La ilusión como antídoto contra el dolor

El trabajo de los Reyes Magos es ingente. Para ellos, que vienen de la Biblia, también vale la frase de los Evangelios: mucha es la mies y pocos los obreros. Por eso mismo se tienen que multiplicar en una Epifanía de muchísimas manos. Está la Cabalgata del Ateneo, que es como la madre de todas las cabalgatas. A su sombra, otros muchos cortejos llevan los presentes a los lugares más insospechados. En estos territorios de la magia, la ilusión y la necesidad suelen dormir en la misma posada.

De todas las cabalgatas, hay una particularmente emotiva. Saldrá de la casa-hermandad de Todos los Santos en la calle González Cuadrado. La primera parada será en la iglesia de Ómnium Sanctórum, sede parroquial de esta hermandad con varios siglos de historia, donde los monarcas de Oriente adorarán al Niño Dios.

En este templo construido en el siglo XIII empieza realmente la historia de esta Cabalgata. El pasado 16 de diciembre tuvo lugar la proclamación de los tres Reyes Magos. A Melchor lo encarnará Antonio Villalba, durante muchos años empleado de la Cruzcampo; a Gaspar, Manuel Ruiz Pazos, profesor de la Facultad de Económicas y hasta octubre del año pasado hermano mayor del Carmen Doloroso, que comparte con Todos los Santos sede parroquial; y a Baltasar, Luis Rodríguez Pereira, de la familia que regenta la cafetería Montesión, en la calle Feria. La proclamación tuvo lugar en un restaurante ubicado donde estuvo la librería Céfiro que regentaban Luis y Eduardo. En la pizarra, uno de los vinos de Cazalla y Constantina, Petit Ocnos, parece recordar en el guiño a Cernuda el antiguo uso del establecimiento.

Muchos de los presentes en la proclamación habían pasado antes por la iglesia de Ómnium Sanctórum. No se cabía. La ceremonia la ofició el cura párroco, Pedro Juan Álvarez Barrera. El protagonista principal de tan multitudinaria misa era Antonio Villalba, el rey Melchor de esta Cabalgata de los aledaños de la calle Feria. En veinte días de octubre se quedó huérfano de padres y viudo de esposa. El 4 de octubre fallecía Carmen, su madre; el 20 de octubre, María Dolores, su esposa, madre de sus hijas Marta y Loreto; y el 25, Eduardo, su padre. La misa era en recuerdo de estas tres personas, pilares fundamentales de la vida de un hombre.

Cuando le llamó Joaquín de la Peña, hermano mayor de Todos los Santos, para ser Melchor en la Cabalgata de la hermandad, se vio en una curiosa encrucijada, "sé que este año no estaba uno para nada, pero para una cosa como ésta sí tienes que estar". Su hija Loreto, que se ha quedado sin madre y sin abuelos, hará de paje de su padre. El itinerario se lo marcan las hermandades y Cáritas para que ningún hogar de las calles adyacentes que lo necesite se quede sin estas briznas de ilusión y de esperanza.

Antonio Villalba tiene un completo currículum epifánico al que añadirá haber sido rey Melchor tres meses después de los días más tristes de su vida, "me hice un experto en funerarias y en tanatorios". Fue Baltasar en la Cabalgata que antes organizaba la Cruzcampo, empresa donde coincidió con el último pregonero de la Semana Santa de Sevilla, Julio Cuesta. Y ha acompañado muchas veces como beduino al Heraldo en esta mágica avanzadilla del cortejo real.

Está preparado para las emociones fuertes. "Yo soy muy llorón, lloro hasta en las películas de Joselito. Joaquín nos ha dicho que se llora en los descansillos para llegar a las casas llorados". Nació en El Coronil, en la ruta de los Pueblos Blancos, dominios de Casa Curro y el castillo de las Aguzaderas, paisano de los hermanos Bernal, el historiador y el catedrático de Literatura. Llegó muy niño a Sevilla. Vivió en Santa Clara, Lumbreras y al casarse en la calle Torre.

Su bagaje cofrade también es completo. En los tiempos del BUP, su madre le invitó a apuntarse a cualquier hermandad. "Uno piensa enseguida en la Macarena, pero ya tiene mucha gente. Un día entré en la casa-hermandad de los Javieres, en la calle Arrayán, tenía sus mesas de ping-pong, un futbolín. Y vi que esa sería mi hermandad". En la actualidad es teniente de hermano mayor de los Javieres, que el día que clausuró su exposición en el Mercantil de Sierpes fue elegida para el Viacrucis de la Semana Santa de 2023. También es hermano de Todos los Santos. "Hice la comunión delante de la Virgen. Mis hijas se bautizaron en la iglesia".

Manuel Luis Pazos (Sevilla, 1970), que encarna al rey Gaspar, ha sido durante siete años (2015-2022) hermano mayor del Carmen Doloroso, donde ha sido sustituido por José María Ferrero. Luis Rodríguez Pereira será Baltasar. Por exigencias de maquillaje, es el primero que está convocado. La cafetería en la que trabaja, uno de los negocios tradicionales y señeros de la calle Feria, es un observatorio privilegiado de esa calle de la que Chaves Nogales encuentra muy pocos ejemplos tan brillantes en todo el mundo. Una calle con tres iglesias: Ómnium Sanctórum, Montesión y San Juan de la Palma. Arteria que une Extramuros con el corazón de la ciudad. El día de Reyes es Jueves en la calle Feria y como estos monarcas de Oriente tienen alma de chamarileros, puede que encuentren en los puestos del mercadillo algún presente para su maratoniana empresa.

La ciudad se prepara para la lectura de ese texto sobre los Reyes del Evangelio de san Mateo, en el que burlaron la encomienda del rey Herodes, que dijo tener también ganas de presentar sus cumplidos al recién nacido. Para este rey Melchor que trabajó entre espumas de cerveza y esencias de lúpulo, esta noche mágica será como un lenitivo para mitigar tanto dolor por la orfandad y viudedad que le llegaron por el mensajero de la Parca prácticamente a la par. Del mal, el bien. Del daño, el obsequio. De la tristeza, la alegría de despertar la ilusión de almas contritas y soledades sin esperanza.