Los chabolistas se reagrupan en El Copero a la espera del desalojo

Las 41 familias chabolistas que desde hace varios meses están fuera del Polígono Sur ante el temor de sufrir represalias tras una reyerta que se saldó con la muerte de un menor se reagruparon ayer en unos terrenos de la carretera de la base militar de El Copero.

Un grupo de unas 15 familias se habían trasladado a este nuevo emplazamiento el pasado viernes, cuando fueron desalojados del puente de hierro de San Juan, mientras que el resto había decidido permanecer en aquella zona. La reagrupación de todas las familias se produjo ayer, precisamente el mismo día en que se cumplía el plazo de 24 horas que les concedió la Autoridad Portuaria, propietaria de los terrenos, para que se marcharan de la zona.

El desalojo no se llevó a cabo ayer, pero la incertidumbre entre las familias continúa. Algunos chabolistas explicaron que habían escuchado que el desalojo tendría lugar mañana miércoles, pero no hay ninguna confirmación oficial. Mientras tanto, las familias chabolistas han instalado sus caravanas y furgonetas en la carretera que conduce al recinto militar, a espaldas del Puerto fluvial, cerca de un lago.

Con la incertidumbre del posible desalojo, muchos chabolistas se resisten al mismo. "De aquí no nos movemos", comentaron a Europa Press varios miembros del colectivo, sobre todo porque estas familias están a la espera de que dos de sus líderes ultimen las gestiones iniciadas con las autoridades para tratar de hallar un emplazamiento adecuado. De hecho, si la Autoridad Portuaria ordena su marcha, tendrán que buscar otra ubicación donde vivir hasta que se solucione la situación generada con su salida de las viviendas del Polígono Sur.

El presidente de la Autoridad Portuaria, Manuel Fernández, ha asegurado que la zona en la que se han instalado estas personas supone un gran peligro para su integridad física, puesto que han acampado en una carretera que registra cada día un importante tráfico de vehículos pesados.

Las familias chabolistas también se oponen a que las Administraciones se hagan cargo del centenar de menores -algunos de ellos escolarizados hasta que tuvieron que abandonar precipitadamente el Polígono Sur- que les acompañan, a pesar de que en los terrenos de El Copero no disponen de comodidades ni de ningún tipo de asistencia sanitaria. Los miembros del colectivo no entienden cómo las Administraciones quieren imponerles un "colegio obligatorio cuando los niños ya se encuentran de vacaciones".

El terreno donde se ubica el nuevo campamento chabolista está entre los términos municipales de Sevilla y Dos Hermanas, un lugar del que los voluntarios y patriarcas de las familias consideraban que, en principio, era más difícil que fueran expulsados.

La reagrupación de las familias chabolistas fue posible después de que el grupo que había permanecido en San Juan, a la orilla del río, recogiera sus pertenencias y se trasladara hasta los suelos junto al acuartelamiento de helicópteros de El Copero.

La ausencia de una salida para la situación de los chabolistas puede llevar a estas personas a decidir su regreso a las viviendas del Polígono Sur, con lo que el conflicto podría volverse a reproducir. La Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio precintó las 41 viviendas de titularidad pública en las que residían hasta esclarecer el régimen de ocupación, dado que posiblemente sólo tres familias ocuparan legalmente los pisos.