Los chabolistas del Polígono Sur se dispersan en casas de familiares
El alcalde de San Juan reclama a los exiliados que "dejen de dar tiros"
Más de tres meses después de deambular por asentamientos improvisados junto al río Guadalquivir y de ser desalojados por la Policía de todos los lugares que elegían, las familias chabolistas que huyeron en marzo del Polígono Sur optaron ayer por refugiarse en los domicilios de varios familiares. No pueden volver al Polígono Sur por temor a represalias, ya que uno de sus miembros provocó un tiroteo en el que murió un joven por una bala perdida.
Se espera que este acogimiento familiar dure al menos al septiembre, ya que para entonces está previsto que la Consejería de Vivienda de la Junta de Andalucía concluya las averiguaciones sobre cuáles de las familias exiliadas tienen en regla los documentos de sus pisos en las Tres Mil Viviendas. Estas viviendas las ocuparon cuando el Ayuntamiento de Sevilla les entregó un sobre con 42.000 euros para que abandonaran las caracolas prefabricadas de los Bermejales.
Uno de los integrantes de los huidos aseguró ayer a este periódico que habían decidido llevar a sus familias bajo un techo por temor a que la Administración pública les retirara la custodia de sus hijos. En efecto, los más pequeños han vivido en condiciones pésimas durante el tiempo que han deambulado por diversos asentamientos, soportando temperaturas extremas a la intemperie. Una decena de ellos llegaron, incluso, a contraer la varicela.
El alcalde de San Juan de Aznalfarache, Juan Ramón Troncoso, explicó ayer a este periódico que las familias abandonaron este fin de semana el terreno que ocupaban junto a la Recua, en suelo sanjuanero. Para Troncoso, lo razonable es que las familias exiliadas del Polígono Sur "vivan dignamente, pero sin generar un nuevo asentamiento chabolista" y añadió que lo deseable es que "se dejen de dar tiros y luego pretendan que el resto de la gente les resuelva el problema", en referencia al tiroteo que provocaron en marzo pasado en el que resultó muerto por una bala perdida un joven de 17 años.
Las únicas familias de etnia gitana que siguen junto al puente de Hierro de San Juan son una decena de chabolistas que viven en la zona desde hace una década, mucho antes de que llegaran los huidos, y que ahora se enfrentan a la orden de desalojo urgente emitida por el Ministerio de Economía y Hacienda. La expulsión está prevista para mitad de semana, probablemente el jueves. El Ministerio se acoge a que no llevan en sus terrenos un año porque las chabolas se movieron para la obra del puente.
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