hija Reyes. El decano es de la promoción 1972-1977, “no di la Constitución, obviamente”, pero en sus profesores se intuía el espíritu preconstitucional: Alfonso de Cossío, defensor en el Proceso 1001, que también fue decano, Manuel Clavero Arévalo, impulsor de la autonomía andaluza, Manuel Olivencia, que tenía despacho en el edificio mascarón de proa.

La salida del decanato le permitirá recuperar una buena costumbre: entrar por la puerta de San Miguel con la túnica de la Soledad de San Lorenzo, ya que durante más de treinta años ha tenido que salir de chaqué con el Santo Entierro. Desde su balcón se ve el Archivo de Indias, inaugurado en 1785, y la Sevilla del Pali, encarnada en las sevillanas de la Puerta de Correos, edificio de Otamendi y Lozano que conserva los buzones de Sevilla, Provincias, Madrid y Extranjero. En la Avenida está la embajada de Turquía, muy cerca de Casablanca, apeadero de la calle Santander.

He recorrido la Avenida con mi hijo Paco, que no la conoció con coches y autobuses. Por Alemanes baja en su coche de caballos, con carga de turistas, el cochero Iván, que tiene su currelo en este entorno. Todas las películas que aquí se imaginan son históricas. Suena la voz de Pansequito, que pasea por ella casi todos los días para ver a los amigos. Rafael Cómez, medievalista, contó en Los constructores de la Edad Media los afanes para construir ese monstruo de piedra y de devoción, Turris Fortissima, un monstruo que siempre viene a vernos, como el de la película de Bayona. Frente a la Catedral está la casa donde vivió y compuso algunas de sus obras Hilarión Eslava. La Plaza del Cabildo, itsmo donde La Isla se hace Península, fue escenario de hechos muy relevantes. El 28 de diciembre de 1254, Alfonso X el Sabio, siete años después de que su padre tomara la ciudad, le otorgó a Sevilla Estudio e Escuelas Generales de Latino et Arabigo. Latín y Árabe que fueron el germen de la Universidad en el Colegio de San Miguel.

Las secuelas del terremoto de Lisboa del día de los Santos de 1755 llegaron a Sevilla. Uno de los edificios afectados fue la Catedral y el Cabildo pasó a celebrar los “Divinos Oficios” a dicho colegio “sirviéndole de templo esta galería hasta el sábado 28 de febrero de 1756”. Además de Aníbal González, también hay obra de sus cuñados. El edificio original del FNAC –ya no están las fotos de Luis Castilla– era obra de Antonio Gómez Millán. Sus hermanos José y Aurelio diseñaron el Coliseo España, teatro esplendoroso que hoy es Agencia Tributaria de la Junta cerca de la Delegación de Hacienda del Estado donde trabajçó el poeta Juan Sierra, unidas por la plaza Ministro Indalecio Prieto. Y la Casa de la Moneda cerrada a cal y canto.

El Metro pasó de Plaza Nueva a la Puerta de Jerez

Los usuarios están habituados al mensaje: “Línea de tranvía cortada en Archivo de Indias”. El Metrocentro, sucedáneo de tranvía con andares de tartana, se inauguró el 28 de octubre de 2007, justo 25 años después de la mayoría absoluta del PSOE que llevó a Felipe González a la Moncloa. Era el comienzo del tercer y último mandato de Sánchez Monteseirín en la alcaldía. El proyecto de boca de metro de Plaza Nueva, bajo la estatua ecuestre de San Fernando, quedó inédito, y se abrió en la Puerta Jerez. Avenida con tranvía, carril-bici, patinadores, veladores y grupos de turistas con guías que les hablan desde las gradas como si estuvieran predicando.

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