El cirujano que opera como en un videojuego
Con ADN sevillano: Manuel Domínguez y Francisco Mayorga
Manuel Domínguez y Francisco Mayorga son residente y jefe del servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Virgen Macarena y juntos lideran el primer equipo español capaz de extirpar tumores con gafas de realidad virtual
Se hizo anatomopatólogo, pero le supo a poco. Quería más complejidad y la encontró en la cirugía maxilofacial. Hoy, todavía residente de cuarto año de la especialidad en el Hospital Virgen Macarena, Manuel Domínguez se ha convertido a sus 34 años en el primer cirujano español en extirpar un tumor con gafas de realidad virtual. No está sólo en este hito. Junto a él, la confianza y el apoyo del jefe de servicio en el centro, el doctor Francisco Mayorga, para quien el joven es el “cerebro” de este proyecto “puntero mundial”.
Manuel Domínguez es natural del Puerto de Santa María. Estudió Medicina en la Universidad de Cádiz y para hacer el MIR eligió el hospital sevillano donde hoy ha dado la vuelta al mundo gracias a un proyecto de investigación pionero que utiliza inteligencia artificial y tecnología de vanguardia para mejorar resultados en cirugías a pacientes con cáncer y malformaciones en la región de la cabeza y el cuello.
La idea surge a raíz de los avances en el diagnóstico por imagen asistido por inteligencia artificial, que ya han demostrado su eficacia en especialidades como anatomía patológica y la detección precoz del cáncer de pulmón. “Nosotros dijimos, tenemos que hacer algo con esto”, explica el doctor Mayorga, quien indica que, además de este proyecto, el equipo está desarrollando otras aplicaciones de la IA en la cirugía maxilofacial, como la planificación de reconstrucciones con prótesis de titanio.
Gracias a las gafas de realidad virtual, el cirujano tiene acceso durante la intervención a toda la información preoperatoria, incluyendo imágenes tridimensionales del TAC, modelos estereolitográficos y simulaciones de la cirugía. “Te permiten operar y, al mismo tiempo, disponer de toda la información que tengas del paciente, es decir, todos los modelos 3D que hayamos reconstruido previamente, todos los ensayos preoperatorios, y todas las guías de corte”, explica Domínguez. Además, destaca que incluso se puede visualizar el resultado de la propia cirugía a través de las gafas. “Es anticiparse a lo que se puede pasar en el quirófano. Y ahí lo tienes todo”, añade su jefe.
Para sacar adelante este innovador procedimiento, del que se ha beneficiado ya una decena de pacientes, la unidad mantiene una estrecha colaboración con ingenieros y empresas tecnológicas punteras a nivel internacional. En esta fase, también es crucial el trabajo del residente Manuel Domínguez. “Yo pienso que él le da más ideas a los ingenieros alemanes que los ingenieros alemanes nos proporcionan”, afirma en un orgulloso comentario su jefe sobre la contribución del joven cirujano en este proyecto de investigación.
La preparación de la información 3D proyectada en las gafas requiere de una planificación previa, una vez indicada la cirugía y definido el procedimiento a seguir. “Esta planificación debe hacerse unas semanas antes de la intervención”, señala Mayorga, ya que “casi siempre hay que fabricar unos implantes de titanio que se le ponen al paciente una vez que se extirpa el tumor”. Para ello, es necesario mantener reuniones con los ingenieros del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), encargados de adaptar y desarrollar estas nuevas tecnologías al servicio del avance quirúrgico y la práctica clínica.
De momento, esta técnica se está aplicando en pacientes oncológicos y con malformaciones, pero la intención es ampliarla a otros campos, como la traumatología compleja del esqueleto facial y la cirugía de malformaciones craneofaciales. “Se trata de una herramienta para utilizar en casos muy complejos, en los que se requiere más información que en otros más simples”, puntualiza Domínguez, quien augura que en un futuro cercano podría extenderse a prácticamente todas las áreas de la medicina, especialmente las quirúrgicas.
La cirugía maxilofacial es una de las especialidades más complejas y exigentes de la medicina, ya que abarca el tratamiento de patologías y lesiones en una región anatómica delicada y con un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes. “No es lo mismo una malformación en la barriga o en una pierna que una malformación en la cara”, señala el doctor Mayorga.
Con una sólida formación en centros de referencia como el Hospital Virgen del Rocío y estancias en el extranjero, previas a su llegada al Macarena, desde sus inicios en la especialidad en 1991, el cirujano maxilofacial natural de La Rinconada ha sido testigo de una evolución vertiginosa de la especialidad gracias a la incorporación de nuevas técnicas quirúrgicas y tecnologías. “De lo que teníamos antes hace 34 años a lo que tenemos ahora la especialidad ha cambiado radicalmente”, concluye. Proyectos como este son una prueba.
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