Las ‘comuneras’ de la pregonera Padilla

HAY ocasiones en las que la pirámide invertida se pone como le gustaba a los Faraones. Es la clásica fórmula de la relevancia en el periodismo. Revolucionando uno de los preceptos del oficio, una periodista será noticia. Habituada a estar siempre detrás para llegar primero, curiosa paradoja de la profesión, de aquí a tres lunes todas las crónicas hablarán de Charo Padilla. Pasado mañana es su cumpleaños, pero el regalo le llegará cuando la primera semana de abril alcance su cénit dominical.

Es paradigma de un movimiento imparable. Ayer se dieron cita 60.739 personas en el Wanda Metropolitano. Nunca se había visto tanta gente en un partido de fútbol femenino. En el estadio que diseñaron los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz. Otra pareja de arquitectotos, Aurelio del Pozo y Luis Marín de Terán, diseñaron el Teatro de la Maestranza donde esta periodista ocupará el primer domingo de abril el lugar donde la ópera volvió a su escenario predilecto.

Con la licencia de las sesenta mil almas del estadio, aquí aparece Charo Padilla como capitana del equipo de sus amigas. Sería una foto más si no fuera la primera vez. La felliniana ciudad de las mujeres en el peaje de la amistad donde Charo Padilla fue anfitriona del arzobispo de la diócesis, Juan José Asenjo, y el alcalde de la ciudad, Juan Espadas.

Todas las disciplinas y quehaceres se dan cita en la foto. Siguiendo el guión de izquierda a derecha, Arancha Herrera es responsable de gestión de Tecnolaser Clinic Vision; Amalia Cardenete, notario; Maribel Camacho trabaja en el Defensor del Pueblo; Silvia Martín es economista; Araceli Limón, periodista, jefa de Contenidos de Canal Sur Radio; Concha Vicedo es la esposa de Francisco Vélez, presidente del Consejo de Cofradías (sucesor del equipo que la nominó); Charo Padilla entró en Canal Sur en 1990, cuando se daban los pregones en el teatro Lope de Vega; Sofía Marvizón es hija de la pregonera y del músico y firmará el dibujo que ilustrará la edición impresa del Pregón; Fátima Muñoz es graduada social; Miriam Franco, profesora de Inglés; Aurora Campos dirige un centro de Mayores y fue la autora de las croquetas que degustaron los asistentes. Los que arroparon a la pregonera, que guarda celosamente la exclusiva más importante de su carrera. En primavera, la profesión, por encima de los oficios que se enumeran del once inicial, se llama Sevilla. La periodista le pedirá prestada una de las cuatro estaciones a Vivaldi para anunciar la mejor noticia. En la foto no está Esther Menacho, productora de El Público. La que le lleva la agenda a la pregonera y que se presentó ante Asenjo como su “camarlenga”.

De la Semana Santa se llega a la Feria por la Avenida Adolfo Suárez y el pregón de Charo Padilla hace normal a nivel de cofradías lo que ya es normal a pie de calle. Será una más en este venturoso etcétera en el que diferentes mujeres rompieron el techo de cristal: Soledad Becerril, en el Ayuntamiento de Sevilla; Susana Díaz, en la presidencia de la Junta de Andalucía; Mar Moreno, en la presidencia del Parlamento Andaluz, a la que siguió Fuensanta Coves, la segunda Dama de Elche –de la primera hay un bellísimo texto de Marguerite Yourcenar en el museo de la Macarena–; Amparo Rubiales, en el Gobierno Civil; Pili Vargas, en los cursos de entrenadores de fútbol (ideal para dirigir a este equipo); Enriqueta Vila, en la Academia de Buenas Letras... Hoy faltan 20 días para el anuncio. La vida siempre es una primera vez. Es el auténtico axioma del misterio.