El incierto futuro de los niños del Vacie

Proyecto social

Pro Derechos Humanos del Menor alerta de la "condena de por vida" que sufren los niños de la zona. El Ayuntamiento financia desde la etapa de Monteseirín una guardería que gestiona Aliento.

El incierto futuro de los niños del Vacie
El incierto futuro de los niños del Vacie
Cristina Díaz

13 de junio 2015 - 05:03

Begoña Benjumea colaboraba de voluntaria con la asociación Aliento en el módulo de madres del centro penitenciario de mujeres de Alcalá de Guadaíra cuando una de las internas solicitó su ayuda: ella y su marido estaban en la cárcel pero sus dos hijos pequeños permanecían en el Vacie. La organización comenzó entonces a trabajar con los niños de este asentamiento, utilizando la chabola de esta mujer como punto de encuentro. Era el año 1998.

La asociación Aliento atiende hoy a 45 niños de cero a tres años cada mañana en los módulos instalados por el gobierno de Alfredo Sánchez Monteseirín detrás del cementerio de San Fernando. Además, otros 30 menores de hasta ocho años acuden por la tarde para participar en talleres de refuerzo socioeducativo. "Hay niños con problemas de estimulación temprana, pero como en cualquier otra guardería. Los niños de aquí no son distintos a los de otros centros infantiles, lo único que los diferencia del resto es dónde viven", apunta Begoña Benjumea, responsable de la guardería. El proyecto cuenta con una subvención municipal de 45.000 euros, además de la colaboración de la Fundación La Caixa a través de su programa de ProInfancia, con cheques mensuales de hasta 100 euros por niño.

Además de dar de desayunar y de comer a los pequeños, los voluntarios bañan todos los días a los 45 menores y los visten con ropa limpia procedente de donaciones. "Nos encantaría que las familias del Vacie vivieran en un barrio normalizado e integradas en la sociedad, que el asentamiento no fuera más que una extensión del parque", reivindica Benjumea.

Entidades como la Asociación Pro Derechos Humanos del Menor reprochan a la instituciones públicas que la situación "no ha cambiado desde hace 20 años" en este asentamiento chabolista. "Los niños del Vacie sufren una condena de por vida sólo por haber nacido en el asentamiento", apunta Asunción García, de Pro Derechos Humanos del Menor. "Se ha conseguido la escolarización de todos los niños, pero cuando llegan a Secundaria, la mayoría dejan los estudios", apunta. Además, los jóvenes, a la hora de buscar empleo, "tienen que ocultar dónde viven".

Según fuentes del Ayuntamiento de Sevilla, "la población de este asentamiento chabolista ha disminuido durante el mandato de Zoido un 23%". En 2011, había censadas 650 personas (150 familias), hoy son 500 personas, 126 familias, según datos del gobierno local.

Pero, según manifiestan desde Fakali, el plan de integración aprobado en 2007 "está paralizado actualmente", no se llevan a cabo realojos. Por su parte, Asunción García, de Pro Derechos Humanos del Menor, asegura que los vecinos del asentamiento se muestran "escépticos" ante la posibilidad de vivir fuera del Vacie: "Llueve sobre mojado. ¿Cuántas veces les han prometido que se van a ir de aquí?", exclama García.

Varias asociaciones denuncian, además, el cambio constante de los trabajadores sociales municipales, lo que impide "un conocimiento y seguimiento pleno de las familias". A esto hay que sumar que el programa de Zonas con Necesidades de Transformación Social, cofinanciado por el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía, estuvo cuatro meses cerrado. Una situación que los trabajadores y educadores sociales de la zona calificaron de "irresponsabilidad política", ya que, según éstos, "con la eliminación temporal de estos programas se retrocedió muchos años de trabajo".

El Ayuntamiento, por su parte, denuncia que la dotación de las subvenciones de la Junta desde la llegada del Partido Popular al gobierno local "ha disminuido de forma significativa". Un ejemplo es el Programa de Intervención con la Población Gitana de Andalucía (Pigca). Según datos del Consistorio, la Junta concedió en 2014 una subvención de 68.000 euros para este fin, un 33% menos que la ayuda otorgada en 2010, que ascendía a 101.600 euros. Además, "ni en 2012 ni en 2013, se concedió al Ayuntamiento de Sevilla ninguna subvención para el Pigca", quedando el programa cancelado durante ambos años.

Pero, en lo que respecta a sus competencias, el gobierno local en funciones defiende la puesta en marcha de talleres para fomentar la integración de estas familias. Así, desde Aliento trabajan con las madres de los alumnos de la guardería. "El objetivo es subir la autoestima de estas mujeres. Son el motor de sus casas. Tienen que aprender a desenvolverse en el entorno", apunta una de las monitoras. "Les damos nociones nutricionales y les enseñamos a preparar dietas saludables, a dar masajes a sus bebés, valores sociales y buenos hábitos de convivencia".

Estos días, unas diez mujeres participan en un taller de belleza, donde aprenden a hacer cosméticos naturales a base de pepinillos y zanahorias. Aún está caliente el agua destilada que han hervido junto con los pétalos de rosas para elaborar un tónico natural. Mientras, en el módulo anexo, otro grupo de mujeres participa en un curso de alfabetización y formación básica a través de la cocina, en funcionamiento desde 2013, según fuentes del Ayuntamiento.

El Consistorio confirma que también hay en marcha una Escuela de Madres, además, de colaborar con otras entidades en actividades deportivas y en un taller de costura industrial dirigido a 15 mujeres del asentamiento chabolista. Desde la delegación municipal de Familias, Asuntos Sociales y zonas de Especial Actuación señalan, además, que existe un convenido de colaboración con la empresa de inserción sociolaboral Aisol y otro con la Hermandad de Los Gitanos para el acompañamiento de menores adolescentes del Vacie en su transición a la Educación Secundaria Obligatoria para prevenir el absentismo y el fracaso escolar.

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