Dieciséis horas de cola en la parroquia de la Magdalena para conseguir fecha en el libro de bodas
La parroquia de la Magdalena abre su libro de bodas para 2026 el martes 1 de julio
La primera interesada en reservar fecha llegó a la calle Bailén cerca de las cinco de la tarde de este lunes
Cortes de tráfico en 300 calles de Sevilla y un refuerzo policial sin precedentes por la cumbre de la ONU
Con el cierre del mes de junio, se produce una jornada crucial para decenas de parejas que desean contraer matrimonio en la Parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla, templo que cada verano se convierte protagonista con la apertura su libro de bodas el primer día laborable de julio. Este procedimiento, que debe realizarse de forma estrictamente presencial, concentra en una sola mañana toda la demanda nupcial del año siguiente, hasta el punto de que las fechas disponibles suelen agotarse por completo ese mismo día, lo que explica la anticipación y la intensa competencia que se vive en sus puertas.
Cada año, es habitual ver a decenas de parejas aguardando desde altas horas de la madrugada para asegurar su fecha en la calle Bailén, donde se ubica el Sagrario de la parroquia. Este 2025, en plena ola de calor, el deseo de casarse en este emblemático templo del siglo XVII ha llevado a varios futuros contrayentes a adelantar la espera. A las 19:30 horas, momento en el que ya había tres parejas esperando en la calle Baños, el termómetro marcaba 38ºC, con el sol aún incidiendo sobre los presentes.
Dieciséis horas antes de la apertura oficial del libro, que será a las 9:00 horas del martes 1 de julio, se produjo la primera llegada. Paula, una joven sevillana de 27 años cuya pareja reside en Madrid, llegó a la calle Bailén junto a su madre poco antes de las cinco de la tarde con el propósito de reservar la fecha del 2 de mayo de 2026 para su enlace. “Ya tenemos todo contratado de la celebración”, explicaba. Su vinculación con la Magdalena no es casual: tanto ella como su familia pertenecen a la Hermandad del Calvario, con la que hacen estación de penitencia cada Madrugá, y sus padres también contrajeron matrimonio en este mismo templo.
Paula relató que ya sabía de otras parejas interesadas en casarse el mismo día, motivo por el cual no dudó en anticiparse. Durante la noche, ella y su madre harán turnos de espera. En caso de no lograr su objetivo, barajan como alternativa la iglesia de Santa Cruz, donde también son hermanos.
Detrás de ellas se encontraba Fran, cuya pareja, Carmen, se había ausentado momentáneamente en busca de comida y bebida. Este joven de 32 años relata que había aprovechado este lunes de día de teletrabajo para pasear por el centro y, al ver ya a dos personas esperando, decidió unirse. La pareja desea casarse el 14 de marzo, dos semanas antes del inicio de la Semana Santa, y tenían claro que su enlace debía celebrarse en la Magdalena. “Es una iglesia muy emblemática, y Carmen tiene un vínculo especial: su abuela se llama Magdalena”, expresaba. Ambos tienen ya reservada la celebración, restándoles solo concretar su luna de miel. Como plan alternativo, contemplaban la iglesia del Sagrario de la Catedral de Sevilla, aunque no les convencía por la disposición de la salida del templo en la Avenida de la Constitución.
Mientras el reloj estaba cerca de marcar las ocho, una cuarta pareja se acercó para consultar con los presentes las fechas deseadas. Al comprobar que no coincidían con la suya, expresaron cierto alivio y permanecieron conversando con los que ya hacían fila, compartiendo la misma ilusión.
Poco antes, una tercera pareja, Julio y Cristina, de 33 y 34 años respectivamente, se había sumado a la espera. Su objetivo es casarse el 21 de febrero. Consideraban también como segunda opción el Sagrario, aunque su vinculación con la Magdalena es fuerte: él es hermano del Calvario desde su infancia y varios miembros de su familia se han casado en este templo. Antes de acudir a la cola, habían mantenido una entrevista con el que será el fotógrafo del enlace, y al ver movimiento en la puerta, decidieron quedarse. También se turnarán durante la noche para asegurar su plaza.
Con el paso de las horas, es previsible que la cola continúe creciendo. Este fenómeno representa el esfuerzo de numerosas parejas que no dudan en hacer curioso sacrificio por celebrar su unión en un templo tan simbólico como lo es la Magdalena. Los testimonios demuestran que este lugar no solo es el preferido de miles de personas por su valor histórico y artístico, sino también por los vínculos emocionales y familiares que muchos sevillanos mantienen con él.
Este año, además, la tradicional apertura del libro de bodas coincide con la celebración de la cumbre internacional de la ONU, un evento que ha blindado el centro de Sevilla desde el 30 de junio hasta el 3 de julio debido a la presencia de jefes de Estado y altas figuras políticas. En este contexto, a escasos metros de la iglesia, se encuentran furgones de la Policía Nacional apostados para custodiar el Hotel Colón, donde se alojan diversas delegaciones y donde, previsiblemente, la cola de parejas podría llegar en las primeras horas del martes. “Está todo lleno de policías, la seguridad está asegurada, valga la redundancia”, comentaba uno de los presentes en la fila.
Con ilusión, paciencia y un claro sentido del compromiso, estas parejas afrontan una larga noche que culminará con el anhelado momento de reservar el día de su boda en uno de los templos más codiciados y simbólicos de la ciudad.
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