Un historiador que se convirtió en joyero

Historiador y joyero50 años de experiencia en la joyería convierten a la familia Shaw en una de las más veteranas de Sevilla dedicadas a este negocio. Desde 1959 venden alhajas y piedras preciosas en su céntrico local de la Plaza Nueva

Un historiador que se convirtió en joyero
Un historiador que se convirtió en joyero
María José Muradas

21 de diciembre 2009 - 05:03

Hablar de la joyería Shaw en Sevilla es hablar de 50 años de historia vendiendo joyas y piedras preciosas. Hoy el sevillano Carlos Shaw Navarrete, nieto del fundador Antonio Shaw, regenta el negocio familiar junto a su padre y su hermana, en un céntrico local de la Plaza Nueva. Su vida ha transcurrido entre las enseñanzas de su abuelo y de su padre. Casado desde hace tres años con Carla Corcias, diseñadora de joyas, comenzó sus estudios de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla. Siempre le gustó la atención al público y el estudio de las piedras preciosas, por lo que decidió dedicarse en el año 1998 al negocio de la joyería, después de haber cursado estudios de gemología en Madrid. El éxito de esta empresa familiar para Carlos radica "en buscar la máxima calidad y selección de nuestras piedras preciosas". Su abuelo fue su gran maestro y "muchos de los clientes se acuerdan del carisma de mi abuelo, que hasta los 86 años estuvo trabajando en el negocio". En la actualidad, la mayor demanda por parte de su clientela son las sortijas con brillantes y las piedras de color. A Shaw le preocupa la crisis: "En este sector sentimos también la recesión económica, sin embargo, nuestro mayor potencial es la fidelidad del público que durante generaciones sigue comprando nuestros artículos". Este año la familia Shaw vive el medio siglo de permanencia en el negocio. El gran sueño de Carlos sería contar la celebración personal del medio siglo de dedicación a sus clientes.

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