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Dos de cada tres españoles creen que su visión es entre regular y mala

  • Miranza, grupo oftalmológico con 30 centros y referente en Sevilla desde su sede Miranza Virgen de Luján, toma el pulso al estado visual de los españoles

  • A partir de los 45 años, se disparan las alteraciones oculares, aunque los millennial están cuatro veces más frustrados respecto a su estado ocular

Anne Igartiburu acompañó a Ramón Berra, director general de Miranza, y a los doctores Javier Mendicute (en el centro de la imagen) y Carlos Mateo (a la derecha), en la reciente presentación del Primer Barómetro de Bienestar Ocular

Anne Igartiburu acompañó a Ramón Berra, director general de Miranza, y a los doctores Javier Mendicute (en el centro de la imagen) y Carlos Mateo (a la derecha), en la reciente presentación del Primer Barómetro de Bienestar Ocular

Miranza, grupo líder en excelencia oftalmológica, con una treintena de centros en la península y los archipiélagos, entre los que se encuentra Miranza Virgen de Luján, en Sevilla, ha tomado el pulso al estado ocular de los españoles a través del 1er Barómetro sobre Bienestar Ocular, elaborado mediante una encuesta a 720 personas y una consulta a un centenar de oftalmólogos del Grupo.

Según el estudio, 2 de cada 3 españoles consideran que tienen un estado de visión entre regular y malo, con un claro punto de inflexión a los 45 años, cuando la satisfacción con el estado visual empieza a bajar en picado. Además de la edad, otros factores que acaparan los peores índices de satisfacción visual son la falta de sueño y el abuso de pantallas.

“En cuanto a los problemas oculares más comunes, destacan la presbicia o vista cansada y los defectos refractivos, mientras que la sensibilidad a la luz, la mala visión, la visión borrosa, el lagrimeo y picazón son alteraciones visuales que más impactan en el día a día”, comenta la Dra. María Gessa, especialista en córnea, catarata y cirugía refractiva y directora médica de Miranza Virgen de Luján.

Entre las limitaciones más habituales, los encuestados destacan la lectura, el trabajo con ordenador y la conducción nocturna. Asimismo, lo que más aqueja la mayoría es la dependencia de gafas o lentillas para desarrollar sus tareas cotidianas, así como el aspecto de sus ojos (ojeras, párpados caídos, ojos saltones) y el hecho de sentir que tienen menos control sobre lo que hacen a causa de la vista.

Si bien los principales problemas de visión aumentan con la edad, especialmente a partir de los 65 años, el grado de frustración a causa de las limitaciones que provoca la visión se multiplica por 4 entre los jóvenes de entre 20 y 35 años.

Opinión de los expertos

Todo ello encaja con los factores externos que, según los especialistas de Miranza, más inciden en el bienestar ocular, apuntando en primer lugar al nivel de luz y, en segundo, al uso de pantallas. “Además, destacan otros factores cuya incidencia en el bienestar ocular quizá no es tan evidente para la población pero que también vemos mucho en consulta y que ha puesto de relieve el estudio, como son el uso de lentes de contacto, el exceso de enfoque constante en visión cercana o el efecto de aires acondicionados y calefacciones”, explica Dr. Francisco Argüeso , especialista en catarata y cirugía refractiva de la clínica sevillana.

En lo que se refiere a factores intrínsecos al ojo, lo que más directamente afecta al grado de bienestar ocular según los oftalmólogos es la agudeza visual y el grado de visión central, seguido de la cantidad y calidad de la lágrima, y, posteriormente, malformaciones o malposiciones de párpados (ectropión, entropión, ptosis) o de órbita (como el exoftalmos u ojos saltones), irregularidades de la córnea (queratocono, entre otros) y la calidad óptica del sistema visual, es decir, cómo la luz se dispersa cuando atraviesa el ojo para llegar hasta la retina, donde se forman las imágenes.

La Dra. María Gessa, de Miranza Virgen de Luján, en una revisión ocular. Realizar periódicamente estos controles, sin esterar a que alteraciones visuales o molestias sean evidentes, es una de las claves de bienestar ocular para la población. La Dra. María Gessa, de Miranza Virgen de Luján, en una revisión ocular. Realizar periódicamente estos controles, sin esterar a que alteraciones visuales o molestias sean evidentes, es una de las claves de bienestar ocular para la población.

La Dra. María Gessa, de Miranza Virgen de Luján, en una revisión ocular. Realizar periódicamente estos controles, sin esterar a que alteraciones visuales o molestias sean evidentes, es una de las claves de bienestar ocular para la población.

Por otro lado, según explica el Dr. Lorenzo Trujillo, especialista en retina de Miranza Virgen de Luján, “las causa patológica de malestar ocular con mayor incidencia es la DMAE (degeneración macular asociada a la edad), que daña la zona de visión más nítida en el centro de la retina”. La siguen el ojo seco, el síndrome de disfunción del cristalino (catarata y presbicia), los defectos refractivos, las cicatrices corneales u otras alteraciones de la transparencia de los medios ópticos, la epífora (obstrucción del lagrimal), las miodesopsias (moscas volantes), las alergias, el estrabismo, los problemas de motilidad ocular, la ptosis (caída del párpado superior) y el exoftalmos (ojos saltones).

Luz y pantallas

Si bien 3 de cada 4 encuestados dice acudir a revisiones oftalmológicas cada año o cada dos años, el estudio muestra que la mayoría adopta unos hábitos en su día a día poco favorables para fomentar el bienestar ocular, como son el abuso de pantallas y otros dispositivos (un 40% de los encuestados supera las 8 horas diarias), el estrés (casi 1 de cada 2 declara padecer bastante o mucho estrés), y la poca utilización de lágrimas artificiales para hidratar la superficie ocular (las usa un 19%).

“Junto con el tabaquismo y una pobre cantidad o calidad de descanso son hábitos que habría que intentar corregir o minimizar”, recomienda el Dr. Trujillo, quien apunta al predominio absoluto de la visión cercana como otro hándicap a tener en cuenta. De hecho, para más de la mitad de los encuestados es la más utilizada en su día a día para mirar el móvil o leer, fundamentalmente, seguida de la visión intermedia para tareas como trabajar con el ordenador, mientras que la visión lejana solo la usa habitualmente un porcentaje bajísimo de españoles (7%)”.